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Categoría: Hechos Reales

Paz a Barrabas

A los siete años Leonardo no puede tener muchos amigos, sus padres así lo han dispuesto debido a su precoz edad y entre los pocos que le puede ofrecer la inerte televisión, tiene uno real, un gato, que por ser blanco y manso le puso de nombre: Paz. Tan inofensivo es Paz que se niega atrapar ratón alguno, duerme todo el día, sólo se levanta para comer y salvo para hacer sus necesidades, el padre de Leonardo no puede sentir más que envidia hacía el gato y codiciar su feliz vida, pues sin ser simpático y ni siquiera saleroso, Paz atrae todas las atenciones del hogar, es algo así como la versión tercermundista de Garfield, aquella caricatura que retrata a un gato feliz por glotón.

Pero hace ya unas semanas el semblante de Leonardo no es el mismo, anda cabizbajo y hasta triste, algo muy anormal en él que siempre anda corriendo por todo la casa. Sus padres han notado su comportamiento afligido pero no logran adivinar a que se debe, pero Leonardo si lo sabe: hace veinte días que Paz anda perdido, desapareció un día cualquiera, sin dar rastro alguno, una tarde cuando Leonardo volvía de la escuela y como de costumbre llamó a Paz para alimentarlo, el gato no contesto. Leonardo pensó que andaba detrás de alguna gatita o que estaba trepando algún techo vecino y que no tardaría en regresar pero eso, hasta ahora, no ha sucedido.

Respecto a Paz, Leonardo tiene una sospecha sobre su misterioso paradero: la casa de Barrabas. Barrabas es el vecino de la casa de sus padres, es un hombre viudo y solitario, no sale a menudo de de su hogar, nadie sabe si tuvo hijos y el rumor más cierto que hay acerca de él es que come gatos, pues docenas de gatos se han perdido en el vecindario y al último ser que parece importarle esto es justamente a él.

El pobre de Leonardo siente miedo de que Barrabas se haya dado un banquete y porque no, todo un buffet con el animal, pues demás esta decir que Paz es exageradamente obeso. Sería fácil recuperar al gato o al menos descartar la primera sospecha si Leonardo le preguntara de la forma más cordial a Barrabas si, por causalidad, el gato entro a su casa, pero Leonardo no se atrevería, la sola presencia de Barrabas le causa un pánico atroz, tanto miedo siente que le dan ganas de llamar al Samurai pimpo gay sam, su héroe de ficción favorita y que se jacta de salvar de todo apuro a aquella persona que lo invoque.

Leonardo ha estado estudiando de una manera ordinaria las salidas y las llegadas de Barrabas: sale a las nueve de la mañana pero regresa al instante luego de comprar el pan, compra cinco panes y una paquete de salchichas, Leonardo, preocupado se pregunta si será posible que en la panadería ya este a la venta nuevas salchichas con sabor a gato para Barrabas. Leonardo también ha notado que los jueves y viernes, específicamente, Barrabas sale a las tres de la tarde y no regresa pasada las nueves de la noche aproximadamente. Teniendo muy en cuenta ese último dato, Leonardo debe esperar hasta el jueves para, de forma valiente y osada como su super heróe, ingresar en operación comando a la casa de Barrabas y recuperar a Paz, que él confía se encuentra atrapado ahí.

La espera se convirtió en desesperación para Leonardo, pero al fin el día llego, es Jueves y a punto está de ser las tres de la tarde, impaciente Leonardo mira por la cerradura de su puerta a que salga Barrabas, siente alegría y tensión cuando lo ve salir, decide darse un tiempo prudente para que entre en acción y justo cuando siente que el momento es el mejor escucha la voz de su madre que le reclama hacer las tareas si tiene pensando salir a jugar. Leonardo descubrió esa tarde que no era lento para hacer la tareas sino más bien flojo, porque si antes le tomaba dos horas acabar los pendientes, hoy lo hizo en treinta minutos. Con el consentimiento de su madre que ni imaginación tiene para las travesuras de su hijo, Leonardo sale de la casa asustado y con el nivel de adrenalina muy elevado, esta convencido de que Paz esta en casa de Barrabas, esta muy alterado como para pensar en consecuencias, sólo le interesa recuperar a su mejor amigo, al gato que tanto quiere y engríe, el único que conoce todos sus secretos y su identidad secreta, también, como samurai, aunque no pimpo gay san. Debe recuperar a la más hermosa de sus mascotas, porque Leonardo también tiene un perro torpe que odia porque cada vez que puede persigue a Paz con la única intención de fastidiarlo y unos canarios que solamente saben gritar y levantarlo cada mañana para ir a la escuela.

A pesar de todavía ser un niño, Leonardo tiene las fuerzas suficientes para abrir una de las ventanas de la casa de Barrabas, al entrar se sorprende de no hallar todo viejo, empolvado o con telarañas y más le preocupa de que no haya esas armaduras de siglo medieval como en las películas de terror que vio mientras sus padres dormían. Leonardo encuentra hermoso el lugar y no logra contestarse él porque hay tantos platos para mascotas en la sala de Barrabas, algunos de ellos todavía conservan algo de comida fresca. Leonardo sigue internándose más en la casa y al saberse solo, llama con unos silbidos a su gato, al no hallar respuesta decide buscar en todas las habitaciones y en cada una de ella descubre madejas de lana, una que otra pelota y muchos ratones de hule. Luego de revisar muchas de los dormitorios decide echar un vistazo al que esta alejado de los demás, tiene una cruz plateada en la puerta marrón. Luego de abrirla con sumo cuidado Leonardo puede sentir latidos y ronquidos, tienen que ser de Barrabas, piensa. La curiosidad puede más que su temor así que decidido da unos pasos más dentro de la habitación y lo que encuentra le parece hasta conmovedor. Con una sonrisa dormida observa a Barrabas rodeado con más de cincuenta gatos y entre ellos esta Paz que lo mira ajeno a la preocupación que sentía Leonardo antes de encontrarlo. Leonardo puede ver además de los gatos, fotos de la esposa de Barrabas y otras de cuando era joven, además de unos niños que parecen ser los hijos de este.

Leonardo entre confundido y feliz sale de la habitación de Barrabas con precaución para no despertarlo, piensa que seguramente Barrabas regreso a casa mientras el hacías las tareas y también piensa que cuando grande sería tan feliz si pudiera tener tantos gatos como quisiera, porque a esta edad la situación esta algo difícil.
Luego de encontrarse fuera de esa enorme casa puede notar que el cielo ya no es tan claro y que la fría noche esta cerca. Leonardo ingresa a su hogar y se siente tan bien de no estar solo que abraza a su madre y le da un sorpresivo beso, luego, corriendo, se dirige a su habitación y reza una oración para que sus padres le regalen otro gato y pide perdón a Dios porque piensa perder al futuro gato en la casa de Barrabas.
Datos del Cuento
  • Categoría: Hechos Reales
  • Media: 5.26
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1 comentarios. Página 1 de 1
Silvana Julia
invitado-Silvana Julia 07-04-2003 00:00:00

que lindo fifty, y que tierno........está muy bonito....... chaufis barrabas....

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