Mi pequeña niña que reclamas en tus ojos la atención de quienes no te sujetan las manos. Pequeña niña de mi corazón.

No sabría decirte porqué estoy tan triste. Si acaso no pienses que lloro, solo que el viento y el sol juegan en mis ojos a volvérmelos de caramelo derretido ¿de acuerdo?.

No quiero que te apenes por mi ausencia, ni por mis descuidados motivos para no haberme despedido de ti.

Solo quiero que entiendas, mi pequeña niña de ojos de cielo, que una vez estuviste dentro de mi, tan dentro te sentí, que me fue imposible comprender cómo te colaste ni qué límite rebasaste, sólo entiendo que ahora es imposible sacarte de mi.

Mi pequeña niña, de bella mirada y ardiente actitud, enamorada tanto de esta vida como de la que prosigue, porque en ti están las fuerzas de cientos de mares, de instintos, de momentos y de esperanzas.

Así que solo vengo a despedirme de ti en estas letras, unas palabras que nunca alcanzarán a expresar lo que siento por decirte adios y saber que mis ojos no te verán más. Hagamos como los héroes de los cuentos, que cuando se despiden nunca lloran, solo buscan una manera de dejar grabada en la retina un profundo pensamiento de admiración, con un gesto, una palabra, un detalle.

Mi pequeña niña yo te digo que te admiro, yo te quiero, yo te entiendo, yo me alejo ahora de ti sabiendo que un día encontrarás tu gran felicidad, aunque solo sea como recompensa por las pequeñas felicidades que a cada poco nos regalas a tantos y tantos que nos hemos quedado impresionados y emocionados con tus palabras, con tu gratitud, con tus desvelos, con la complicidad de tus sueños y con tus incansables guiños a la esperanza.

Estáte siempre ilusionada, no cierres tu sonrisa, recoge como mieles de triunfo todos los detalles que a cada momento te lleguen, yo estaré siempre por ahí, por entre tus sueños, por en medio de tus tristezas, apartándolas. No decaigas jamás, que no te anulen las soberbias ni las desconfianzas de otros, esas vulgaridades que no comprendes no forman parte de tu mundo ingenuo de personas bellas con generosas miradas, jamás he conocido a una persona más fiel a sus sentimientos que tú, y sé que jamás conoceré a alguien tan diferente a mi.

Recuerda, no seas distante, solo distinta, jamás me olvides.

Mi pequeña niña, mi sentimiento más dulce, sé fuerte, por este tiempo, yo no te olvidaré ¿cómo podría olvidar lo que sentí?