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Pericòn Nacional

Pasaban los meses pero no terminaba de acostumbrarme a la escuela nueva. cara y elegante, como era necesario para el nuevo status de la familia. pero estrañaba la escuela donde habìa cursado casi toda la vida, a mis amigos de allà. no encajaba con los que habìan estado en una buena posiciòn desde siempre, y se conocìn de toda la vida.

No, no es que me pegaran ni que me escupieran la comida. Pero no faltaba ocasiòn en que desde una frìa y fina distancia, marcaran que yo era un recièn llegado, que alusiones que hacìan reir a todos para mi nada significaban.

Por eso me sorprendiò que cuando Nahuel, el indiscutido lider del grupo, recibiera el encargo de preparar algo para una fiesta de la escuela, me convocara. y no sòlo eso. Qe me invitara, junto a todo el grupo, a la casa de fin de semana de su familia. La dispondrìamos a pleno. Para tirar ideas y primeros ensayos.
Varios de los chicos ya tenìan sus `propios autos. Nos repartimos en dos y arrancamos. era un sàbado a la mañana.

El tiempo era cálido y agradable. Se imponìa aprovechar la pileta. El dìa fue pasando a pleno disfrute.aunque de trabajo nada. No me importò. Al parecer ellos solìan turnarse en el uso de casas de fin de semana. pensè que mi padre pronto se agenciarìa una. Ahì invitarìa yo.

Se fue haciendo de noche. Pedimos pizza. La cerveza corriò sin frenos. me sentì muy incorporado, màs que lo de costumbre.

Ya habìamos cenado cuando Facundo dijo:-Che, ¿pueden creer que se paró la pija?

-Mentira, Facu- dijo Leo- a ver, dejame ver.

Ante mi asombro, y los gritos y risas de todos, facu se desabrochó el pantalòn, y dejò escapar un enorme pene erecto.

-Que divino- dijo Leo- Te voy a aliviar. Y sin mayor tràmite comenzò a masturbarlo.

-Ah, yo tambièn quiero jugar- dijo Nico, y comenzò a bajarle el cierre a Leo.

A ver.ustdes saben como son las cosas entre varones. Exhibiciones, tocaditas de culos, mariposeos.son parte de confraternidad masculina. Primero pensè que la cosa iba a detenerse de inmediato.pero todo fue a mayores. Todos comenzaron a desnudarse, y a masturbarse mutuamente. Formaron una ronda, cada mano izquierda en la verga del compañero, disitntos tamaños, formas, y grados de excitaciòn, que fueron sincronizàndose.

Yo habìa quedado casi desmayado, contra una pared.

Vagamente lo notò Nico, que me dijo:-¿Y vos que esperàs?

Pero siguieron todos en los suyos, y comenzaron a tararear el pericòn nacional (¿Serìa esa la idea para el acto de la escuela?)

Pero aùn.todas las manos derechas estaban desocupadas. A la voz que diò Facu, todos comenzaron a chuparse los dedos.para lubricarlos. Hicieron una breve detenciòn.y todos comenzaron a dedear al compañero de la derecha. Siguieron asì hasta acabar.


Quedaron entre risueños y aturdidos.hasta que Nico gritò: Danny no hizo nada.


Mi reacciòn fue.correr.


Pensè que el hecho de estar vestido me daba una gran ventaja. pero me equivoquè. Fuera de temporada habia poca gente, y era muy tarde. Ellos comenzaron a correrme como estabn, totalmente en pelotas.

Mi estado fìsico nunca fue bueno.por un rato, de todas formas, saquè provecho de la momentanea sorpresa.

Pero ellos estaban muy entrenados. Comencè a sentirme cansado enseguida.pero lo definitvo parecìa sacado de una malña escena de persecución de pelicula yankee. Tropecè y caì.



Estabamos bastante lejos de la casa. Facu y Leo llegaron primero, y pronto los otros. eran demasiados, y aunque hice un breve intento.resistirme a lo que tuvieran pensado era seguramente inùtil.

Bastante rezagado llegò Jonathan, con un bulto en las manos que no supe identificar.

-¿Què te agarrò, pelotudo?
-¿Te cagaste?
-¿Por què no jugaste con nosotros?
-¡Ahora te vamos a tener que liquidar para que no nos botoniès!
-Llevemoslo para esos àrboles.

Todo me parecìa irreal. ¿Que hacìan en la calle, siete tipos en bolas, conmigo a su merced?¿Que hacìan ellos?.¿Que iba a hacer yo?

Llegamos al lugar indicado.
-Desnudate.
No quise entender.
-Ponete en bolas, putito.


Me saquè la poca ropa que llevaba: remera, bermudas, medias, zapatillas.
-Bueno, te vamos a dar la bienvenida al grupo. Nos la tenès que chupar un poquito a todos.eso, o te colgamos y decimos que fue suicidio.

Entre negativas y ruegos.finalmente no hubo negociaciòn. Algunas todavìa tenìan el gusto de la reciente acabada colectiva y eso me diò un poco de asco.
Pero le di una chupada a cada uno.y lentamente mis temores se fuieron yendo. Si entre ellos jugaban como lo hacìan.

Nahuel dijo: Ahora que ya las tenemos duras, te vamos a hacer sentir un poquito de rigos. Yo primero.

Me diò vuelta, me embadurno el culo con saliva, y luego de un ligero restregar, me la metiò. Sentì que el cuerpo me estallaba. Unoa uno fueron pasando todos, pero sin acabar ninguno de ellos. Yo ya tenìa una notoria erecciòn.

-Ya sos nuestro, Danny. Ya sabès como sigue esto. -Formamos una nueva ronda, cada mano izquierda del compañero, cada derecha, en el culo.

Despuès de acabar todos, Nico agregò: Bueno, Danny, pasate la prueba. Pero tu primera actitud no fue muy positiva. Tenès que pagar una pequeña multa.

Me asustè, pero era tarde. El bulto no identificado era una soga.

-Esta noche la pasàs acà. Cualquier cosa, si alguien te encuentra, decì que te asaltaron. Nos vemos mañana.


Asì quedè, a la espera de la verguenza, desnudo, sucio.pero felìz.
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