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Categoría: Románticos

El angel de los ojos vendados

PROLOGO



Una metáfora puede marcar un inicio. La metáfora de un ángel de alas negras y ojos vendados podría ser un inicio. Por años he tratado de averiguar que significa aquella pintura abandonada en un lugar oscuro de mi ciudad, sobre todo ignoro el autor y lo que estuvo sintiendo cuando pintó aquel cuadro. Me gustaría saber también si tiene algún significado en especial. Es algo que no se ve a diario. A través de este relato he tratado de rendirle tributo a aquel ángel de ojos vendados y alas negras que ha marcado mi memoria como si fuera una huella.


Me gustaría imaginar que es la historia de un amor, ese amor que siempre encontrará un camino
















EL ANGEL DE LOS OJOS VENDADOS










Es una tarde fría y gris de invierno, la lluvia cae pesadamente sobre la ciudad, haciendo que algunos incautos que aun transitan por la calle corran a refugiarse en sus hogares. Seguramente hogares de pan con mantequilla y leche caliente para el frío. Hogares donde arda el fuego y todo sea calor.

Mas aun en este fondo gris se distingue una figura femenina que no pretende luchar contra la lluvia. Esta en el techo de un azotea. Con los ojos fuertemente cerrados y los brazos extendidos parece recibir la lluvia como su fuera un don, la lluvia don del cielo.

Abre los ojos para contemplar el cielo oscuro y las calles humedecidas de esta gran ciudad. ¿Qué es ella en esta gran ciudad? Solo es acaso un punto claro en una azotea?

Es una mujer joven, de delicadas líneas curvas y ojos soñadoramente claros, es una mujer de tez blanca y de oscuros cabellos negros, aunque podrían ser castaños, no se sabe con la lluvia. Probablemente alguien se imagine a una hermosa muchacha con el viento soplando y sus cabellos ondulantes en su dirección que observa soñadoramente el atardecer. Pero ella simplemente es una muchacha que se esta mojando bajo la lluvia, con el cabello y la ropa pesadas, hasta se podría decir que esta rezando.

Ella no es ninguna heroína, tampoco es fuerte ni decidida, ella es solamente una muchacha tímida, muy delicada. Tiene la suerte de no vivir sola, vive con su gato. Tiene la suerte de ser bendecida por la lluvia.

De repente la muchacha hace un gesto como de asombro, deja caer la cabeza hacia un costado, entra precipitadamente en su habitación y sale corriendo por la puerta del edificio. Avanza unas cuantas cuadras y se dirige lentamente hacia una galería de arte. Esto no tiene nada de extraordinario, dirían algunos. Pero lo que hace de un momento así especial, es que esto ocurre todos los días. Todos los días esa muchacha se para frente a un cuadro en particular de la galería de arte. Allí se queda horas contemplando el cuadro de un ángel de alas negras y ojos vendados. ¿Cuan conmovedora es la idea de un ángel caído en la oscuridad de las sombras y ciego a los estímulos del mundo externo?. Mira la fecha, es de hace unos cuantos años atrás, todos los demás cuadros de la galería son recientes. Ella sabe que ese cuadro seguirá un buen tiempo allí, hasta que alguien se decida comprarlo, es que nadie ve lo que ella ve en ese cuadro? A nadie acaso le conmueve la idea del sacrificio de un ángel? Claro, se podría llamar “Sacrificio del ángel”. El problema es que ya es muy tarde para darle un nuevo nombre que explique su significado, pero si lo hiciera... no dejaría acaso de ser una artista?

Como es la vida a veces... sus mas grandes anhelos cambiaron de un momento al otro. Esta muchacha cambió su sueño de ser una gran artista, por el sueño de que alguien le compre el único cuadro que ha podido colocar en una galería. Acaso se le pasará la vida esperando? Cuantos años más tienen que pasar para dejar de contemplar su mejor obra en una galería aun sin dueño.

- se lo que debe estar pensando, señorita – repuso de improvisto una voz – acaso los hombres no tenemos la oportunidad también de ser ángeles?

Si acaso ella le hubiera querido dar un rostro masculino al ángel que había pintado, nunca hubiera logrado tanta belleza como la que había en el rostro de ese hombre.

- es posible, si. Pero que mas se puede esperar de una artista que se llame Antonia del Prado – preguntó el hombre – Conoce acaso usted a la artista?.
- Yo... yo soy Antonia Prado, señor – dijo tímidamente y con los ojos arrasados de lágrimas.
- Cuanto lo siento – asintió el hombre- yo...
- No, no es necesario que lo explique. Disculpe, pero...
- Mi amor! Donde estabas? – preguntó de improvisto una mujer, tan clásica y elegante, que parecía una princesa. Ella una princesa y nuestra artista una simple mendiga.
- Le quería pedir disculpas a esta señorita por mi increíble descortesía – dijo el hombre-. LO siento mucho señorita, mi nombre es Adrián Torreblanca y ella es...
- Yo soy su prometida, Marie de la Torre – repuso la joven con una sonrisa, una sonrisa perfecta-. Cariño, se nos hace tarde para la cena, ¿Nos vamos?
- Claro, con su... ¿dónde esta la muchacha?
- No se, querido debió irse. Vamos ya!

Los que no saben es que nuestra artista esta muy lejos de la galería, intranquila y ausente camina rápidamente. Cuando se halla lejos, se detiene a acomodarse el cabello y los anteojos. Suspiro. ¡Había encontrado los ojos que le faltaban a su ángel ciego!

Cuando regreso a la realidad de la lluvia y las calles húmedas, no pudo ocultar una sonrisa. Suspiro.
Datos del Cuento
  • Autor: dark angel
  • Código: 16584
  • Fecha: 09-05-2006
  • Categoría: Románticos
  • Media: 6.19
  • Votos: 47
  • Envios: 1
  • Lecturas: 5395
  • Valoración:
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