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Mitos y Realidades de la Evolución

Mitos y Realidades de la Evolución.

(Evolución o Creación. -13)

El destacado biólogo evolucionista Richard Dawkins dijo en cierta ocasión: “La evolución es una realidad tan innegable como el calor del Sol”. Que el Sol es caliente, es demostrable tanto por observación directa como por experimentos. Pero, ¿es posible probar de forma incontestable la validez de la teoría de la evolución basándose en la observación y la experiencia?. Antes de responder a esa pregunta, cabe aclarar algo: Los científicos han notado que los seres vivos pueden experimentar cambios menores a lo largo de generaciones. Por ejemplo, mediante el cruzamiento selectivo, los criadores de perros obtienen individuos con patas más cortas o pelo más largo que sus antecesores. Las variaciones obtenidas por estos criadores se deben por lo general a defectos genéticos.  Así, la pequeña estatura del perro salchicha es consecuencia de una anomalía en el desarrollo del cartílago, lo que causa enanismo. Algunos científicos engloban estos leves cambios bajo el nombre de microevolución.

Los evolucionístas afirman que la acumulación gradual de pequeños cambios en el lapso de miles de millones de años provocó los grandes cambios necesarios para que los peces se convirtieran en anfibios y los simios en hombres. Ese hipotético proceso recibe el nombre de  macroevolución. 

Charles Darwin enseñó, por ejemplo, que las pequeñas variaciones observadas en la naturaleza indican que cambios mucho mayores, que nadie ha presenciado, también son posibles. Según él, ciertas formas de vida primigenia, supuestamente simples, sufrieron una serie de “modificaciones ligerísimas” a lo largo de vastos períodos de tiempo hasta originar los millones de formas vivas que hay en la Tierra. Muchos consideran lógico este prostulado. Razonan que si en una especie pueden ocurrir variaciones menores, ¿por qué no podría la evolución producir modificaciones mayores a lo largo de estensos períodos de tiempo?. Pero la realidad es que la teoría evolucionista descansa sobre tres mitos. Veamos cuales son estos:

Mito 1:  Las mutuaciones proveen la materia prima para la creación de nuevas especies. Mito 2: La selección natural condujo a la creación de  nuevas especies. Mito 3: El registro fósil documenta los cambios de la macroevolución. Comencemos pues, analizando el primer Mito.

La teoría de la macroevolución gira en torno a la idea de que las mutuaciones, cambios aleatorios en el código genético de plantas y animales, pueden originar no solo nuevas especies, sino familias completamente nuevas. -La Realidad es que: Muchos de los caracteres de las plantas y los animales vienen determiados por las instrucciones del código genético, los planos contenidos en el núcleo de cada célula. Los estudios han demostrado que el citoplasma, las membranas y otras estructuras celulares también intervienen en la configuración de un organismo. Aunque se ha descubierto que las mutuaciones pueden producir alteraciones en los descendientes de los seres vivos, ¿generan de verdad especies enteramente nuevas?. ¿Qué ha revelado un siglo de investigaciones en el campo de la genética?.

A finales de la década de 1930, la comunidad científica abrazó efusivamente una novedosa idea. Si la seleccion natural, el proceso por el que las criaturas mejor adaptadas al medio sobreviven y se propagan, podia producir nuevas especies vegetales a partir de mutuaciones aleatorias, como se pensaba, seguro que el hombre sería capaz de hacer lo mismo y de un modo más efectivo, mediante la selección artificial de las mutuaciones. “Se desató la euforia entre los biólogos en general y  los genetistas y criadores en particular”, dice Wolf-Ekkehard Lonnig, científico del Instituto Max Plank para la Investigación de la Reproducción Vegetal en Alemania. (Lonnig cree que la vida fue creada. Sus comentarios citados en este relato, no representan la opinión del Instituto). ¿Por qué tanta euforia?. Lonnig sigue diciendo: “Los investigadores pensaron que habia llegado la hora de revolucionar el método tradicional de crianza de plantas y animales. Creyeron que provocando mutuaciones y seleccionando las que fueran beneficiosas obtendrían nuevas y mejores variedades”. Algunos hasta esperaban ver surgir especies completamente nuevas. Gracias a generosos aportes, científicos de Estados Unidos, Asia y Europa pusieron en marcha programas de investigación en los que emplearon métodos que prometían acelerar el proceso evolutivo. ¿Qué resultados arrojaron más de cuatro decenios de intensa labor?. “Pese a todo el dinero invertido, afirma el investigador Peter von Sengbush, los intentos de conseguir variedades de mayor rendimiento mediante radiación, para inducir mutuaciones, fracasaron ostensiblemente”.  Y Lonnig señala: “Para los años ochenta, las esperanzas y la euforia de los científicos habían terminado en un fracaso mundial. La selección por mutuación como una rama autónoma de investigadión fue abandonada por los países occidentales. Casi todos los mutantes,.. morían o eran más débiles que las variedades silvestres”. Los experimentos demostraron que la cantidad de nuevos mutantes descendía a un ritmo constante, mientras que aparecía de forma recurrente el mismo tipo de mutantes. Nunca se logró crear siquiera una especie nueva. Como los resultados de la selección por mutuaciones en animales fueron todavía peores, se descartó el método por completo.

Las investigaciones en cien años sobre la mutuaciones en general y de setenta años sobre la selección por mutuación en particular bastan para que los científicos determinen si es pasible que las mutuaciones generan nuevas especies. Después de examiner las pruebas, Lonnig concluyó: “Las mutuaciones no pueden transformar una especie original (vegetal o animal) en otra totalmente nueva. Esta conclusión armoniza con los resultados de todos los experimentos y estudios sobre mutuaciones realizados en el siglo XX, así como con las leyes de la probabilidad”.

Por tanto, ¿pueden las mutuaciones convertir una especie determinada en una completamente distinta?. Las pruebas que hemos citado demuestran que no. Los estudios de Lonnig lo llevaron a concluir que “las especies debidamente  definidas tienen límites claros que las mutuaciones accidentalmente no pueden eliminar ni traspasar”.

Todo lo anterior tiene muchas implicaciones. Si científicos consumados son incapaces de producir nuevas especies induciendo mutuaciones y preservando las que sean útiles, ¿qué probabilidades hay de que un proceso carente de inteligencia, a lo casual, lo haga mejor?. Si las investigaciones demuestran que las mutuaciones no pueden transformar una especie original en otra totalmente diferente, ¿cómo, entonces, podría tener lugar la macroevolucion?. De todo esta explicación, seguro usted amigo lector, concordará conmigo en que las plantas y animales que existen en la Tierra, los millones de todas ellas, llegaron a la existencia por Creación. “Cuantas son tus obras oh Jehová. Con sabiduría las has hecho todas. La Tierra está llena de tus producciones”.- Salmo 104:24.  Los Testigos de Jehová pueden ayudarle más sobre este tema de la evolución con el folleto titulado: “¿Es la vida obra de un Creador?”, donde se analizan muchos más puntos y detalles sobre este interesante tema, no dude en pedirle uno, completamente gratis, cuando los vea en el lugar donde usted reside.  En proximos relatos estaremos tratando los Mitos 2 y 3 que hemos señalado al principio del relato presente.

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