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En una tierra muy lejana de Nueva Zelanda, allí donde las aguas del río son del color de la piedra verde y donde las nubes son más blancas que en ningún otro rincón del mundo.
Una granja destacaba entre todas las demás de la región porque su propietario Oliver podía presumir de tener el mejor ganado de ovejas de toda la isla Norte, tanto por la pureza de la raza como por los cuidados que ponía en su alimentación diaria, dónde sus ovejas podían alimentarse en un pasto de gran extensión, en el cual crecía una hierba verde y frondosa de primerísima calidad. Por las mañanas el césped aparecía impregnado de rocío con el que las ovejas podían saciar su sed durante todo el día. Y para que su alimentación fuera completa, Oliver daba a las ovejas dos veces por semana heno y grano que les proporcionaba las vitaminas suficientes para no tener enfermedades importantes y gozar siempre de una excelente salud.
La granja de Oliver también tenía hermosas vacas lecheras, gallinas ponedoras de huevos, conejos y fornidos cerdos con los que Oliver junto con la lana de sus ovejas vendía sus productos y así conseguía mantener su granja sin problemas, ya que al igual que sus ovejas era su pasión.
En el día a día de la granja oliver ordeñaba a las ovejas, les arreglaba las pezuñas y les cepillaba el pelo. Todas estas tareas eran sencillas con todas las ovejas menos con una especial Ollie,cuando intentaba cogerle una pata para recortarle las pezuñas,Ollie siempre le soltaba unas cuantas coces a Oliver y se resistia hasta que Oliver tenía que pedir ayuda a un granjero vecino para poder acabar esta tarea o en otra ocasión para ordeñarla Ollie se estiraba completamente en el suelo y como era tan pesada no había manera de poder hacerlo y al final tenía que desistir y dejarlo para el día siguiente a ver si la oveja amanecía con mejor humor. Pero la peor de las tareas era 1 vez al año cuando tocaba esquilarla ollie se negaba en rotundo a que le cortaran el pelo y claro al contrario que las demás parecía una enorme bola de pelo blanco,porque era una de las cosas que Ollie más odiaba.A pesar de todo Oliver le tenía un cariño muy especial.Su abuelo se la regalo siendo un niño y fue la primera de su rebaño y después vinieron más hasta que pudo comprar su propia granja.
Pero desgraciadamente últimamente Oliver había notado que las ventas de sus productos habían bajado a la mitad, sumado a que además había tenido varios animales enfermos con los que había tenido que gastar dinero extra en veterinarios y medicamentos, los ingresos de los últimos meses habían sido casi nulos. Además el banco le había enviado una carta diciéndole que si en un periodo de 15 días no pagaba los recibos atrasados de la granja, procederían a embargarla con lo que Oliver podría perder toda la ilusión y el trabajo de toda una vida por una racha de mala suerte.
Decidió que por la mañana iría al banco a intentar que le concedieran más tiempo para poder reunir el dinero y pagar sus facturas. Al levantarse tomo un café caliente junto con unos huevos revueltos, de sus mejores gallinas y cogió su camioneta para dirigirse al pueblo y hacer una visita al Banco Central Ovejero. Aparco la camioneta en una de las amplias calles del pueblo de Oveland y se dirigió con semblante muy serio hacia la calle donde se encontraba el banco, de repente Oliver se detuvo porque vio algo que le llamó la atención un muchacho.LLevaba debajo del brazo un enorme cartel, él cual estaba colocando en la puerta del ayuntamiento. Dudo durante unos instantes y se acercó a leer lo que ponía: GRAN CONCURSO DE ESQUILADORES DE OVEJAS, PREMIO DE 6000 EUROS AL VENCEDOR. De repente Oliver, vio la solución a todos sus problemas y pensó que él tenía grandes oportunidades de ser ganador ya que la lana de sus ovejas era de una excelente calidad, gracias a los cuidados y cariño que les dedicaba. Pero tan solo había un problema Ollie, la oveja se estaba haciendo mayor y con el tiempo se había vuelto muy desconfiada y huraña con las personas y era precisamente esquilarla lo que menos se dejaba hacer y Oliver necesitaba a todo su rebaño si quería ganar el concurso de esquiladores, ya que el jurado no sólo valoraba la rapidez y el método de esquilado de las ovejas, sino la cantidad, calidad y estado del vellón de la lana y Ollie era sin duda una de las ovejas con la lana más gruesa y pesada de su granja.
Oliver pensó que tenía que intentarlo, sé presentaría al concurso de esquiladores y dejaría que toda la experiencia heredada de su abuelo Jack junto con el destino decidieran unirse para poder conseguir su propósito y así tendría alguna posibilidad.
Y llegó el gran día, Oliver se levantó temprano y llevó a todas sus ovejas hasta el recinto donde se celebraba el concurso. Había un ambiente impresionante, al menos 50 esquiladores estaban apuntados y Oliver pudo observar que había un ganado de excelente calidad por lo que tendría que dar todo de si mismo sí quería quedar el primero.
El jurado procedió a dar comienzo a la competición, Oliver concursaba con el número 17 , hasta ahora la máxima cantidad de lana la había conseguido un esquilador de la isla sur que había pesado 2,500 Kg. Por fin le llegó el turno a nuestro amigo, el cronometro del jurado se puso en marcha. Oliver cogió su máquina y empezó a esquilar a todas sus ovejas, le llegó el turno a Ollie, Oliver miró a su oveja a los ojos, durante unos instantes vio miedo en sus ojos, la acarició y le dijo con palabras firmes, - todo irá bien ollie, ya verás. Pensó en su abuelo y en todas las cosas que le había transmitido de pequeño y en la primera vez que vio a ollie y como por una extraña fuerza ollie se acerco a Oliver y esté pudo esquilarla sin problemas en un tiempo record. Termino el tiempo y el jurado procedió a pesar toda la lana recién esquilada, la bascula dio un peso de 4,500 Kg. Oliver resultó el ganador del concurso de esquila, y recibió su cheque de 6000 euros. Colocó alrededor de la oveja ollie la medalla de ganador y la beso en el hocico. Y ollie se sintió orgullosa de su dueño y de haber podido ayudar a salvar la granja.
FIN
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