Tengo el corazón guardado en un cajoncito de mi habitación, para que no me falle a la hora de mirarte. Para que cuando toques esa puerta, y yo, me acerque temblorosa a abrir, el corazón no me inunde el pecho de felicidad y me deje sin saber cómo reaccionar.
Nunca se me ha hecho el tiempo tan grande como esta inmensidad ajena a mi... Es como si nunca fueras a llegar, y yo me hundo en esta habitación tan llena de aire y ansias.
Por fin se oye el timbre, y mis oídos retumban el sonido intentado creérselo de verdad.
Ahora me da miedo enfrentarme a ti.. Te amo tanto... te he extrañado tanto...
Nuestro amor que empezó el día que nacieron las flores para saludar a la primavera, fue como una ventana entre abierta a un acuario con peces de colores. Temía que solo fuera una ilusión, que todo acabara como acabó el anterior amor que me destrozó el alma, y empecé a tratarte con distancia, trataba que no percibieras que me derretía cuando me cogías de la mano y me mirabas a los ojos. Cuando me besaste, fue el día mas feliz de mi vida, pero tu pensaste que no era así, y arrepentido por haber tomado la iniciativa, te disculpaste y dejaste la alegría de la que yo aun no despertaba.
Poco a poco me fui dando cuenta que no volvías a por mi, y fue entonces cuando empecé a darme cuenta que yo misma era la que había conseguido aquella situación. Tanto esperar al amor, y teniéndolo frente a frente, traté de esquivarlo.
Ayer no pude evitar descolgar el teléfono, y volverlo a colgar nuevamente, hasta que como un aire fresco que entra por la ventana en pleno verano, oí que pronunciabas mi nombre. Un silencio. Palabras muertas, resucitando silenciosas en mi ser, sollozos de alegría. Y de nuevo tu voz:
-Sé que eres tu, la que teme reconocer que me ama, y oculta su voz, como si con ello pudiera ocultar su amor.
-Quería decirte que.. bueno que... te extraño, que te amo...

Vuelvo a la realidad, ¡el timbre!. Vuelvo a mirar a mi alrededor, coloco bien mi cabello, aliso mi falda y aprieto con fuerza mis labios. Contengo la respiración y abro la puerta.
Parece mentira, es como si llevara años sin verte, y sólo han pasado tres semanas.
Nos miramos como si nos estuviéramos descubriendo, y siento que algo ha saltado hasta mi pecho y se ha puesto a latir: es mi Corazón.
( ¡¡ Maldito corazón, llegas en el momento menos oportuno, me has fallado..!! )
Empiezo a ponerme nerviosa, y en la primera intención de balbucir alguna palabra, tu ya me has tomado por la cintura y acercas despacito tus labios a los míos. No tengo escapatoria, esto es lo que yo tanto quería, eres el ser que más amo...

¿Contra quién hay que luchar para vencer al amor? ¿Realmente merece la pena destruir algo tan hermoso?