Para, despierta.Sueña que sueñas un sueño. Vuelas mientras caminas, ríes y lloras, eres todo y nada. Despiertas. Abres los ojos, pero siguessoñando. Tu dragón es ese cedro, tu espada esa rama. El bosque te observa en silencio.

Antes eras un hada, la más hermosa de las hadas del bosque. Tu sueño era tu realidad, tu realidad, tu sueño. Contigo el bosque era infinito. Los duendes, elfos y el resto de las hadas del bosque envidiaban tu risa, la más encantadora de las sonrisas. Pero todo eso acabó.

Uyalfurur, así es como todos te conocían. Una vez conociste su significado, te enorgullecías de decírselo a todo aquél que te preguntaba, pero ya no te importa, ni siquiera te acuerdas. Sueña que sueñas. Sueñas que eres feliz, pero ni en sueños lo consigues. Recuerdos imposibles te persiguen. Recuerdos que en algún momentos fueron bellos se muestran horribles, deformes, tristes e irreales al cerrar los ojos. Una lágrima surca tu rostro al intentar recordar que fuiste feliz.

La luna es cruel con las hadas enamoradas. El rumor recorría el bosque incansable. La luna, celosa, había castigado a aquélla que en algún tiempo se llamó Uyalfurur. Su delito, enamorarse del preferido de la luna, aquél por quien la luna amanece, aquél por quien la luna sufre, aquél a quien la luna mece, el amor por el que la luna se avergüenza. ¡Qué egoísta eres luna, inmenso lucero de la noche! Si no es tuyo nunca será de nadie. ¡Escucha el grito desgarrador de un hada, de la más triste de las hadas del bosque!

Al amanecer despiertas de tu sueño soñado. El bosque te observa en silencio, respetando tu silencio, comprendiendo tu historia, compartiendo tu pesar. Nadie ríe en tu presencia, los duendes hace tiempo emigraron, pues un duende sin risa es una planta sin agua, el bosque se calla, se muere, su alegría eras tú. Te empuja la brisa del viento del norte, te mece, te dejas arrastrar lejos del bosque, allí donde nadie conoce tu historia, donde nadie siente tu tristeza, donde eres un hada más, un hada extraña, un hada que no sonríe. La luna te observa en tu vagar, quién sabe si complacida, quién sabe si arrepentida. Cierras los ojos y sueñas que eres feliz, recuerdas que eras feliz. Los recuerdos dejan de parecer monstruos horribles para tornarse imágenes bellas y maravillosas. Sueñas que tu sueño es tu realidad, pero tu realidad es tu sueño. Despiertas y vives en el sueño o es tu realidad, no lo sabes, ¿acaso importa? Uyalfurur, te llamas, aquélla que nunca se rinde, la que nunca se entristece, la que ilumina la luna. Esa
eres tú en tu sueño o quizás sea tu realidad, la más bella de las hadas del agua.