Querido diario, hacía tiempo que no te escribía, he pasado por muchos lugares nuevos y ahora estoy aquí; otra vez soy nueva en un lugar, pero este lugar es diferente de todos en los que he estado.
Este es un lugar muy especial, es muy bonito, lleno de luz; me siento tan bien aquí, al llegar todos me saludaron, me sonrieron, fueron tan amables; ésta vez si me gustó ser nueva.
Creo que ésta vez va a ser la última que seré "la nueva" en algún lugar. Pues por fin he encontrado mi paz interior, aunque los recuerdos nunca se olvidan, y existe uno que siento como si fuera ayer, pues cambió mi vida...
Recuerdo cuando era nueva en primero de secundaria en la escuela, no me gustaba ser la nueva, al llegar nadie me saludó, ni me sonrió, ni siquiera volteaban a verme, era como si no estuviera ahí, era como estar en un lugar vacío, pero a la vez lleno de gente.
Al llegar al que iba a ser mi salón, abrí la puerta y entré, el salón era grande y platicaban entre sí todas las personas que estaban ahí, al voltear a ver a la maestra ella me sonrió y me dijo que pasara; ella era cálida y buena persona.
Me presentó ante todo el grupo, quienes iban a ser mis nuevos compañeros, y me asignó un lugar. Éste era en el primer mesabanco enfrente del escritoriode la maestra, enseguida de las ventanas. A mi alrededor estaban las niñas más populares del salón y atrás de mí el niño más guapo del salón.
Pasaron semanas y no tenía muchos amigos, casi no hablaba con nadie; pero un día recibí una invitación a una fiesta. Ésta era de una de las niñas que se sentaba enseguida de mí, y era para esa misma tarde. Lo primero que pensé fue en que tenía que lucir bien; me puse mi mejor vestido, fui a la estética para que me peinaran y pintaran, quería dar una muy buena impresión. Estaba muy emocionada y me dirigía hacia la fiesta, lucía genial, nunca me había sentido así.
La fiesta era en una casa muy grande, todos estaban en el jardín donde había luces de colores, música en vivo y programada, una pista para bailar, muchas mesas y meseros; era la mejor fiesta que había visto. Todo era genial, en ese momento llegó Luis, el niño que se sentaba atrás de mí en la escuela, lucía muy bien y se veía más guapo que nunca.
Cuando entró a la fiesta él volteó hacia donde yo estaba y empezó a caminar hacia mí, yo me sentía nerviosa.
Sentía que temblaba y tenía una sonrisa "de oreja a oreja". Pero justo cuando iba llegando, llega Ana, la organizadora de la fiesta, y me lleva a la pista para bailar.
Estaba bailando, ya hasta me dolían los pies; y de repente cambiaron el tipo de música, empezaron a tocar canciones románticas. Entonces me dirigía a beber algo, cuando llegó alguien por atrás y me susurró al oído -¿Quieres bailar?-, yo volteé sorprendida para ver quien era y al verlo me puse nerviosa pues era Luis.
Era tan feliz en ese momento sentía que nada podía salir mal, bailamos y bailamos; ya era tarde y fuimos hacia afuera, estabamos solo él y yo, a la luz de la luna. Nos miramos fijamente, él acercó su cara hacia la mia, sus labios tocaron suavemente los míos, él me besó, mi primer beso, ese era el mejor momento de mi vida.
En eso, a lo lejos se oyó un diparo, volteamos rápidamente, la música de la fiesta se paró y todos los de la fiesta empezaron a salir para ver que ocurría, todos estábamos parados afuera de la casa para ver su veiamos algo.
De pronto, de la esquina salió un carro que iba a gran velocidad, y todos empezaron a retroceder exepto yo, pues estaba muy asustada e inmóvil.
Luis al ver que no me movía y el carro se aproximaba hacia acá, me jaló y empujó hacia donde todos estaban, entonces escuché un rechinido de llantas muy cerca de mí.
Volteé rápidamente, pero era demasiado tarde; el chico que se sentaba atrás de mí, el que me había gustado, sacado a bailar y el que me dio mi primer beso momentos atrás, estaba tirado en la calle, había sido atropellado; no lo podía creer, todos mis sueños los vi pasar por mi mente. En ese momento cerré mis ojos y al abrirlos todos llorosos mis lágrimas empezaron a correr sobre toda mi cara.
Luis estaba tirado en la calle y yo sobre él llorando, todos estaban a nuestro alrededor. A lo lejos se oía la ambulancia, todo lo veía en cámara lenta; era horrible lo que estaba pasando no lo podía creer, era una pesadilla y sólo quería despertar de ella.
Llegó la ambulancia, se lo llevaron, quedé destrozada. Después sólo pensaba en lo que había ocurrido, casi no comía, no salía, sólo pensaba en eso.
Entonces supe que jamás volvería a amar tanto en mi vida. Todos mis sueños se habían ido junto con él. No había nada en mi mente, todo se había acabado; no sé cómo pude vivir así ya no tenía nada por que vivir, no tenía razón alguna.
Después me mudé, fui a muchas escuelas; pasó el tiempo, fui nueva en muchas otras partes y al pasar ya mucho tiempo llegué hasta aquí, hasta éste hermoso lugar.
Ésta es mi última historia, la última vez que escribiré. Y por fin lo que siempre quise lo tengo. ¡Lo tengo a él! y nunca más nos volveremos a separar.
Fin.