Despertó un año más.




Incorporándose de un salto y ejecutando una rapidísima espadantza en el aire comenzó a cargar el tradicional equipo navideño en su zurrón pastoril:
DECENAS DE ARTEFACTOS INCENDIARIOS, PROPAGANDA SECESIONISTA Y MUNICION SUFICIENTE COMO PARA REDUCIR EL PENTÁGONO A UN AMASIJO DE HIERROS RETORCIDOS.

Tras meses vegetando en aquella ignota caverna prehistórica OLENTZARO estaba hambriento. Varios kgs de un engrudo compuesto por un estofado de habas y fiambre de corzo bastaron para insuflar nuevas energías a unas enormes pantorrillas que debían recorrer toda Euskal Herria en una nueva EKINTZA NAVIDEÑA.



MIENTRAS TANTO, en las profundas mazmorras de alguna sede del Partido Popular los REYES MAGOS terminaban de cargar su trineo cuya estructura crujía agobiada bajo el peso de las insignias falangistas, placas policiales y las sacas de cal viva.


+ HOY APLASTAREMOS A OLENTZARO.
LAS ESPAÑOLISIMAS VASCONGADAS VOLVERAN A NOS COMO ANTAÑO +
Dijeron al unísono con la mirada perdida en los fuegos estelares.




SALIO POR FIN de las selvas de Vasconia en busca de algo que destruir.

Tras cruzar los primeros umbrales de la CIVILIZACIÓN comenzaron las descomunales palizas a los omnipresentes agentes de la ley y POCO DESPUÉS el principio de una alegre francachela donde desde la distancia vi rugir a los afiliados de KAS y a clérigos y sacerdotes nacionalistas lanzando irrintzis a los negros nubarrones –como arcángeles negros- mientras disparaban al aire sus armas antitanque.

CORRIO EL PATXARAN Y LA BELLADONNA y las alegres proclamas anticonstitucionales intercaladas por el martilleo de las ametralladoras inundaron los valles de la vieja Euskeria hasta el árbol Malato.


REPENTINAMENTE SE HIZO EL SILENCIO. Cesaron los cantos y las armas cortas humearon en las manos manchadas de sangre de español.




Tras los arrasados muros de una sede del PSOE alguien alzaba una gran bandera del
III REICH . La silueta de los tres reyes se recortaban contra una luna verdosa. Semiocultos tras las nieblas que rodeaban una pequeña elevación del terreno los tres Reyes nazis observaban desafiantes a los Héroes allí reunidos.

+ DILUIROS COMO HICIMOS EL RESTO + dijeron.

Decenas de miles de dedos presionaron gatillos, amartillaron percutores, alzaron miras y graduaron visores nocturnos.

TRAS 40 minutos de fuego continuo Olentzaro dio la señal de alto para
–a continuación- ascender pensativamente la cuesta y vislumbrar entre las humaredas y las llamas entre las que se sumergió.

Con una sonrisa que casi le rompía la cara resurgió de entre los vapores con varios esqueletos entre sus venosas manos parcialmente recubiertos de unas carnes abrasadas y ennegrecidas.

UN CLAMOR DE BARBARIE INDESCRIPTIBLE hizo estallar gargantas y hacer saltar por los aires cuerdas vocales. Aquellos hombres lanzaban rayos por los ojos y parecieron crecer en estatura, se besaban alborozados...