Ahora,
detras de mi,
no hay nadie,
dentro de ti,
me encuentro desafiante...
con la cordura de mis treinta y cinco años,
te encuentro en pos del camino,
no eres la misma del ayer,
el agua nunca es la misma que pasa atravez del rio y tú,
menos que nadie,
y si ya lo sabe el mundo,
que lo sepa yo o tu,
ya no es prescindible;
orquideas par festejar el triunfo de los extremos,
para enarbolar mi anillo frente al tuyo,
ahora que estas conmigo,
la codicia de mis manos ansian tu piel,
arquideas para desafiar al mundo y decir,
que ya nos casamos...
y seremos felices por siempre...
y mi piel sera la tuya,
y mis labios te alimentaran,
y tus ojos,
serviran
para que ambos veamos
el futuro de la creacion
eterna...