Cuando entrenaba en EEUU nos dieron un día franco.
Yo tenía una amiga llamada Jennifer. Rubia, ojos azules, muy risueña y bien dispuesta.
La llamé por teléfono y quedamos que pasaría a buscarla para efectuar ese día el “salto” que le había prometido.

Ella había insistido tanto en esa aventura que finalmente decidí complacerla.
Pasé por ella en un Jeep prestado. Llevaba los dos paracaídas.

Fuimos hasta ese aeropuerto pequeño donde nos esperaba el piloto que nos llevaría.
Ella nunca había saltado... era su “primera vez”.
Llevaba conmigo dos cascos con auricular y micrófono.
Le digo al piloto que nos lanzaremos desde 17.000 pies algo más de 5.000 metros (todavía se puede sin oxígeno y la temperatura es aceptable).

Ya había instruido a Jennifer sobre como debería poner su cuerpo para ofrecer la mayor resistencia a la caída libre para así disfrutar más del salto (como acostada boca abajo con brazos y piernas abiertos).

Jennifer sonriendo con picardía - ¿Acostada boca abajo con brazos y piernas abiertos? Seguro que tú vas a disfrutar mucho ese “salto”.

Joaquín – Déjate de bromas y prepárate.

Jennifer – Joaquín, tengo miedo. Mucho miedo.

Joaquín – ¡Por favor Jennifer! Mira que hermosa vista del mar y la costa. Nosotros “bajaremos” en aquella playa. Será muy bonito.

Jennifer – Estoy asustadísima... no quiero.

Joaquín - ¡Oye! Vamos a hacer esto. Tú no miras, nos lanzaremos juntos.
La tomo de la mano y nos acercamos a la puerta – Mírame a mi no veas hacia abajo.
Ella de espaldas a la puerta.
Y lo inesperado sucede... el avión entra en una turbulencia y hace una estrepada seca y Jennifer cae SOLA.
Yo caigo contra la pared opuesta dentro del avión. Oigo el grito desgarrador de Jennifer en mis auriculares
– ¡NOOOOOOOOOOOO!

Sin pensarlo me pongo rápidamente de pié y salto también.
Han pasado escasos dos segundos pero es mucho en caída libre.
La busco desesperadamente. Instintivamente trato de dirigir mi cuerpo como regresando el camino del avión.
Veo abajo un punto rojo que da vueltas y vueltas.
Le grito por el micrófono – Jennifer hala la palanca más grande a la altura de tu estómago.

Jennifer no responde.

Joaquín – ¡Jennifer despierta por favor!

Sigue sin responder.

Adopto “caída en superpenetración” manos pegadas a las piernas, piernas juntas, cabeza abajo... tengo que alcanzarla.

Ella gira y gira.

Me acerco demasiado rápido... debo “frenar” saco las manos.

Joaquín - ¡Despierta por Dios... despierta!


Nada... sigue desmayada.

Miro hacia abajo y ya se notan las formas de los edificaciones eso me dice que ya no queda tiempo.

Estoy a la par pero a quince metros de ella.
Abro las piernas y maniobro para acercarme.
Llego a ella pero es difícil agarrarla porque está girando sin control sobre distintos ejes.
¡La tengo!
La aseguro a mi “enganchándome” a ella con los arneses.
Halo mi palanca y el paracaídas rectangular se abre.
Tengo unos controles parecidos a los de un “parapente”.
Enfilo hacia la playa.
Ella no despierta. Mi paracaídas lleva casi el doble del peso... el aterrizaje será duro. Temo se fracture.
Estoy a cincuenta metros y no despierta.
Maniobro hacia el mar.
¡SPLASH!
Caemos cerca, muy cerca de la playa.
El golpe contra el agua la hace reaccionar al mojarse.
Nos hundimos.
Ella manotea desesperada.
Tiene que quitarse el paracaídas y el casco pero no hace caso a mis señas de que se calme.
Me quito mi equipo ya que el paracaídas me frena y nada puedo hacer por ella.
Le llego por detrás y corto con una navaja sus arneses.
La libero de su paracaídas pero no del casco.
Comienzo a ascender con ella agarrada.
Al mirar hacia arriba veo varias lanchas que “nos buscan”.

Hora y media después llego al hospital donde la trasladaron en helipcóptero.

Está en una cama... dormida.

Viene el médico y me explica que tuvieron que ponerle un calmante pero que básicamente está bien.

Tres horas más tarde Jennifer despierta todavía bajo los efectos del narcótico.

Jennifer medio dormida - ¡Joaquín! No quiero ir a “saltar”... tuve una “pesadilla horrible”. Mejor me llevas a bailar.

Joaquín sonriendo – Sé exactamente lo que soñaste y puedo contarte lo que no soñaste.

Jennifer - ¡¿Qué?!

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Fondo Musical: 2001 Odisea en el Espacio.