Este amor
de poesía,
oscuro como noche
claro como el día.
Este amor
puro de niñito,
a veces pequeñito
a veces infinito.
Este amor
de invierno,
de tardes y madrugadas
de tormentas y huracanes
de lluvias y de volcanes.
Este amor
de verano,
de playas de esmeraldas
de cálidas arenas doradas
sobre la línea de tu espalda.
Este amor
tan hermoso y delicado
tan ardiente y desbordado,
tan inteligente y necio
este amor sin precio.
Este amor
que encendemos,
que escondemos,
este amor que maltratamos
este amor que pisoteamos.
Este amor
que nos hiere,
este amor que nos cura.
que nos amarga y luego
nos llena de dulzura.
Este amor
que hace daño
porque a veces nos herimos
Este amor
que disfrutamos
cada vez que nos amamos.
Este amor
enloquecido,
desesperado,
atormentado,
este amor idolatrado.
Este amor
alucinante,
desmedido,
humedecido,
este amor delirante.
Este amor
puro como un niño
frágil como un ave
suave como nube
que sube y que sabe
de nuestro cariño.
Este amor...
nuestro amor.
Ese amor, amor compartido, Auspicio es del Paraíso, Hace sentir el latido De un sentimiento precioso. (“Nuestro amor”, de Pilar)