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Categoría: Románticos

Mi vida por la tuya II

-Hay veces que te veo con otro y desearía arrancarte el corazón por el miedo que me da pensar que puedas llegarlo a amar.
-Puedo ir de su mano, pero aunque me intentaras arrancar el corazón no podrías, porque ya no tengo..... ya lo entregué y no me lo devolverá nunca....- Me dice con la mirada triste y perdida.
La abrazo. Sé que mi comentario la hizo recordar lo que tanto daño le hace. La pido perdón, acaricio su pelo y de nuevo la hablo:
-Perdóname, quizá el amarte tanto me esté volviendo loco....
-No te preocupes.
-Me preocupa saber que amándote e intentando dejarte ser feliz y sea por mi culpa por quien recuerdes tu sufrir....
Me mira con complicidad y me hace sentirme menos culpable. Sé que me perdona, se que entiende mi desesperación... Ella comprende lo que siento, porque al igual que yo, ella también ama a un imposible.
La beso la mejilla y la miro fijamente:
-Tus ojos me traicionan, ¿Por qué Dios tuvo que poner en ti todo eso que le falta al mundo?
Logro que de su tiernos labios nazca una sonrisa, y deslumbre esa mirada tan radiante que hace que se acelere el pulso de cualquiera.
-Sabes como sacarme los colores ¿eh!?- me dice ella.
-No serás perfecta, tampoco serás mejor que ninguna, querrás no darte un subvalor; pero para mi, tu eres mas grande que el sol, mas brillante que la luna, mas inmensa que las estrellas, mas profunda que el mar, mas dulce que una flor indefensa que nace sobre la refiega del viento...Y te necesito entera, me eres tan necesaria como es el mar para los peces, como el fuego para el humo, como aire para los pulmones...
Me mira, me coge de la mano y me la acerca al corazón:
-Como quisiera amarte. Si pudiera olvidaría para serlo todo por ti, pero no puedo, este maldito dolor de apodera de mis intentos. Retrocedo una y mil veces intentando coger impulso, pero a un paso de ese pasado está él...
Me duele oírla hablar así, no sólo por saber que no habla de mí, que no me ama, que no es mío su corazón, no... Lo más que me duele es saber que ella sufre y lo peor, que no puedo hacer nada. La veo llorar interiormente cuando con tristeza me mira. Veo un resplandor de esperanza en sus ojos. Siempre ha sido gran amiga, gran persona por la fuerza, valía y coraje que le tiene a la vida. Y confío, por ello, que sabrá salir adelante. Tiene a millones de amigos que la ayudamos, unos la amamos, otros la quieren, todos la adoramos...
Mi hada...¡dale color a las flores!......
Datos del Cuento
  • Categoría: Románticos
  • Media: 5.48
  • Votos: 25
  • Envios: 2
  • Lecturas: 1894
  • Valoración:
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