Morir despacio entre tus silencios, morir entre recuerdos que ya se pusieron los ropajes negros del luto que provoca en mi alma una desgastada ausencia que ya no tiene sentido.

Morir por dentro de las palabras, tratando de evitar las tristezas,las frustraciones, los malos momentos perdidos en la inmensidad de las dudas, tratando de no llorar, de no pensar, de no saber, de no sentir...

Morir muy despacio, paso a paso, dejando en la piel las esperanzas, intentando no creer que por compañía hay tal abandono consciente.

Morir en pequeños instantes, sin alcanzar ninguna luz, sin entender ninguna intolerancia, con las manos llenas de pruebas pero calladamente... sin saber qué hacer con los motivos; morir en un hasta pronto que se volvió eterna despedida, morir en una frase, en un detalle y luego morir más profundo al necesitar pedir paz, al necesitar decir, no quiero sufrir más y dejar de sufrir, casi al instante.

Y tener la vida en un puño, muriendo apretada en un puño cerrado tan fuerte que mi corazón se despedaza, deshaciéndose en agua teñida de todo... de todo, menos de sangre.

Ahora solo quiero morir despacio, olvidar que tú necesitaste herirme tanto, olvidar que él fué en mi vida... lo que nunca se atreverá a llamarme en su corazón. Ni tan siquiera me pusiste el nombre de Amor en un pasado, nunca fui un presente a medias pues no fuimos nunca dos, siempre tres, cuatro, incluso cinco... tenías razón, a solas contigo... era imposible tener futuro.

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Nota de autor:
Amad mucho, amad bien, no le negueis nunca a nadie ni una sonrisa, ni una lágrima si os la pide con todo su corazón, aprended a leer los sentimientos que se esconden en las palabras, dad más de lo que recibís y sed, por todo ello, muy felices.

Con todo el corazón.