Busqueda Avanzada
Buscar en:
Título
Autor
Cuento
Ordenar por:
Mas reciente
Menos reciente
Título
Categoría:
Cuento
Categoría: Misterios

Natalia y Julieth

1

-¡ah ¡ ya llego nuestra diversión, la nerda de Natalia-murmuro con petulancia Isabelle a Alicia mientras esta procuraba seguir la actuación de su amiga.
-oye Isabelle fui al departamento de cosas perdidas- dijo con cierta ironía Alicia.
-¿si? ¿y encontraste la cordura de Natalia?-Natalia seguía con la cabeza agachada por el corredor, mientras las carcajadas de Isabelle y Alicia resonaban por el mismo. Siendo la alumna numero 1 por tres años consecutivo y sin conocérsele amigo alguno estando en 11º grado, era el blanco obligado de las burlas y comentarios mal intencionados de Isabelle.

A pesar de su obsesivo gusto por el estudio y por la lectura, y a pesar de que su uniforme parecía de religiosa, no podía ocultar su increíble belleza. Sus ojos grises eran tan profundos como el cielo y reflejaban inocencia y su tez blanca y sonrosada contrastaba a la perfección con su cabello rojizo y semi-ondulado, que la hacia parecer una doncella. Tal vez también por esto era el blanco para las burlas de Isabelle. Pese a que Alicia siempre procuraba hacer lo que a su amiga le agradaba, sentía que eso no estaba bien, y además, le gustaba mucho Natalia y cada vez que la veía sentía ‘mariposas en el estomago’ y un deseo incontrolable de tomarla de la mano, deseo que nunca se veía complacido por el temor a que Isabelle arruinara su vida tal como había hecho con otras tantas.

Al llegar a clases, Natalia se acomodo en su lugar e inmediatamente llegaron Isabelle y Alicia. Afortunadamente llego el profesor de trigonometría y repartió los exámenes del día anterior. Felicito a Natalia por su buen puntaje. Isabelle comenzó su ataque tan pronto el profesor salió. Alicia decidió que ya no iba a seguir con esa farsa y prefirió quedarse en su puesto.
-Oh, Natalia, te felicito por tu buen puntaje. Preséntame a tus amigos, los libros para ver si decido desperdiciar mi fin de semana estudiando- dijo , mientras le sonreía irónicamente a Natalia. Los murmullos y las risitas no se hicieron esperar.
Isabelle empezó a canturrear:
-¡pobre niñita nerda ¡ ¡pobre niñita nerda!-
Natalia cubrió parte de su rostro con su mano Izquierda, mientras ladeaba la cabeza. En ese momento un sofocante calor se hizo presente en el salón. Costaba trabajo respirar. Algunas intentaron abrir las ventanas, pero las perillas no cedían. El aire se estaba acabando. Natalia miro con complicidad a Julieth, una nueva alumna desadaptada victima de las burlas de Isabelle. En ese momento ella dejo de sentir calor y sonrió a Natalia, quien tampoco se veía afectada por ese sofocante calor. Todas las chicas del salón se estaban ahogando de calor a pesar de que afuera caía una tormenta de nieve. Isabelle había dejado de canturrear, y ahora luchaba por mantenerse de pie.
-¿qué...pasa?-pregunto apunto ya de desmayarse. Natalia sonrió amenazante. En ese momento llego el profesor y todo había vuelto a la normalidad, pero a Isabelle le costaba aun respirar. Ella volvió a su lugar.
Al sonar el timbre para el descanso, Julieth logro alcanzar a Natalia antes de que saliera del aula y le obsequio un dulce y una sonrisa, la cual Natalia devolvió con picardía.


Esa tarde, Natalia iría a la biblioteca a devolver un libro y a recoger otros. al dirigirse a la sección de matemáticas, extrañamente se perdió y fue a dar a un área de paranormales. Ella se extraño mucho, pues llevaba yendo 5 años a la misma biblioteca y nunca había visto un área de paranormales y al parecer era bastante antigua. Al acercarse vio un hombre de mas o menos 40 años, con barba corta y ojos grises. Tenia un aspecto que a Natalia le resultaba algo agradable y le hacia sentir cómoda.
-Deberías leer este libro- dijo aquel hombre mientras le pasaba un gran libro de pasta dura en cuero y con un ojo pintado en la portada.

Natalia observo aquel libro y cuando iba a darle las gracias, el hombre había desaparecido. Al llegar a su casa, Natalia se dirigió a encerrarse a su cuarto. Era huérfana; Su padre murió en un viaje y su madre murió al dar a luz, y vivía con su tía una mujer alcohólica; por eso ella se refugiaba en los libros. Empezó a leer el libro y al llegar a cierta pagina encontró una lista con signos extraños. Era hebreo. Al intentar leerlos pronuncio la palabra ”algeanla“ y un fuerte frío lleno su habitación. Regreso a la biblioteca a devolverlo. Sin embargo, la bibliotecaria le respondió muy enojada tras haber interrumpido su lectura:
- Usted no llevo ese libro de aquí-.
-Pero si la saque de esa área de paranormales, me lo dio aquel hombre...-
-Mire, esta diciendo incoherencias. No hay ninguna área de paranormales, y hoy solo han entrado 2 jovencitas y usted, nadie mas-.
Extrañada volvió a su casa y siguió leyendo el libro. Era de magia.


A Laura, la tía de Natalia, la despertaron esa noche pesadillas de sangre y risas; Parecía ser modestas risas, pero al mismo tiempo, algo complacidas, irónicas, horribles. Se despertó sobresaltada, y se acordó del padre de Natalia. Era su hermano gemelo, su único hermano pero este la odió hasta el ultimo día de su existencia; le tenia envidia, por que era mejor hechicera que el, y sabia manejar mejor el libro que les había heredado su padre, libro que desapareció con la muerte de su hermano. Prendió la luz con el pensamiento, y fue a la recamara de Natalia. Contemplando desde la puerta comprendió que había sido mala con ella por mucho tiempo, pero era hora de cambiar su actitud, y ella tenia el poder para hacerlo. Tenia magia.
2

Al día siguiente, Natalia había sufrido un cambio radical. La falda escocesa del uniforme, la llevaba muy corta, y cabellera que antes lucia larga, ahora lucia corta y de un rojo encendido. No parecía haber ido a la peluquería recientemente, pues su cabello lucia sucio y descuidado. La inocencia que antes se reflejaba en sus ojos había sido remplazada por una maldad previniendo a quien osara acercársele. La cantidad de libros que antes la acompañaban se habían convertido en un cuaderno y un lapicero en una mochila, y el grueso libro de magia. Pero aun así su belleza seguía tan radiante como siempre, aun mucho más.

Al llegar al salón, Isabelle y Alicia estaban esperándola en la puerta.
-Oh de nerda a prostituta, ¡que gran cambio!-dijo con tono burlesco Isabelle. Alicia no pudo ocultar su indignación y lo ofendida que sentía.
- ¡Déjala ya, Isabelle ¡ ¿ que te esta haciendo?- dijo con enfado Alicia, mientras Natalia la miraba con un profundo agradecimiento como recompensa. Alicia le devolvió una sonrisa mientras se alejaba de allí.

-¿Sabes que Alicia? Atente a las consecuencias de tus actos- dijo Isabelle alejándose del lugar y sin quitarle la vista rencorosa de encima a Alicia.
-Ya no te temo Isabelle- respondió desafiante Alicia-No estoy sola.
-Pues es mejor que comiences a temerme- respondió amenazante Isabelle, dándose la vuelta. Se dirigió lentamente a su puesto, un poco aturdida, pero sin demostrarlo en lo absoluto. No podía creer que Alicia le hubiera contestado de esa manera; no ella y no en el colegio.

Al entrar Natalia al salón todas sus compañeras guardaron silencio. Natalia sonrió y se acomodo en su lugar. Julieth se acomodo en el lugar de en frente.

-Hola- saludo tímidamente Julieth a Natalia. Julieth era una chica bella de 16 años, al igual que Natalia. Tenia el cabello castaño y largo, el cual siempre llevaba recogido con una cola alta. Sus ojos eran de un negro tan profundo como la noche y con facciones delicadas que se veían ocultas por sus maneras y modales de chico.

- ¿Te agrado el dulce que te di ayer?-pregunto finalmente Julieth.
- Si- respondió Natalia- casi tanto como tu- dijo mientras clavaba sus profundos ojos grises en los negros de Julieth.
- Gracias por no dejar que me asfixiara ayer- dijo Julieth.

Natalia se sorprendió de que Julieth le hablara de ese modo de sus recién descubiertas habilidades. Intento hablar con ella, pero en ese instante llego la profesora de democracia con su tono fuerte pero alegre de voz solicitando la tarea del día anterior. Todas las alumnas sin excepción se acomodaron en sus lugares.

- las llamare por orden de lista, y traerán sus cuadernos en la pagina de la tarea de ayer. ¿De acuerdo?-. Todas asintieron con un desalentado si.

Natalia se acerco a Julieth y le pregunto:
-¿Cómo dices que fui yo quien no dejo que te asfixiaras?-
- Porque a mi también me pasan cosas así cuando me enojo, cuando estoy alegre, cuando me enamoro. -dijo con total naturalidad, como si estuviera hablando de frutas. En ese instante, el salón entero se conmociono, pues a Isabelle se le había perdido el cuaderno de democracia y en su rostro se reflejaba una angustia inconsolable.

-¡ Que casualidad!, justo cuando yo acabo de encontrar mi tarea- dijo Natalia con una exquisita malicia , a la cual llamaron inmediatamente después de Isabelle. Presento su tarea, y como siempre, obtuvo un 10.

- Yo no la pude hacer...-dijo con cierto desgane Julieth.
-No hay problema-dijo Natalia. Cerro el cuaderno, descargo suavemente su mano sobre el y murmuro: ´Algeanla´1
En un instante, los caracteres de la letra habían cambiado y la tarea estuvo lista para se presentada de nuevo. Julieth obtuvo un ocho con una tarea que debía ser de seis.

Enseguida sonó el timbre de cambio de clase, que era de artes. La profesora comenzó con explicar conceptos básicos como la forma de dibujar rostros y lo que siempre era mas difícil para ella en un dibujo de esa clase: los ojos.

1. Alma (Hebreo)
-No debemos ponerle demasiado énfasis a los ojos, pero tampoco podemos dejar que nos queden tan simples como un circulo con un punto negro en el centro- dijo con elocuencia la profesora Lucia mientras procedía con su carboncillo sobre su lienzo- debe ser algo que nos nazca-prosiguió-Hoy vamos a hacer un dibujo que tenga un humano como protagonista ,poniendo atención en sus ojos. ¿Listo chicas? Manos al lienzo.

Isabelle procedió en su lienzo y en veinte minutos había hecho un rostro femenino de facciones finas y agudas, y con una fría expresión en sus ojos. Todas las alumnas, junto con la maestra, halagaron el dibujo. Todas con excepción de Julieth y Alicia.

Natalia no puso la menor atención y permaneció quedita observando su recién pintado dibujo. La profesora se intereso en la aparente lejanía de esa chica sobre su dibujo.

-¿puedo observar lo que has hecho?-
- si, profe-respondió Natalia mientras giraba el cuadro.

Su dibujo distaba de la realidad, pero tampoco podía imaginarse algo tan hermoso. Natalia había dibujado una hermosa hada con un vestido entero hasta un poco mas abajo de la entrepierna, muy gastado; tenia alas de mariposa, las cuales había rellenado con sombra, y la mirada de aquel ser elemental, trasmitía al mismo tiempo, tranquilidad e ira. La profesora observo detenidamente el dibujo y luego observo a Natalia.

-¿De donde lo sacaste?- pregunto la profesora
- De mis esperanzas.

La profesora volvió al escritorio con una expresión facial extraña .
- Voy a salir, a traer unas pinturas. Juana, quedas a cargo, no quiero problemas ¿ de acuerdo?- dijo mientras se dirigía a la puerta sin quitarle la vista a Natalia.

Isabelle se dio cuenta de ese pequeño incidente y decidió que nadie podía ser mejor que ella, y mucho menos una ’nerda‘ como Natalia. Se desplazó por el salón de artes lentamente con una vitrazeta roja abierta entre sus dedos. Al llegar al lugar de Natalia, todas las alumnas se alejaron del lugar formando un circulo, como en un campo de batalla.

-así que ese es tu dibujo ¿eh?-dijo mientras la envidia que tanto sentía se manifestaba en su voz.
Alicia ardía en cólera, y cuando se disponía a atravesársele a Isabelle en su camino, Diana y Naike, dos niñas que no les gustaban los problemas y a las cuales Isabelle también llamaba ’nerdas‘ se lo impidieron al mismo tiempo que la mirada tranquilizadora y de advertencia de Natalia la prevenía. Julieth estaba tranquila, sabia que Natalia podría defenderse sola, pero estaba lista a intervenir de ser necesario.

Isabelle prosiguió.
-… seria mejor si no estuviera manchado de …- y justo cuando iba a proceder a manchar el dibujo de Natalia, la vitrazeta se derramo extrañamente sobre su falda escocesa y su media izquierda. Todo el salón dejo escapar un gemido aterrado, mientras Isabelle se deshacía en lagrimas.

- ¡Mi papá me va a matar!-se quejaba con sus amigas-¿ que dirá mi papá?-
En ese momento levanto la vista y vio el dibujo de Natalia, que ahora la observaba burlonamente. Luego escucho las risas victoriosas de Julieth y Natalia. Un destello de descubrimiento se hizo visible en sus ojos.

-las ventanas…el calor…y ahora esto- murmuro Isabelle y luego exclamo- ¡y todo cuando la estaba molestando!- las compañeras que estaban allí se asombraron.

-¿ Cuando estabas molestando a quien?- pregunto Melanie, una de las tantas seguidoras que allí acompañaban a su ídolo, Isabelle.

-¡pues a Natalia! ¡yo se que fue esa maldita bruja! ¡yo lo se!-decía obsesionada.
-Isabelle, ella no se movió- respondió Melanie.
-yo se que fue ella, ¡ yo lo se ¡- se quejaba Isabelle.



3

Al llegar a su casa, Se alegró mas que nunca. Su tía estaba sobria, cuerda y sonriente, como hacia mucho no la veía. Se alegro aun mas de haber encontrado ese útil y grueso libro, que paresia que cada vez mas le arreglaba sus problemas.

-hola, melocotón...-saludo su tía desde la cocina-¿qué tal estuvo tu día?-.

A Natalia se le humedecieron los ojos de la alegría. Desde sus catorce años, no había recibido una muestra de afecto de su tía. Se volvió lentamente hacia la cocina.

- Bien…gracias por preguntar...- y la abrazo fuertemente. Cuando procedía a retirarse, su tía la llamo.
-lamento haberte abandonado tanto tiempo... hoy , ya no me gusta el whisky, creo que ahora prefiero el yogurt con fresas...-dijo con una sonrisa de arrepentimiento -lo siento tanto, melocotón...

- …tía laura, yo...-
-hay una sorpresa esperando por ti en tu habitación- dijo interrumpiéndola
-gracias- murmuro Natalia antes de derramarle un beso en la mejilla.

Subió a su habitación. Definitivamente, las cosas estaban mejorando con la llegada de ese misterioso libro en sus manos. Al entrar en su alcoba, encontró algo realmente grato a sus ojos. Su antes oscura y fría habitación había sido remplazada por una cálida y cómoda alcoba. Su vieja cama de madera había sido substituida por una nueva de tubos metálicos blancos, con cobijas, sabanas y colcha blancas, nuevas también. En lugar de las anticuadas cortinas marrón, habían velos blancos, que le daban mas claridad a su habitación, y la blanca alfombra vieja había sido renovada. La destartalada mesita de noche, que tenia destinada a, aparte de sostener sus pocos objetos personales, a sostener sus libros, ahora era una mesa de vidrio y tubos de brillante metal blanco, con una lámpara automática. También habían muebles nuevos: un moderno escritorio, y un bello espejo colgante con una repisa para sus cosas, también blancos como el resto de muebles del lugar. Pero había algo que realmente movió el corazón de Natalia: en la pared Sobrante encima de su cama, había un retrato de su madre sonriente, en una playa. Reconoció enseguida la playa.

-¿Que te parece?- pregunto su tía.
-es hermoso Lalita y lo mas bello es … esa bella foto- dijo con la voz ahogada por la emoción. Laura cambio su sonrisa por una expresión apesadumbrada. Y con voz grave empezó a hablarle a Natalia

-Tu padre hizo un viaje a Irlanda, viaje del cual nunca regreso. Con tu nacimiento, tu madre falleció. Como ella era hija única, y Yo, siendo la única familia que te quedaba decidí criarte como mi hija, A pesar de que tu padre me odiara sin razón. Cuando tu tenias catorce años...-

- murió Henry, tu esposo

-si, y caí en una profunda depresión, la cual me volvió alcohólica...-Laura se detuvo, mientras retomaba el aliento, pues un gran nudo en la garganta no la dejaba hablar. A estas alturas de la conversación, su voz era casi un susurro.-...y entonces me olvide de ti..., mi melocotón- dijo llorando y al mismo tiempo acariciándole el cabello-.. y se me olvido cuanto te amaba...hasta hoy.

Natalia procuraba contener las lagrimas. Quiso decirle cuanto la había odiado, cuanto rencor le había guardado durante todo el tiempo que la hubo maltratado, golpeado y humillado en sus noches bohemias acompañadas de licor. Pero se contuvo. Se dio cuenta de que el arrepentimiento de su tía era sincero, se dio cuenta de que el cargo de conciencia que ella sentía era tal que no le alcanzaría su vida para disiparlo, y eso le bastaba a Natalia.

- Yo... yo también te amo lalita- respondió abrazándola y recostándola hacia su pecho- yo también te amo y te perdono.

- Gracias nena, gracias...-

Luego Laura bajo a la cocina en silencio, procurando de que todo estaba bien. Natalia mientas tanto, pensaba en Julieth. No le había dicho nada serio aun, pero le gustaba demasiado.


4

A la mañana siguiente, Natalia decidió arreglarse un poco para Julieth en su espejo nuevo. Coloco su cepillo en la repisa procedente del espejo, junto con un lápiz delineador de ojos y una diadema de tela blanca.

Ya había peinado su suave y rojizo cabello, y había terminado de delinearse sus bellos ojos cuando en el espejo apareció un vapor, como el de alguien que ha soplado en un cristal y un dedo invisible escribió la palabra ’ Astaroth ‘; luego un puño invisible procedió a golpear el cristal, fragmentándolo. Natalia quedo perpleja y se puso de pie. Siguió vistiéndose lentamente y luego bajo a desayunar.

-Lalita, ¿tu conoces a alguien con apellido o nombre Astaroth?

-Hm…si no estoy mal, fue un conocido de tu padre…!si eso es ¡ tu padre lo conocía y se fue con el al viaje a Irlanda. ¿ por que lo preguntas?

-no, por pura curiosidad. Es que vi su nombre en una postal… Adiós tía…

La mente de Natalia era una confusión total. Fuera quien fuese aquel señor Astaroth, sabia que alguien o algo lo odiaba. ¿Pero por que lo conocía su padre?. Solo se dispersaron esos pensamientos al atravesar las puertas del Colegio Santa Catalina, para encontrarse con el bello rostro de Julieth.

” Tengo que decirle lo que siento“, pensó al sentir la suave fragancia a flores secas de Julieth que acababa de pasar por su lado, sonriéndole por encima del hombro.

No se percato de que ella, siendo observadora de aquella belleza intangible, estaba siendo objeto de una observación similar. Unos pasos atrás, Alicia la contemplaba, con los mismos pensamientos de Natalia en su mente. Tras un largo rato de meditación, decidió darle un saludo.

-¿cómo amaneciste?- pregunto Alicia tras alcanzarla. Natalia volteo extrañada. No era muy normal que la mejor amiga de su peor enemiga la saludara de esa forma tan cordial.

- No creo que te interese…- respondió no muy confiada.
- No seas grosera… solo trato de ser tu amiga- Replico con aspereza Alicia.
- Bien…¿ y tu?
-bien… gracias por preguntar- Alicia sintió como su cara se calentaba cuando Natalia le enseño una hipócrita sonrisa, para dejarla luego atrás.
” Tengo que ganarme su afecto“ pensó obsesionada.

Natalia ni siquiera se le había cruzado por la mente el que Alicia gustara tanto de su persona. Pensaba que el acto de otro día de defenderla ante Isabelle, era solo una muestra de rebeldía (rebeldía tardía), ante la forma de manipularla con sus caprichos y su aparente poderío social.

Al llegar a clase de química, Natalia se acomodo en una esquina del salón. No se percato de que Julieth se acomodaba discretamente en el puesto de atrás, no precisamente para pedirle ayuda en algo que no entendiera.

Al llegar Elsa, (la docente), empezó a dictar los aburridos temas de enlaces iónicos y enlaces covalentes, junto con algunas leyes de Mendeleiv y Lavoisier.
Natalia ya casi se dormía del aburrimiento; Entonces ladeo el rostro, mientras se cubría parte del mismo con la mano izquierda. Era una costumbre que tenia desde pequeña . Julieth decidió hacer una ”obra de caridad“ mas por ella misma que por Natalia : Ir y hablarle de algo a Natalia, de cualquier cosa, de lo que fuera… así fuera de fútbol… pero iba a hablarle.

-Hola- susurro Julieth tras cambiar de lugar-¿aburrida?
- Sabia que vendrías a rescatarme de este aburrimiento- Respondió Natalia con picardía.

Hablaron de todo: De música, de comida, de deportes, de las personas que les caían mal, de todo… hasta que llegaron a hablar de las relaciones de pareja.

-¿ tienes Novio o hm... novia, tal vez?
- no – Respondió Natalia
- ¿ traga, tal vez?
- Si, una…
- ¿ el o ella?
- Ella- dijo Natalia mirando Fijamente a los ojos de Julieth.
Julieth se sintió abochornada, y cambio de tema rápidamente.
- ¿ y que te gusta hacer?

Natalia se dio cuenta de la intención escasamente cauta de Julieth, pero no se lo permitiría. Tendría que averiguar algo de ella, así como ella también había averiguado algo suyo.

-¿Tienes novio o novia?
- No
-¿traga?
- si, ella…

Luego hubo un incomodo silencio en el salón. Natalia y Julieth sintieron las miradas punzantes de desaprobación de treinta pares de ojos, incluidos los de la profesora.

- por favor retírense del aula- ordeno con severidad.

Natalia y Julieth tomaron sus cosas mientras Isabelle no daba crédito a lo que veía: la niñita nerda, expulsada de clase. Al pasar por el lado de Isabelle, esta le murmuro:
-Aun lo sigo diciendo, de nerda a prostituta, desaplicada y además indisciplinada-

- eso no es asunto tuyo, Idiota- Respondió con violencia y entre dientes Julieth.

Al salir del aula, Natalia siguió averiguando sobre Julieth. Descubrió mas de lo que esperaba.

Supo que su padre había sido mago, que vivía con su padrastro, pues su padre había muerto en un viaje a Irlanda, además de que era hija única, igual que ella. Curiosas coincidencias.

5

- Melanie, necesito que me hagas un favor…-

-¿ de que se trata?- pregunto esta a Isabelle no muy convencida de decir que si, pero a sabiendas de que tendría que hacer lo que ella le pidiera.

-Necesito que vayas a la biblioteca y averigües sobre poderes psíquicos, clarividencia, y fenómenos paranormales que afecten el exterior…
-¿Para que quieres eso?

-para… Hay, eso no te incumbe
-¿entonces porque no vas tu?

-No seas torpe, ¿no recuerdas el incidente de la vitazeta roja? Por culpa de esa bruja, me quede sin salidas por un mes, ya que el uniforme era nuevo…¿podrías ir por mi?

-no se…es que hoy iba a salir con Iván…- respondió Melanie tratando de evadir el compromiso.

- ¿ segura de que no puedes ir? – cuestiono con crudeza -Yo de ti no estaría tan segura, ¿o si Mel?- murmuro amenazante Isabelle al oído de esta.
- Esta bien, le diré a Iván que nos veamos una hora mas tarde ¿contenta?-

- Sabia que podía contar con tigo Mel, no te arrepentirás.
” A veces me pregunto, ¿por qué soy tan tonta?, debería revelarme tal como lo hizo Alicia “ se lamentaba Melanie por ser tan buena con un monstruo como Isabelle.” Además,¿qué tiene contra la pobre Natalia?, estoy segura que esto tiene que ver con ella. Hojala ella sea la que nos libere de este maldito monstruo“.


Mientras tanto, Natalia estaba, como siempre en el sótano, pero esta vez, ya no era para estudiar álgebra o español, sino que leería su grueso libro de magia. Se sentó en una vieja silla escolar abandonada y empezó a leer. Llevaba 10 o 15 minutos leyendo. Entonces una ráfaga de recuerdos invadieron su mente. Y vio a su padre. Lo reconocía, aun que nunca la había visto ni siquiera en una foto. Era el mismo hombre de la biblioteca. Vio como moría. Era asesinado. Por su amigo. Astaroth.

Sintió una mezcla extraña de emociones: Miedo, alegría, impotencia. Había algo en ojos del asesino que le resultaba muy conocido. Ese intenso negro. Una voz parecía hablar desde su mente. Le pedía que matara, que asesinara, que vengara. Un fuerte dolor de cabeza la traspaso. Tenia que asesinar a su descendencia. Lo supo de inmediato, al ver un bebe nacer.

De pronto sonó un derrumbe en aquel sótano. Natalia procedió con curiosidad y cautela. Entonces con un brazo removió gran parte de los derribos que cubrían el resto del cuerpo, y los brillantes ojos negros de Julieth se abrieron entre este montón de cherevejos y trastos viejos.
-ayúdame…-
Natalia corrió a auxiliarla. Le brindo un poco de agua y la limpio con un poco de magia. En un instante estuvo como nueva.
-tendrás que enseñarme a hacer eso- dijo con humor Julieth. Natalia en cambio lucia muy seria.
-¿qué viste? ¿qué oíste? ¡dime! ¿por que estas aquí?- pregunto Natalia mientras sus grises ojos se encendían al igual que un airado rubor en sus mejillas.
-Nada, yo acabe de llegar… solo me enredé y caí… es todo
-bueno, ya respondiste parte de la pregunta, ¿pero por que estas aquí?
-Veras… llevo parada entre 20 o 25 minutos afuera del sótano…pensando si entrar o no entrar… y no pude evitar seguirte desde que empezó el descanso, es que tus ojos y tu cabello son magnéticamente atractivos- un inocente y pícaro rubor se encendió en las mejillas de Natalia.

Julieth se puso de pie y con una delicadeza recién descubierta en ella, tomo a Natalia por el cuello y la beso. Era el primer beso de Natalia. El primero.
-¿ Por que lo hiciste ?- murmuro Natalia
-porque me gustas demasiado, quiero que…quiero que seas mi novia, eres la traga de la que te hable el otro día… en química-
Natalia y Julieth sonrieron y aquel sótano frió y húmedo se lleno de luz, y de las hojas y recortes de trabajos viejos que ocupaban el sótano, brotaron mariposas recortadas que volaban alegres. Luego Natalia se recargo en el hombro de Julieth, al mismo tiempo en que esta la abrazaba, y al fondo se oía la algarabía propia de la entrada a clases del descanso.
6

Al lunes posterior, Julieth invito a Natalia a su casa y esta llevo su libro de magia consigo, pues se disponía a enseñarle ciertas cosas.
Llegaron a eso de las seis de la tarde, con permiso de lalita, la tía de Natalia, de quedarse en la casa de Julieth.

-Sigue- le invito Julieth con un beso y tomándola de la mano la condujo al interior de la casa. Era una casa de estilo moderno, con grandes ventanales por donde la casa se llenaba de la poca luz diurna, que ahora daba paso a la luz de la luna.

La madre de Julieth y su novio estaban viendo televisión en la sala. Era el tercer novio de la madre de Julieth en un año. Había quedado viuda de tan solo 25 años, y por desgracia, el tiempo se le iba en el trabajo y en buscar romances, y solo prestaba el tiempo escasamente necesario a Julieth, pero esta ya se había acostumbrado a ver a su madre con un sin numero de parejas, con las cuales fracasaba a los pocos meses de haber comenzado su relación. Solo era cuestión de que Julieth lo deseara.

-Mamá, Raúl, ella es Natalia; Natalia ella es mi mama, Julia. Ella es la compañera que me va a ayudar con el trabajo de… recuperación…-

-Mucho gusto, creo que yo podré ayudarla, en el trabajo de álgebra, y con gusto lo aré, ya que yo entiendo muy bien el tema y…- Natalia interrumpió su discurso al ver la cara de alarma de Julieth.

-¿álgebra? ¿qué no era química?, espero no llevarme sorpresas al final de año ¿eh?- dijo la mamá de Julieth en tono de advertencia.

-tranquila, mamá- y disculpándose, se retiro con Natalia a su habitación.

-¿De donde sacaste lo de álgebra? ¡ ahora serán dos trabajos los que tendré que presentar!- Dijo reprochándole en forma de broma a Natalia.

Natalia sonrió arrepentida, y sacó su libro de magia, y una varita adicional que había conseguido para Julieth.

-Esto es mejor que mi casa; ¿Sabes? Hay un cuarto al que mi tía no me permite entrar, Pero yo a escondidas entro, porque siento como si mi padre estuviera con migo. Lalita dice que allí asustan, y que no deben entrar las personas cuyo corazón o mente se hayan portado mal, pero creo que allí se puede ejercer muy bien la magia, y además a mi nunca me han asustado. Tal vez algún día te invite. Bueno, empezamos por lo básico ¿bueno?- Dijo pasándole el libro a Julieth y sentándose de piernas cruzadas en el suelo- ¿sabes hebreo o latín?-

-si, latín, lo aprendí de mi mamá

-Lee uno de los signos en la pagina

Julieth tomo el libro y leyó ”Halitus“2 . En ese momento las dos sintieron el calor de un cuerpo junto a sus espaldas. Aunque Natalia se estremeció, permaneció sentada. En cambio Julieth se paro bruscamente. A Natalia le pareció graciosa la actuación de esta y dejo escapar una risa sorda.

-No te asustes, ese es todo el poder que tienes y resulta ser tan fuerte que tu misma te aterras. Ven siéntate. Dirás ese palabra cada vez que quieras hacer cosas fáciles.

-¿ Como que?

-como cambiar tu apariencia, manipular tu entorno, derramar cosas, y cosas por el estilo.

2- aliento(latín)
- ¿ y que hay que hacer?
-desear con fuerza en la mente lo que quieres hacer, y luego murmurar tu palabra, nada mas-

-voy a hacer algo divertido- y diciendo esto, y convirtió su lúgubre y negra habitación en una llena de colores rosas: no había un solo objeto relacionado con Julieth. Rápidamente tomo un par de sus coletas y se recogió el cabello en dos coletas. Empezó a remedar la voz como la de una niña chiquita. Natalia reia divertida. De pronto cambio la expresión del rostro y muy seria dijo
-¡oye, se quedaras así por 72 horas! Olvide decírtelo…-

Julieth se detuvo en seco, aterrada por lo que había acabado de comentar. Deseó con fuerza que todo volviera a la normalidad, y al ver que cambiaban las cosas fácilmente, se sintió avergonzada por su ingenuidad, y Natalia volvió a reír con mas fuerza aun. Julieth pensó en una dulce e inocente venganza.
Mientras Natalia estaba distraída riendo, tomo su el libro precavidamente, y la elevo hasta el techo de la habitación. Esta vez fue Julieth quien rió al ver la cara de panico de Natalia

Siguieron bromeando así hasta el anochecer, dejando un increíble recuerdo en cada una de sus jóvenes mentes. Esta seria una larga y memorable noche.



Mientras tanto, Alicia intentaba conciliar el sueño. Por un lado, temía las consecuencias que traería el haber enfrentado a Isabelle. Ya habían pasado varios días, y sin embargo no había mostrado actitudes de resentimiento alguno. Como le decía su madre:” De las aguas mansas líbrame señor, que de las turbulentas me salvo yo.“ La aparente demora de Isabelle en tomar represalias contra ella no destinaba nada bueno. Alicia conocía a la perfección a Isabelle y sabia que estaría planeando algo, sino perverso, macabro, sin embargo, se equivocaba mucho

Por otro lado, no podía dejar de pensar en la bella sonrisa de Natalia, acompañada de su rebeldía superflua. Después de meditar largo tiempo, decidió que si se había arriesgado a ser la enemiga de Isabelle, no seria en vano. Trataría de llegarle a Natalia de la manera mas sencilla posible. La ceguera en la que la había sumergido su obsesión, le hacia ver la hipócrita sonrisa de Natalia como una muestra de afecto, y había basado sus ilusiones y esperanzas en aquel momento efímero y nulo pero placentero.

Esa noche Laura volvió a tener pesadillas. Esta vez veía como paredes de un blanco puro se teñían de escarlata. Se despertó asustada. Presagios de dolorosas muertes invadieron su corazón. Sabia que era su hermano. Pero no sabia que era lo que quería.
7

Ya había pasado mas de un mes y el cumpleaños número 17 de Natalia estaba cerca. Su tía decidió hacerle una piyamada en su casa. Natalia se encargo de hacer las invitaciones, y entre estas había una para Isabelle. Julieth le pregunto un tanto irritada porque hacia algo tan chocante, como el invitar a alguien tan indeseable como Isabelle.

-Calla, y escucha. Tengo un plan.¿Recuerdas que te hable de la habitación aquella donde sentía a mi padre?

-Si ¿y?

-La podemos usar. Lalita dice que no debemos nunca dejar esa habitación a oscuras, y por eso tenemos una vela siempre. Tal vez podamos hacer que nuestra amiguilla, entre a esta habitación… a oscuras, y no creo que se haya portado muy bien. Tal vez pase un mal rato.

-Buena idea. Eres un genio.


Las invitadas llegaron con presentes para la anfitriona. Isabelle sabia que Natalia tramaba algo y no se fue muy confiada, pero como siempre, buscaba la manera de fastidiar a Natalia.

-Natalia, querida, para ti especialmente- Dijo con ironía Isabelle entregándole un pequeño paquete Rosa. Natalia lo abrió, asombrada de que Isabelle llegara con un presente a la fiesta. Al abrirlo, se asombro al ver lo que contenía: Un paquete de verrugas falsas, y luego Isabelle agregó:

-Para una bruja, verrugas- Paola, Carolina, Sandra, Marcela y Andrea entre otras, rieron a carcajadas, mientras las demás las miraban un tanto incomodadas y con vergüenza ajena. Sin embargo, a Natalia le pareció muy bueno el regalo.

-Es perfecto; a Mi tía le encantara.
-¿Cómo que a tu tía? – Pregunto Juana
-Si ella es maquilladora profesional- Isabelle se Tuvo que morder la lengua por la frustración que sentía. Después de un rato Bailando y bebiendo en la gótica y espaciosa sala de la casa de Natalia, Decidieron ponerse a contar historias de terror.

-Yo empiezo con una historia- Propuso Julieth- Y en determinado momento, alguien mas sigue con la historia hasta llegar al final.

-Bueno. Había una vez una jovencita, un tanto quisquillosa, dominante y caprichosa. Llego a una casa, haciendo y diciendo cosas ofensivas, Entonces…

Isabelle decidió no escuchar y pregunto por el baño.
-Al fondo del pasillo.-Respondió Natalia, mirando a Julieth con picardía.

-Encontró un cuarto un cuarto oscuro, con una sola luz: la de una vela- Agrego Juana.

Natalia murmuraba cosas incomprensibles en la sala, pero nadie lo notaba. Isabelle buscaba un punto débil en su casa para hacerle mas burlas a Natalia; Pero no pudo, la casa De Natalia era perfecta. Al fin decidió ir al baño. Pero cual seria su sorpresa al encontrase con una habitación con una pequeña vela encendida en el medio de esta, con una sola ventana y una Chimenea que no había sido prendida en bastante tiempo. Entro y dio algunos pasos.

-Entonces la puerta se cerro a sus espaldas- Siguió Naike con la historia que acababa de empezar Julieth- y la única luz disponible se extinguió.


Mientras en la sala se divertían contando historias, no notaban la ausencia de Isabelle. De pronto en el cuarto oscuro en que se hallaba Isabelle, la puerta se cerro a sus espaldas. Escucho una voz de niño pequeño que canturreaba ”A apagar luces“ una y otra vez y la vela se apago. Presa del terror trato de salir, pero la puerta había desaparecido de la habitación. Isabelle trato de gritar, pero su voz no funcionaba. Sintió como si alguien la tomara por el hombro, pero al volverse no encontraba a nadie.
-Natalia sigue tu con la historia-Dijo Naike.
-Entonces la niña no encontró salida a aquella habitación oscura, pues la puerta por donde había entrado había desaparecido.


8

-Y grito con todas sus fuerzas pero en la casa…
- Solo se escuchaba aquella voz como un susurro del viento, y nadie reparaba en su ausencia- Continuó Alicia.


Isabelle grito a pulmón entero, pero nadie con excepción de Julieth y Natalia parecía oírle. Escucho diversas risas que parecían divertidas con su sufrimiento.

-Escucho voces burlonas y entonces…

-Grito basta y todo cesó- Dijo Julieth como complemento a la historia.

En la habitación oscura cesaron la voces y la vela volvió a encenderse, y la puerta apareció otra vez detrás de Isabelle. A pesar de que ella había corrido alrededor de la habitación, no se había movido de la puerta. Sin embargo la Puerta seguía cerrada.

A Natalia no le parecía que Isabelle ya tuviera suficiente, y por esto siguió con la historia.

-Pero una malvada bruja decidió utilizar el cuarto para atormentarla mas, y la hizo llorar- Aunque a Julieth no le cayo en gracia esto que había hecho Natalia, se lo permitió al ver lo divertida que estaba.

Isabelle trató de abrir la puerta, pero no lo lograba. En medio de su desesperación rompió en llanto y le propino a la puerta varia patadas y puños. Al lanzarle un puño a la puerta se troncho una de sus manos, y en aquel cuarto se oyó un quejido lastimero como el de un animal de monte. Isabelle se ovillo a un rincón de la puerta.

-¡Déjenme salir, Maldita sea!-Gritaba suplicante Isabelle - ¡¡¡Por favor!!!

-Y entonces una bruja le dijo que se había portado mal, pero que si se arrepentía saldría de aquel lugar-Prosiguió Paola- Y así lo hizo.

Isabelle se levanto una vez mas para tratar de abrir la puerta, que esta vez si cedió.

-Oye ¿Dónde esta Isabelle?- Pregunto Carolina, una de las chicas que estaban allí. En ese instante llego Isabel con los ojos llorosos y la mano amoratada.

-Maldita bruja, ¿Crees que no se que fuiste tu quien me encerró en ese mugroso cuarto? ¡¡¡Te vas a arrepentir!!!

-¿Te quedaste encerrada en el cuarto de baño? ¡ Ay, lo siento! Olvide decirte que a veces la puerta se traba…- Respondió Natalia con la ironía brillándole refulgentemente en los ojos.

-¡¡¡No te burles maldita!!!- Grito histéricamente Isabelle, abalanzándose sobre Natalia. Un calambre en el cuello de Isabelle, que inicio justo con el movimiento de los labios de Julieth, hizo innecesaria la intervención de las otras chicas.

-te pido que te retires de mi casa, ahora- Irrumpió la voz de Laura desde el corredor - Y el lunes hablaré con tus padres.

Isabelle se retiro con una mirada amenazante a Natalia, quien le devolvió una burlona.

-Se que no fuiste tu Natalia- Dijo Alicia a Natalia apenas se hubo ido Isabelle- Pero me alegra que se hubiese asustado.

Natalia le sonrió a Alicia, haciendo saber que estaba de acuerdo con lo que había dicho. Luego se retiro a la cocina con Julieth a traer los bocadillos. Alicia quien cada vez le gusta mas, se sonrojo tenuemente cuando Natalia le sonrió, pero esta no lo noto. Natalia, y no sabia por que, pero ahora creía poder llegarle.
-¿Qué divertido fue el verla llorar, no es verdad?
-Así fue- Respondió Natalia.
-Nunca me había divertido tanto- dijo Julieth riendo.
-Ni yo.

9

Al día siguiente Alicia llego con una cara fresca y esperanzada. Había planeado como legarle al corazón a Natalia. Esta sin embargo, solo tenia espacio en su corazón y mente para Julieth. Natalia empezó a temer el hecho de amarla tanto y que se volviera imprescindible para su vida. No obstante, era un placer tan exquisito el amarla y desearla, y a su vez sentirse amada y deseada que no tenia el suficiente valor para alejarse de ese dulce y tenue narcótico .

Cuando sonó el timbre de ingreso a clases, entro el profesor de español aceleradamente y tiro con furia el montón de evaluaciones de días anteriores sobre el escritorio y vocifero:

-¿ quien fue el escritor mas representativo del neo clasicismo? ¿ alguien en once D esta en disposición de decirme?-

Todas las alumnas ya estaban sentadas y pasmadas para cuando el termino de decir la frase. Natalia rogaba para que Julieth que aun no había llegado, no lo hiciera en aquel momento. Ella, que era nueva, no conocía muy bien el humor del señor Rojas, y podría cometer una imprudencia que seguramente no acabaría bien.

- ¡hice una pegunta!- volvió a gritar.
Entonces Isabelle le murmuro algo a Melanie.
-¿podría compartir su interesantísima conversación?-repuso el docente con ironía-¿o me veré en la penosa obligación de retirarla de clases?

En ese momento, se hizo realidad el terrible presentimiento de Natalia: llego Julieth con 5 minutos de retraso.

El señor Rojas cambio inmediatamente de expresión y fingiendo calma y tranquilidad le dijo:
- lo siento, creo que empezamos sin usted, es que a uno se le olvida que hay que tener consideración con los alumnos que llegan retrasados…- Ella cambio su angustia, y sonriendo dijo.

-ah, claro, ya entiendo…- No noto la exasperación de algunos de las asistentes de la clase, en especial de Natalia, cuando empezó a hablar. Isabelle se deleitaba esperando la sulfúrica reacción del señor Rojas para con Julieth.

Al docente de español se le subieron los colores y grito en el rostro de Julieth:

-!!!!¿Cómo se atreve a llegar 5 minutos tarde y decir que lo comprende?¡¡¡¡
La mayoría del curso se quedo sin respiración y muy quedos. A Isabelle se le dibujo una sonrisa de satisfacción. Julieth la miro de reojo, mientras el Señor Adolfo seguía con su arremetida. Realmente había llegado en un mal momento, justo cuando Isabelle le había terminado de alterar el humor. A la pobre Julieth le preciso recibir el regaño que era para Isabelle. Se sentía ofendida y avergonzada. De repente las hojas de las evaluaciones volaron por el suelo, a pesar de que las ventanas estaban cerradas.
-¿quién fue? –Pregunto con severidad el docente. Todas se quedaron pasmados.

Nadie se había levantado del puesto. No con el señor Adolfo reprendiendo a alguien. Natalia sintió el peso de un negro presagio en su corazón

-¡¡¡¡¿quién fue?!!!!!!!! –

Entonces una mano invisible empezó a atacar a Isabelle. Se levanto de puesto frenéticamente y movía sus manos con desesperación aceleradamente alrededor de su cabello, como tratándose de librar de algo. Era como si un grupo de abejas invisibles la estuviera atacando. Lo que vino a continuación dejo sin aliento al curso entero: el señor Adolfo empezó a sofocarse extrañamente; se llevo las manos al cuello y cayo de rodillas; Julieth no había retirado la mirada de encima del señor Adolfo y una macabra sonrisa se dibujo en su rostro.

Natalia se levanto muy suavemente del puesto, se dirigió hacia Julieth y murmuro algo ilegible. En ese instante los ataques hacia Isabelle cesaron, el señor Rojas empezó a recuperarse lentamente y Julieth sintió un terrible dolor en la espalda.

- yo no quiero que hagas mas daño… a nadie- A Natalia las lagrimas de ira le huyeron de los ojos sin autorización. Luego empujo suavemente a Julieth, quien ahora había cambiado su lúgubre sonrisa por una expresión de arrepentimiento, para poder salir

Las alumnas corrieron en ayuda de Isabelle y del profesor de español, que había sufrido un pre-infarto.

Julieth corrió en busca de Natalia. Alicia sintió una punzada nada agradable de celos al hacer un triste descubrimiento al ver a Julieth correr hacia la puerta del salón.

10

-” No puede ser“- pensaba exaltada en el baño Natalia-“¿ Que el pasa?, se comporta como una imbecil”-. Julieth entro al baño con precaución, mientras Natalia le daba la espalda. Sabia muy bien que el fuerte dolor de espalda y el cese improvisto de sus macabras torturas hacia Isabelle y el docente había tenido que ver con Natalia. Julieth tomo suavemente a Natalia por el hombro, en una muda suplica. Natalia se retiro bruscamente, cruzó los brazos y se acerco mas a la ventana.

-Natalia…
-No me hables Julieth,- contesto por lo bajo- Eres…eres simplemente desprecia…-sus labios se negaron a terminar la frase, mientras una lagrima se resbalaba por su mejilla.

-Natalia, lo siento…solo…déjame expli…
-Shish…- Interrumpió Natalia poniendo su dedo índice entre sus labios- Es mejor que te vayas de aquí… cállate y vete de aquí ahora, no te quiero ver mas…
-¡Natalia!- exclamo implorante Julieth.
-¡No te atrevas a gritar ni a suplicar! no tienes derecho a nada…

Julieth rodeo la cintura de su compañera con sus brazos, mientras Natalia se limpiaba las lagrimas de la cara.

-lo siento …lo siento tanto…
-Lo que hacemos no es para torturar, ni para destruir, es para crear, ¿qué no te das cuenta?, suéltame, no me toques…- Natalia movió sus brazos intentando liberarse del fuerte abrazo, pero desistió al encontrarse con los profundos y excitantes ojos negros de Julieth.

-No era mi intención … es mi maldito carácter… lo siento mucho.

Natalia hizo prometer a Julieth que no volvería a hacer algo similar y sello su promesa con un beso.

Algo inesperado ocurrió en aquel momento. Alicia pensando en el refrescante consuelo que le ofrecía el agua fría después de su sombrío descubrimiento había ido al baño, en donde al entrar, se encontró con esta trémula escena. Las protagonistas de esta se volvieron a la espera de una reacción desfavorable. Sin embargo, con una indiferencia muy bien actuada, Alicia tuvo la osadía de entrar, abrir el grifo muy lentamente, y tomar un sorbo de agua.

”Así que este par sí se traían algo. Ya veras, mi querida Natalia, Si no esas con migo no estarás con nadie mas“ pensó Alicia saliendo por en medio de la ahora consternada pareja, ofreciendo una hipócrita y tranquilizante sonrisa como inútil bálsamo para su lastimada alma.

Natalia le sonrió a Julieth, divertida por la recién escena vivida. Sin embargo, Julieth sospechaba que este era el primer paso para resbalarse por un enorme precipicio. Solo lo sospechaba, pero era cierto.



-”¡No es justo!; Ahora veras, Natalia, ya sabrás lo malvada que puedo llegar a ser… ¡Ah! y no solo yo, también Isabelle…Como sufrirán, las dos, en especial la Estúpida de Julieth…“.
La desilusión de Alicia, que solo consistía en haberse dado cuenta de su espejismo había llenado su corazón de espinas y negras tormentas de odio, y aunque ya había otra persona que estaba llegando a su corazón, Las consecuencias serian graves.
11

-Isabelle, aquí tienes la investigación que me pediste…
-¿Qué conseguiste, Mel?- Pregunto con voz melosa Isabelle.
-Pues, que es mas probable que te mueras cayéndote de la cama, que el encontrar personas así, pero…
-¿Pero?
-Si hay personas que pueden dominar su entorno; se les llama psíquicas.-Comento Melanie.
-¿Y es genético, hay que tener predisposición…o se aprende?
-Por lo general, es genético.
-¿Y que mas encontraste?
- Que son muy remotos los casos, pero algunas veces, pueden llegar a manipular cosas como el clima, o incluso…
-¿ O incluso que?
-Matar a una persona. No te aconsejo que te fíes mucho de esta información…
-Entonces, ¿ No la sacaste de una fuente confiable?
-Pues si a confiable te refieres por un libro esotérico, ese ya es tu problema.
-¿ Y que mas encontraste?
-Pues lee.- y dejándola sola, le puso el cartapacio de papel en las manos.

Isabelle, se quedo mirando y leyendo el cartapacio, pero no creía que Natalia tuviera alguna de las cualidades mencionadas en la investigación. Buscaba algo grande, el monstruo que vencería a los demás.

Mientras tanto, Alicia estaba sentada en una banca del colegio debajo de un árbol, un tanto triste. Johana, una de las amigas de Isabelle, le sonreía picaramente desde un árbol cercano. Alicia la invito a sentarse su lado con la mirada. Hablaron mucho y de nada. En realidad, Johana le había hecho olvidar mucho a Alicia de Natalia. Seria un buen romance si no se dejaban descubrir.

Esa tarde Natalia fue a la casa de Julieth, pues esta dijo que tenia que mostrarle algo importante. Al llegar, saludaron con cortesía. Luego la condujo hacia la puerta del sótano.

- Ayer buscando unas cosas, encontré algo muy bello, y quiero que tu lo veas. Ahora cierra los ojos y déjate guiar por mi.
- Esta bien- Asintió de buena gana Natalia, pero espiando con un ojo semi-abierto.

-¡No seas tramposa! ¡No se vale espiar!- le reprocho entre risas Julieth.

Luego descubrió un gran cuadro que tenia el retrato de un hombre de ojos negros, tan negros como los de Julieth.

-Ahora, abre los ojos Natalia- Pidió, Julieth.
-¿ Quien es?
-Mi padre, el murió en un viaje a Irlanda, cuando mi madre estaba embarazada-

Natalia estaba sin aliento. ¿Por que al destino le gustaba jugar con su vida?. Reconocía a la perfección aquellos ojos negros. Recuerdos invadieron su mente. Supo que se llamaba Astaroth Supo que era el a pesar de que solo vio sus ojos en su mente
-¿Como se llamaba?- Pregunto Natalia, aunque ya sabia de sobra quien era.

-Astaroth, le decían sus amigos pero…- Natalia no pudo escuchar la ultima parte de la frase de Julieth; Sentía como si todo el cuerpo se le quebrara en mil pedazos. Quedo absorta en sus pensamientos. No podía ser. Tendría que eliminar a Julieth. Ahora no le interesaba nada mas que la dulce personita que tenia al frente y la terrible paradoja en la que se veía envuelta. Su pecho empezaba a oprimirse en el dolor mas absoluto, hasta que la dulce voz de Julieth la devolvió de regreso a aquel sótano frió.
-¿Qué pasa?
- Nada…nada…es solo…tengo que irme…adiós- y se despidió con un beso, saliendo apresuradamente. Sus lagrimas brotaban sin autorización.


12

Esa noche Natalia no pudo dormir. No sabia que hacer, sentía que cada vez estaba cayendo mas bajo, y su corazón y mente eran una confusión total. Decidió hablar con Julieth al día siguiente.

- Julieth…
Julieth se volvió y saludo a Natalia.
-¿ Que paso ayer?- Pregunto preocupada.
-Es algo muy grave, Y necesito tu ayuda.

Sin embargo, cuando Natalia se disponía a Hablar con ella, se vio interrumpida, ya que los presentimientos que llenaron la mente de Julieta al ver salir a Alicia del baño aquella vez, se vieron hechos realidad cuando al llegar a la escalera que llevaba hacia su salón de clases, las esperaba un gran comité para hacerlas presas de las mas cruentas discriminaciones. Esta junta estaba dirigida por Alicia e Isabelle.

Natalia se sintió desfallecer al leer en los ojos de Julieth sus miedos. Julieth procuro no alejarse de Natalia; si era mas fuerte que ella, ahora era tiempo de contar con su protección, y ella también la protegería.

-¡ahhhh! ¡Que tierna pareja!
-¡tómale una foto, Isabelle! Duran mas…-dijo Alicia

Natalia la miro con resentimiento, mientras empujaba suavemente a Julieth para que pasara delante de ella. Pero no seria tan fácil salir de allí.

-¿Para donde vas?- pregunto Andrea, una de las tantas “seguidoras” de Isabelle a Julieth mientras las otras las rodeaban – Si esto hasta ahora empieza-
- Oye Isabelle,- emprendió las burlas Sandra- ¿ No crees que esto de ser lesbiana es un poco…no se como…?-

- Creo que la palabra que buscas es ¡grotesco!- continuo Alicia con petulancia mientras las carcajadas burlonas de esta maquiavélica reunión resonaban por el pasillo.

-Si,- prosiguió Marcela, otra partidaria de Isabelle - esa es la palabra, aunque le quedaría mejor una palabra como…Mañosa,¿no crees?
-Yo creo que lo triste de una relación así, de dos chicas, es que para el sexo deben ser muy, muy pero muy creativas…

-Cállate, Isabelle, te lo advierto
-¡Huí!, ¡que miedo! ¿Qué me ira a hacer la pequeña bru…

- ¡Señoritas!- Interrumpió la voz de la profesora Lucia desde el final del pasillo - ¿No deberían estar en clase?

- ¡OH! Claro profe, solo estamos… ayudando a nuestras amigas- Respondió con fingida inocencia Isabelle mientras miraba de reojo a Natalia, quien ahora la miraba amenazante - ¿ Verdad, Natalia?

- ¿ Tienes algún problema, Natalia?- Pregunto la profesora Ignorando a Isabelle y dirigiéndose a Natalia, a quien inexplicablemente le había tomado un gran cariño.

- Mi único problema aquí es Isabelle…

- Natalia, no tienes por que avergonzarte, ni tu ni tu…”amiguita”- Dijo Isabelle mirando fijamente a Natalia, ahora avergonzada al descubrir las intenciones de Alicia, quien observaba satisfecha atrás de Isabelle.

- Seria mejor que mantuvieras la boca cerrada, por tu bien y por el nuestro, ¿no lo crees, Isabelle?- Le dijo entre dientes y amenazante Julieth.

- ¡Julieth! ¿Que es esa forma de hablarle a tu compañera?, ¿Y de que no tienes que avergonzarte?- Pregunto un tanto inquietada la docente.

- Lo menos que nos importa es tu bienestar, tonta- Le murmuro Alicia al oído de Julieth, sin que la docente lo notara.

- De nada… de nada en absoluto…- Dijo Natalia un tanto alterada.

-Por favor Natalia, no te preocupes, nada pasara- Dijo irónicamente Alicia.

-Si, a veces eso es normal- continuo con una malicia exquisita Carolina.

-¿ Que es normal?- Pregunto Lucia cada vez mas inquietada.

-Díselo, Natalia…- Murmuro entre risas Laura- …Díselo…

-Tal vez preferirá que te lo digamos nosotras- le dijo Johana a su docente.

-¿ Decirme que?

- Que…pues…que Natalia y Julieth tienen algo mas…intimo que una amistad, por así decirlo – Al decir estas palabras, Isabelle sintió un leve dolor de cabeza.
-¿ Es eso cierto, Natalia?- Pregunto un tanto contristada La docente. Natalia solo se limito a bajar la mirada y a cubrirse parte de su rostro con su mano izquierda.

- Total, eso no le incumbe a nadie de aquí, ¿verdad?- acudió Julieth a la ayuda de Natalia, pero a sabiendas de que su agitación y angustia la hacían estar mas necesitada de ayuda que cualquier otra persona.

-Por favor, todas retírense a sus aulas de clase- ordeno Lucia
-Pero solo tratamos de ayudar…-Dijo con inocencia Isabelle.
-Ahora- ordeno con severidad- Natalia y Julieth, Acompáñenme.

Isabelle Y Alicia les dedicaron una mirada triunfal por encima del hombro mientras se dirigían al salón. Natalia se volvió de nuevo para mirar atrás y vio como Johana se quedaba para hablar con Alicia. También vio como la abrazaba y le sonreía Hizo un descubrimiento que le serviría mas adelante para vengarse de Alicia.

13

-Por mi…por mi no informaba nada, pero es mi obligación como docente…y, verán, esto es algo muy grave, y tengo que hablar en rectoría y…Si yo pudiera hacer algo con gusto lo haría.

-Profe, ninguna palabra que pueda decir usted hará que cambien las cosas. ¿Qué nos van a decir en rectoría?

-Pues, se citaran acudientes para informarles de la situación, y se tomaran las medidas necesarias…

-¿Usted no piensa en nosotras, verdad?- Dijo con tono suplicante Julieth.

-Por que pienso en ustedes y me preocupo lo hago…

-¡Eso es mentira! ¿No sabe la decepción que se llevaran nuestros padres? ¿A que le temen las directivas? ¿Por que tiene que hacerse publico un caso como el nuestro?-Respondió enojada y triste Natalia.

-No se la respuesta a ninguno de sus interrogantes, mis niña…Solo les digo que no son las únicas personas que están pasando o pasarán por esto…así que tranquilas.

Caminaban como si fueran a ser ahorcadas. En ese momento, Natalia vio como Alicia las miraba asustada en compañía de Johana. Luego la abrazaba y le acariciaba el rostro en una actitud de consuelo.

Al llegar a rectoría, las dos jovencitas entraron a la espera de la confesión de la profesora Lucia. Se respiraba un ambiente tenso.

-Rectora, traigo estas jovencitas, pues se descubrió un caso de homosexualidad entre estudiantes, y me gustaría que se les brindaran servicio de psico-orientación.

Seguido a las terribles palabras que acababa de pronunciar la docente, vino un largo silencio, mientras la rectora las observaba detenidamente.

-¿Es esto verdad?

Su silencio respondió por ellas.

-Bueno- dijo suspirando la rectora- En ese caso, vamos a hacer lo debido. Se citaran los acudientes de cada una y se harán terapias de psicorientación.

-Solo pido un favor- Dijo Julieth- Pido que esto no se haga publico, por favor.
- Claro que no se hará publico, eso no nos conviene a ninguna de nosotras. Creo que también tendremos que separarlas de grado; Es preferible que entre las instalaciones estudiantiles no se frecuenten, por su bien y el nuestro.

Natalia se sentía muy mal. Su vida se estaba derrumbando. No solo tenia que ver como se las arreglaba con la venganza de su padre muerto, que interfería con su ser amado, sino que ahora tampoco podría estar mas con ella.

Mientras en el rostro de Julieth se reflejaba un orgullo e indignación inquebrantables, Natalia trataba de contener las lagrimas.
-Mi madre no podrá ser citada hasta dentro de 4 o 5 días, ya que esta viajando con su novio.

-Entonces, Natalia tu traerás tu acudiente el lunes, y Julieth, lo traerás el miércoles. Tienen un fin de semana para contarles a sus padres.

” como si fuera tan fácil“, pensó Julieth.
-Ahora-continuo la rectora- solicitare una visita con la orientadora y serán llamadas en sus aulas. A partir de ahora, Julieth pertenecerás a Once C, y Natalia seguirás en tu mismo curso. Por favor retírense a sus salones.


A pesar de lo que había pasado, Natalia llego a su casa con una sonrisa. Siempre había ocultado lo que sentía, y ahora no seria la excepción. Después de almorzar subió a su alcoba a leer su libro. Buscaba algo que le dijera como suicidarse

Recuerdos invadieron nuevamente su mente. Comprendió que si no mataba, seria matada, o sacrificada. Distinguió la sonrisa de su padre. Se enteró como murió Astaroth y vio a Julieth. La vio nítida y bella. Sabia que esto le indicaba que tenia que eliminarla. Observo seis lunas y seis soles. Supo que tenia seis días para hacerlo. Su cabeza le dolió mucho.

En la alcoba. Laura sintió esto, y se contristo mucho. Pero ella aun no sabia ni se imaginaba siquiera el afecto que Natalia le había tomado a Julieth, ni que eran mas que amigas.

14

Ya habían pasado dos días. La almohada de Natalia estaba húmeda por las lagrimas. Su vida era un infierno. En aquel momento su tía golpeo en su Habitación para pasarle una llamada de Julieth. Tomo el teléfono y cerro la puerta con suavidad. Por el auricular se oyó la voz de Julieth.

-Natalia, ¿puedes venir a mi casa?, me siento sola y triste, por que aquí no hay nadie, y ya esta oscureciendo…
-Voy para allá.

Natalia pidió permiso a su tía para irse a quedar en casa de Julieth.

-Claro melocotón; llévale esto de mi parte, es un pastel, y creo que alcanzara para las dos. Cuídate.

Al llegar, Julieth la abrazo como nunca y la beso. Le hacia mucha falta Natalia, y esta también extrañaba a Julieth. Ella la llevo a su habitación y se pusieron a ver televisión. Se sentían muy felices las dos. A Natalia se le había olvidado por completo sus problemas. De repente se fue la luz. Julieth fue en busca de una vela mientras Natalia se ponía su pijama. La escasa luz de la vela hacia un bonito efecto en la habitación de Julieth.

-Natalia, no sé como le iré a decir a mis padres- Murmuro Julieth con lagrimas en sus ojos.

-No te preocupes; Menos mal que no estas sola; yo tampoco se como decirle a mi lalita…- dijo también con lagri
Datos del Cuento
  • Autor: Aleg
  • Código: 14578
  • Fecha: 14-05-2005
  • Categoría: Misterios
  • Media: 5.88
  • Votos: 25
  • Envios: 0
  • Lecturas: 5356
  • Valoración:
  •  
Comentarios


Al añadir datos, entiendes y Aceptas las Condiciones de uso del Web y la Política de Privacidad para el uso del Web. Tu Ip es : 3.128.31.227

0 comentarios. Página 1 de 0
Tu cuenta
Boletin
Estadísticas
»Total Cuentos: 21.638
»Autores Activos: 155
»Total Comentarios: 11.741
»Total Votos: 908.509
»Total Envios 41.629
»Total Lecturas 55.582.033