El restaurador de vitrales siempre tenia un altercado por el cual no concluia su trabajo, sino era por que se le caia el andamio era porque
le caia lluvia o porque se le caia la casa.
Esta ocasión fue distinto, una mujer habia abierto las cortinas de su recamara a fin de dejar entrar la luz diurna y explorarse los senos mirandose en un espejo; al estar su peldaño a la misma altura, él la miro, de modo que el hombre tuvo todo perfectamente controlado: el tono, los contornos, las formas, la difracción y los santos que contornaba.
Al llegar a casa, solo tuvo tiempo para dibujar un chica que se auscultaba los senos y que tenía aura de deidad.
Helicóptero escribe interesantes relatos. Llama la atención las pocas visitas...pero lo traicinó el impacto del relato anterior. ( Es auscultar y no oscultar )....aunque ya no estoy seguro.