Otra vez me topo con esta tinta que no siempre dice lo que quiero, que se traba y con cierto pudor libera poco a poco mis pensamientos. Al momento de escribir recuerdo la primera vez que me percate de tu existencia, cuando entraste en mi vida, ese dia en que la gota de lluvia pasaba por tu mejilla hasta llegar a tu cuello, cuando me observaste y mostraste con un hilo de fuego lo que puede ser un reojo, cuando los juegos y las caricias nunca paraban, el momento de tocar tu mano y que mi cintura cambiara de propietario...cuando todo era cuestion infantil.
Tantos viajes realizados juntos, fisicos y mentales, tantos destinos para llegar siempre a la misma esfera espiritual: tu y yo. El entender que tus labios y mi boca nacieron para que ese torrente de locura viva en los dos; la sorpresa de que poco a poco nuestras comisuras encuentren un ritmo para estar, para bailarse, para fundirse, para recordarnos lo vivos que somos, pues cuando nos tenemos, no sólo estamos.