PRISA
Las bocas de la noche se abren lentamente
y escupen alimañas,
autómatas dormidos y corderos.
El rancio celuloide de película ajada
te muestra los despojos de una noche sin sueño.
La carrera de ratas se desborda
obligada a seguir por los raíles,
para-lelos vivir, sordo binario.
Errática en el vórtice la multitud camina,
se pisa, se sacude,
en un ir y venir de eslabones vivientes.
No recuerdan
que a la entrada del túnel de la vida
un rótulo te avisa:
“Obligatorio el uso de cadenas”
Muerte que se repite cada noche,
vida que vuelve a ser cada mañana.
y tanta, tanta prisa,
que perdimos los pasos en la nieve,
que perdimos la sombra
en la sórdida esquina de la noche sin sueño.