Hablando de lo obsesionante que puede ser una persona, me inspiré a escribir esto:
Era hermosa aquella ciudad, se podría decir que era perfecta, tenía un clima templado y la gente muy cariñosa. Alberto decidió venir aquí a estudiar porque en su pueblito no había universidades, pronto ingresó a Contabilidad y lo malo es que no encontraba un lugar dónde alojarse. Los últimos meses se la pasó en un rinconcito de la casa de su tío, pero como todos sabemos el primer día eres bienvenido, el segundo eres un invitado, pero al tercero eres una carga y a partir de ese momento te dicen indirectamente: “Ya, y cuándo te vas”. Alberto sabía que era una carga para sus tíos, así que cuando ingresó a la universidad, mandó una carta a sus padres para que le apoyaran con más dinero, y él así podría alojarse en un cuartito solo. Una vez que recibió la contestación de sus padres, se llevó una decepción: el dinero no le alcanzaría para un cuartito, y las clases en la universidad ya eran a la próxima semana. Bueno, en las matrículas, como sabemos se hacen colas largas, para todo trámite; Alberto ya estaba acostumbrado a esperar. De un momento a otro, un hombre se le acercó, y le preguntó: _ ¿A qué escuela te inscribes?_; Alberto, estaba tan aburrido esperando, que pensó que hablar con este desconocido le iba a distraer. _ A contabilidad, y ¿Tú?_ Y el desconocido, delgado, blanco, de cabello muy cuidado, y manos muy cuidadas; le contestó: _yo también_ Y pronto Alberto congenió con este desconocido. Bueno, este desconocido, era de la capital y por razones según él, “personales” se vino a esta parte del país para estudiar. Él también tenía el mismo problema de Alberto, de que el dinero no le alcanzaba para alquilar un cuarto, así que vieron en compartir un cuarto los dos, pero eso sí compartir también los gastos. Alberto, solucionó su problema y al fin saldría de la casa de su tío. Bueno empezaron las clases, Alberto y Gabriel alquilaron un apartamento, de tres cuartos. Y se hicieron muy buenos amigos. Todas las mañanas, Gabriel se levantaba temprano y hacía el desayuno, que cuando Alberto se levantaba, ya estaba listo. Todas las mañanas también el lugar estaba limpio, y ordenado. Todas las mañanas, cuando Alberto, se levantaba de su cama para ir a bañarse, al regresar, su cama estaba bien tendidita. Todos los fines de semana, la ropa sucia que Alberto juntaba, Gabriel se la lavaba. Alberto, pensó que era todo normal, porque Gabriel era un buen amigo que le gustaba hacer eso. Se iban a clases y Gabriel salía más temprano, pero Alberto se quedaba a charlar con sus demás compañeros y al llegar a su apartamento, el almuerzo ya estaba listo. Todos dirían que Gabriel, era un buen amigo que le gustaba que Alberto se sienta bien en su compañía. Cada fin de semana, o cuando se podía, ambos salían a pasear, como amigos. Muchas veces los compañeros de su clase tenían que celebrar unos cumpleaños, y por supuesto tomar; Alberto siempre los invitaba a su apartamento, y Gabriel, se ponía a tomar con ellos porque también eran sus compañeros, pero él no tomaba mucho. En las mañanas después de las borracheras, Gabriel, se levantaba temprano y hacía unos caldos, para resucitar a sus compañeros; hacía tan ricos caldos que en cada borrachera que se daban siempre elegían el apartamento de Alberto. Bueno así pasaron 10 meses, cuando Alberto se enamoró de una chica de su clase. Al comienzo, la idea no le pareció buena a Gabriel; el opinaba que Alberto dejaría de ser su amigo o cosas por el estilo. Pero luego, lo aceptó. Más bien, Alberto le presentó algunas amigas de su enamorada que estaban interesadas en Gabriel, pero Gabriel no quería eso, el “quería estudiar”. Bueno, los fines de semana, Alberto ya no salía con Gabriel, porque salía con su enamorada. Pasaron como 6 meses, y un día se le ocurre a Alberto llevar a su enamorada a su apartamento. Gabriel, no estaba en ese momento, así que Alberto y su enamorada estaban escuchando música, cuando de pronto entra Gabriel y los ve, tomando una reacción inexplicable. Empezó a lanzar las cosas, gritar maldiciones, romper algunos platos; situación que asustó mucho a la enamorada de Alberto. Alberto pensó que era mejor que su enamorada se fuera, porque eso no le gustó a Gabriel. Una vez que despidió a su enamorada, Alberto fue a hablar con Gabriel. Y Gabriel estaba llorando muy profundamente. Alberto le pidió disculpas, porque pensó que ofendía a Gabriel al llevar a su enamorada sin su permiso. Y Gabriel, confesó todo: Confesó que era homosexual, confesó que estaba enamorado de Alberto. Y al escuchar esto Alberto, se enojó en gran manera que le dio unos golpes tremendos, recogió sus cosas y se largó de aquel lugar. Pronto se fue, a la casa de su enamorada. Iba a clases, y desde entonces Gabriel, lo perseguía a todas partes. Alberto sufría de insomnio y más pensaba en el peligro que corría su enamorada. Les contó estas cosas a los papás de su enamorada. Un día de esos Alberto no aguanto el acoso de este homosexual que decidió confesárselo a todos, entonces todos voltearon a ver a Gabriel, y empezaron a burlarse de él. Gabriel escapó del lugar, y desapareció de la vida de Alberto supuestamente. Alberto al ver que Gabriel, ya no venía a clases, pensó que estaba otra vez libre. Pasaron 6 meses más, y Alberto se casó con su enamorada y alquilaron un apartamento. Vivían entonces felices, estudiando juntos, y Alberto consiguió un empleo. Pero un día trágico llegó: Gabriel había descubierto dónde vivían, y después de tanto silencio, entró a su apartamento y los mató a cuchilladas, desde entonces no se sabe nada de Gabriel. Sólo averiguaron que era un homosexual, que su familia desterró de la capital, no aceptando su opción sexual. Ahora esta libre por ahí, ¿Quién sabe? Alojado en el apartamento de alguien de quien se esta obsesionando…