Un nuevo recorrido, la próxima parada se avecina, quise haber cambiado antes este billete, no buscaba cercanías. Volveré a viajar en avión trazando en el cielo mi destino, ese que no viene en los mapas, saliendo de esta galaxia a otra nueva dimensión, tocar la luna con mis manos... Y en los días de luz, como un Icaro escaldado, apartaré en lo posible mis alas del sol y Dédalo me tenderá su mano.

Unos se apearon antes, otros tantos han llegado.
Recorrí océanos y montañas, adquirí ilusiones que atrás fueron quedando, e incluso éste, mi vagón, fue a parar a una especie de vía muerta que he creido volver a ver desde mi ventanilla alguna que otra vez más.
Y ahora, una nueva ruta se abre ante mi, entre cajas, maletas y sacos, escojeré con cautela mi nuevo ajuar, envolveré mis sueños en papel de burbujas, aquellos más frágiles los llevo siempre a cuestas; en la caja de los truenos guardaré las mentiras, misterios y engaños, el dolor y los problemas, la desesperación y la desconfianza... y tiraré la llave. Y si mi ángel custodio aún me sigue, sabrá como precintarla. Que todavía queda por recorrer y mi lomo ya no aguanta.

Lee bien tu próxima parada, yo me apeo en "Felicidad". Dicen los lugareños que en sus campos no se siembra la semilla de la violencia, que no conocen el dolor, que sus vinos son afrodisíacos elixires, que nunca se pone el sol, que no hay ovejas negras en los rebaños... Yo me apeo en "Felicidad", ¿y tú?