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Martha

Martha


" hay golpes en la vida
tan fuertes...
yo, no sé " César Vallejo





Se llama Martha tiene 20 años y aún no entiende la vida en la gran capital, claro hace unos días nada más que ha llegado del interior del país, de aquellos lugares que los capitalinos conocen como el Perú profundo, tan profundo que profundamente lo ignoran.

El es Andrés, 25 años todo un limeño mazamorrero, pero con poca fortuna para conseguir dinero.Se conocieron y el tiempo hizo lo demás.Martha se enamoró de las palabras que tan bonitas salían de los labios de él y le creyó el mundo que le construía en su interior. Martha la del Perú profundo, ahora es Martha la crédula y, muy pronto se convertiría en Martha la esposa. Se casaron y una chocita en la falda de un árido cerro supo del nacimiento de su primer hijo: Luis... el corazón de Martha se llenó de ternura y más cuando dos años después nació Carmen.Martha vivía contenta y aunque la pobreza inundaba su hogar ella irradiaba la paz que hacía creer en un mundo mejor. Para cuando nació Miguelito, el corazón de Martha se ensanchó de gozo como se ancharon los vientres de sus hijos por la desnutrición.Andrés, Martha, Luisito, Cecilia y Miguelito, la familia crecía y las cosas en la casa se deterioraban con la facilidad con que se deteriora el amor cuando los problemas del hogar pasan pasan por unos bolsillos llenos de aire como el aire de las palabras de Andrés en sus lejanos días de enamorador.

Andrés conoció a una extranjera en sus largas caminatas por las plazas de la Lima virreynal, el aire que tan bonito salía de sus labios volvió a reverdecer, Andrés abandonó el hogar.Martha la fiel esposa, Martha la amorosa, Martha la crédula murió como pareja, sus hijos la necesitaban y lloró para sus adentros su angustia, su necesidad de amar, las caricias que ya jamás Andrés le iba a regalar y así reapareció la Martha luchadora, la Martha inquenbrantable, la Martha del Perú profundo. Un trabajo es lo que necesitaba sus hijos no iban a comer sus lágrimas sino de su sudor. Lo consiguió en la casa de los grandes señores, de aquellos que molestan los niños ajenos, peor si son de la servidumbre, pero acarician y aman a sus mascotas.Martha es ahora la criada, sus labores empiezan cuando nace el sol y terminan cuando la luna está ya muy salida. Martha llega a casa y sus hijos forman remolinos de amor con sus brazos, ahora es la madre les acaricia el cabello, les pregunta por sus tareas, por como pasaron el día, mientras les prepara la cena les habla de la vida en los andes, les canta sus harawis y luego de los alimentos los lleva a la única cama de la casa donde los tres niños duermen. A rezar ahora a agradecer a Papalindo las cosas buenas que nos ha regalado este día, y por último el tierno beso de las buenas noches en la frente de cada uno de ellos que se cubren del frío de las cimas limeñas con unas viejas mantas que ella consiguió en una reventa. Sale y a lavar la ropa de los hijos a preparar el amuerzo del día siguiente. Ella es Martha.

Antes de partir a laborar despierta cuidadosamente a Luisito y le encarga a la familia: mira que eres el mayor, ahora eres el hombre de la casa, tienes que velar por tus hermanos menores debes ayudarme, Luisito, porque sola no puedo. Le había dicho el primer día que salió para trabajar, ya han pasado cinco meses y Luisito le revela en su mirada lo mismo que le dijera esa mañana sus labios : no te preocupes mamita, yo sabré tener todo en orden haré el desayuno y calentaré el almuerzo y le pediré a Carmen que lave los platos. Luego se abrazaron y Luisito rompió a llorar, sus pequeños miembros se agitaban a los sollozos cada vez más fuertes: gracias mamá, gracias por querernos, gracias por no dejarnos, gracias por estar a nuestro lado.Martha no lo soportó y echando a llorar le dijo que ella era su madre, que no había fuerza en el mundo que los separaría, que no había nada que agradecerle: mi Luisito, mi hijito, agradezco a Dios que me haya dado unos hijos como ustedes, que son los mejores hijos que toda madre quiere tener, ustedes son mi adoración, ahora a callar Luisito,mira que tus hermanos se pueden despertar.

Hoy empieza su quinto mes de trabajo en la casa de ese grande señor, el sol no sale del todo, as sombras de la madrugada acompañan sus pasos, ya se ha habituado a este viajar va a pie ha encontrado una ruta que la lleva en menos tiempo a sus labores, sonríe feliz porque el pasaje ahorrado permitirá desayunar a los suyos, son cerca de las seis de la mañana cruza la calzada,pero un auto surge raudo de entre las sombras, inevitable el encuentro Martha vuela por los aires y cae sólo su cuerpo, su alma hace unos segundos que partió donde el buen Dios. El chofer baja asustado tener que atropellar a alguien en un barrio residencial, pero mira a la mujer y dice : es una campesina no hay roche... Y aliviado se aleja a toda velocidad
Datos del Cuento
  • Autor: ivan bazan
  • Código: 3944
  • Fecha: 16-08-2003
  • Categoría: Sin Clasificar
  • Media: 6.6
  • Votos: 119
  • Envios: 12
  • Lecturas: 4764
  • Valoración:
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Comentarios


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2 comentarios. Página 1 de 1
MARTHA
invitado-MARTHA 21-01-2004 00:00:00

Hola, de verdad te felicito por tu relato, es un relato que no permite depegues tus hojos de el, es una lectura muy fluida. Esepero que sea un cuento, porque el final no me gusto, es demasiada desgracia para esa pobre mujer y niños. Quiero decire que me identifique mucho con él, y espero no tener ese final. Felicidades

Betina
invitado-Betina 27-09-2003 00:00:00

Y sólo felicitarte por esa forma de narrar la realidad triste,pero realidad al fin de nuestra patria.Sigue escribiendo por favor que ya ganaste una lectora sincera.

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