-Estaba fuera de sí. O por lo menos en sus últimos meses de vida.- se susurraba en el fondo de la sala aquel lugar junto a una imagen de un hermoso cielo estrellado, una imagen que le encantaba dueño del féretro.
-¡Pero que provoco su demencia, su locura- dijo el amigo consternado por la muerte de su compañero universitario. Una carrera que compartía con el joven demente del que hablaban, ingeniería de las telecomunicaciones
-yo lo veía y estaba tan obsesionado-
-pero ¿obsesionado por qué?- dijo rompiendo los susurros con los que estaban hablando
-peligroso pero no vio venir, no se detuvo de su búsqueda loca y demente. No se detuvo ni siquiera por sus intentos fallidos: el telescopio que compro y modifico, sus nuevos libros de estudio paranormal, ni el radio que pretendía escucharlos
-pero ¡¿a quiénes?
Una voz firme y monótona interrumpió el silencio de la sala y a los amigos que conversaban en el fondo de la misma –’’¿Alguien más quiere ver el cuerpo del difunto?’’
Eran días nublados llenos de intrigas, el sol no se dejaba ver ya asía una semana que raramente el cielo continuaba nublado, y ni una sola gota de lluvia a vida tocado suelo. Y nuestro individuo no estaba nada quieto, caminaba de un lado a otro con las manos en la cabeza o de momentos en los bolsillos su rostro estaba demacrado pero menos que en el día de su sepelio. Estaba ojeroso, cansado, había decido no buscarlos más o por lo menos eso decía. Si… ese hombre tan frustrado y cansado buscaba un ser diferente a un humano, más inteligente que uno, y más interesante que su vida propia. ¡Extraterrestres!, decía
-viven estudiándonos; como un científico mira bacterias en su microscopio, como analizaría a una indefensa y estúpida planta-
Un día de esos de extrema frustración y no era para menos había intentado por última vez buscar sus comunicaciones por sistema radial durante 32 horas seguidas con una nueva radio modificada que no sirvió de mucho o mejor dicho de nada. Llego a su cuarto y en un impulso de ira salió a la ventana y grito sin importarle nada:
-¿¡Porque!? ¡porque! , ya no hice toda ya’¿ que mas tengo que hacer para que pueda verlos o tan si quiera escucharlos que mas debo entregar para poderlos sentirlos ! .¡Daria todo, todo! por verlos - impotente se cubrió los ojos y cerro la ventana para tumbarse en la cama
Sentir el humano siente se apasiona entrega y pierde todo por ser como es por pensar impulsivo y no usar lo que lo hace gobernar su planeta: el cerebro. Apasionarse es entregar todo, todo…peligrosa decisión no creen, pero este sujeto jamás pensó en la precaución de sus palabras.
Un día en que por fin la neblina que cubría la ciudad se disipaba estaba el recostado en el jardín de su casa mirando el cielo y las estrellas pasaban una y mil cosas por su mente cundo de pronto..
Un dilema de colores y franjas indistinguibles tan cerca del suelo. De pronto y tan rápido siente estallar una luz tan intense que lo dejo perdido y mareado no fue hasta después de unos segundos sintió el cambio de césped a un suelo metálico. Como para recobrar la vista se tomo los ojos y sintió que lo observaban como se observa una bacteria en un microscopio, al recobrar vagamente la vista vio como en sueños de esos turbios e interesantes vio acercarse a un ser palidecido casi gris y tétrico
- es raro el razonamiento humano ¿no crees? No vio moverse nada de lo que aparentemente era su cara
-pero porque lo dices-estaba con tanto miedo que balbuceaba
-se apasionan por nada y por todo, se apasionan por destruir como por amar, por desolar como construir y no les importa lo que tengan que pagar por ello solo quieren conseguir lo que quieren.
-pues valió la pena dejarlo todo por poderte ver y saber que existen.
-¿pues aunque no sabes cuál es el costo? Le extendió la mano aquella figura palidecida, el joven universitario la tomo pensando en a que exactamente se refería
-somos un mito, un cuento de ficción tal vez pero esto sigue como esta porque nosotros lo mantenemos así
Y las manos aun juntas se entre lazaron a un mas, el joven cayó de rodillas y aun las manos seguir juntas. La vida se le acortaba tan rápido que en cuestión de segundos allí murió
Nadie sabe cómo es que apareció en su cuarto, sobre la cama de lado de la imagen que le encantaba volteada asía la cama que su madre en su velorio volvería a colgar… y solo algo raro en cuerpo, que podría dar indicios de su muerte en su mano una manchar gris y tétrica como la mano que la toco.