Me voy a la cama cada noche, no deseando despertar en la mañana, porque estoy sola. La cama se ve tan grande, que me ahogo entre las sabanas. Siento unos deseos intensos de que ese lugar, se ocupe, pero no por la persona que duerme cada noche junto a mi, no por esa persona que me hace el sexo, y siento como si leyera un libro aburrido, nada. Deseo a ese hombre que atormenta, mis noches, que este ahí tocando con sus manos mis senos, bese mi boca, muerda mis labios, y me haga suya. Es tan dificil que estemos juntos, él es de otra, que disfruta de esos besos y esas caricias, se que su corazón y todo su cuerpo vibra por mi, pero la conciencia, puede más que el deseo. Cuando fui suya, sentí que no podía existir otro hombre en el mundo, que me hiciera sentir como él. Llegamos juntos al climax, fue como si tantos años de amistad, y comprensión mutua bastaran para que conociera cada espacio de mi, y supiera que deseaba. Ambos estamos a atados, a personas que no amamos, pero que queremos, el tiempo ha sido el culpable de estos sentimientos. Le veo y su sola presencia, logra excitarme, si salimos a bailar los cuatro juntos, como siempre, y bailamos siento que su mano me quema, y mi cuerpo quiere ser suyo. Si alguna vez lees este cuento, y el de nuestra noche juntos, sabras porque ya no quiero verte, y me voy con ese hombre, lejos muy lejos, pero siempre estarás conmigo, pues en mi vientre, llevo el fruto de nuestro amor.