Regreso este cuento por haber sido el primero que subí a buscacuentos.

Que día más sereno. Es como si hiciera silencio por algo . . . .

riiiiiinggg riiiiinggg

Buenos días.

Buenos días amiga. Te habla un viejo amigo, de aquellos viejos tiempos. Tengo algo que decirte, pero no me atrevo.

Dime, ¿algo malo? Tú nuca me habías llamado. ¿Qué ha pasado? Mira que hoy me levanté pensando que el día está silente por alguna razón.

Oye, te acuerdas de aquel compañero que tú siempre decías que querìas, que sus ojos eran como un mar en noche sin luna, que su sonrisa te cautivaba, pero que estaba muy alto para amarte. Siempre estuviste equivocada. Te amaba, pero no quería que tú lo supieras. Decía que te amaba tanto y tenía miedo de no hacerte feliz.

Sí, me acuerdo. Aún lo amo, pero ya es tarde, los años han pasado y él amará a alguien más. Se habrá olvidado de mí.

No, nunca te olvidó ni nunca dejó de amarte.

Porqué me dices eso ahora, porqué no me lo dijo él. Porqué ahora, porqué hoy.

Perdona, tal vez cometimos el error de no decirle que tú también lo amabas. Pero ya es tarde. Aquel jóven ya no está con nosotros.

Espera . . . no llores. Anes de morir, quiso que te lo dijéramos y que lo recordaras siempre con mucho amor. Le dijimos que lo amaste y sabes . . . sus ojos se iluminaron y desplegó una gran sonrisa de felicidad. Lo último que dijo fue que esos momentos de saberse amado estaban siendo los mejores y más felices momentos de su vida, que ya podría partir porque eso era lo más que ansiaba en su vida y lo tuvo.

Pero porquéeeeee, porqueeeeee. Porqué no me permitió acariciar su pelo, mirar sus ojos, besar su boca. Porqué no me permitió dar al mundo un pedacito suyo. Habría sido maravilloso despertar y tenerle el desayuno, lavar sus ropas y olerlas antes de lavar. Poner sus medias luego de acariciar sus pies, recibirlo a su llegada del trabajo con un beso y un tierno abrazo. Servir su cena y recoger sus platos. Contarnos tranquilos tantas cosas. Descansar él a mi regazo y amarlo yo a su regazo. Porqué tan tarde, cuando ya no podré.

No sé si podré verlo por última vez. No . . . Iré a ver a quienes lo vieron, a quienes lo tuvieron, pero yo no, yo no lo veré. Sólo lo recordaré.