Nunca he sentido la muerte tan cerca, y ahora esta tan solo a dos pasos. Durante años y medio he luchado contra este invencible cáncer, pero ha acabado conmigo. Todo este tiempo he estado pensando como sería el momento de mi muerte , pero ahora que ha llegado no tengo ni idea de que es lo que tengo que hacer, tan sólo tengo quince años y en otro momento diría “y toda una vida por delante”, pero no, mi vida acaba aquí. Ya no volveré a ver sonreír a mi madre, durante todo este tiempo ha sufrido mucho y aunque he intentado hacerla sonreír todo ha sido en vano. Por las noches, cuando se quedaba a dormir conmigo, la oía llorar desconsoladamente cuando ella creía que yo había conciliado el sueño.
Mi novio Richard ha venido a verme todos los días, han sido los mejores momento mientras he estado en el hospital, pero hoy cuando le he dicho que tan sólo me quedaban dos días de vida, la sonrisa que traía todos los días en sus labios para animare ha desaparecido. Ya habíamos hablado muchas veces de cuando esto ocurriera, pero ninguno de los dos estábamos preparados. Richard me besaba las manos y me las empapaba de lágrimas. Le he hecho prometer que será feliz, que volverá a enamorarse y que nunca me olvidará.
Por la tarde ha venido Sofía, como todos los días me ha traído los deberes de clase, eso me viene muy bien porque así me distraigo un poco. Antes de entrar en mi habitación las enfermeras le dieron la noticia, la expresión de su cara cambió. Hemos estado toda la tarde hablando de ello, y hemos hecho un trato, que todas las noches ella mirará la estrella que más brilla en el cielo, yo también la miraré y allí nos encontraremos.
Bueno, mi familia ya esta aquí, quieren pasar la noche conmigo por si algo va mal. Siento dentro de mi que todo esto termina… y que mañana … ya no estaré aquí….