No me eches toda la culpa, sabes muy bien qué no sólo soy yo la culpable, sabes que tú también quisiste… dos no lo hacen si uno no quiere. Samuel me decepcionaste, no fuiste hombre para contármelo, no supiste serme sincero… Allá tú, no quiero saber más de ti… yo tengo la conciencia bien tranquila, cosa que tú no puedes decir seguro…
Cuando te conocí, se paró el tiempo para mí, fuiste la luz de mis tristes días, fuiste las estrellas de mi cielo… Yo te di todo, te di mi cuerpo y lo mas importante te di mi alma y mi corazón, para que tú lo pisotearas … No te diste cuenta de lo que hiciste, jugaste conmigo… ¿Tan poco signifiqué en tú vida?... ¿No dejé huella alguna?... Tú me has dejado marcada, en la piel llevo el recuerdo de tus besos envenenados, y en mi corazón una herida que todavía aún sangra… Yo te quise de verdad, te quise tanto como para desafiar al mundo entero, te quise mas que a mi propia vida… lo dejé todo por ti. Qué crueles son las coincidencias verdad… Si no hubiera sido por una de ellas ahora no estaría aquí escribiéndote esta carta… ¿crees en el destino?... yo quise creer en él… pero tú me has abierto los ojos, el destino parece ser que nos lo hacemos, no nacemos con él… Samuel, ojalá Dios, si es qué existe te devuelva todo el mal que me has hecho… La traición y la mentira son tu bandera, qué pena…

¿Por qué no me dijiste que estabas casado?... ¿por qué permitiste que me ilusionara?.... Alimenté tu ego masculino de conquistador cuarentón?.... No hace falta que me contestes, aunque sé que no lo harás… bien te reíste de mi, te aprovechaste… me enamoraste y me dejaste abandonada a mi suerte, pero todo se paga… y tú has pagado ya por ello, aunque creo que mereces mas castigo…
¿Sufres Samuel?.... No creo que sientas lo que yo al descubrir que me mentiste, después de un año y de pensar en un futuro juntos… el velo de los ojos se me calló … pero la caída dolió…

Descubrí qué el hombre con el que quería pasar el resto de mis días, tenía familia propia, otra vida paralela, mujer, hijos… y que yo solo era su juguete, al que dedicaba su tiempo libre… Si, no te niego que fueron muchos los momentos en qué disfruté… eso no te niego cómo tampoco te negaré que lo que siento por ti ahora, no existen palabras que puedan expresar mis sentimientos…

Ahora sólo y abandonado por “las dos mujeres de tu vida”, sí esas fueron tus palabras, ¿qué harás?... tampoco necesito saberlo, porque la verdad es que me importa un carajo… Eres un apestado de la sociedad, te has ganado a pulso ese estatus… Ahora no me llores, tienes lo que te mereces, sigue tu vida… que yo seguiré la mía, no volveré la cara atrás… Me olvidaré de ti por completo, bueno casi … porque me llevo conmigo al fruto de nuestro amor, tiene gracia … tu me has quitado lo que mas quería y a la vez me diste la razón de mi existencia….

Adiós mal hombre, qué te juzguen en la otra vida si es que la tienes, que no te la mereces…