El águila de los Alpes es a veces a rrojada contra los desfiladeros de las cumbres de las montañas por la furia de las tormentas. Las nubes tormentosas rodean a esta majestuosa ave del bosque y con su masa oscura la separan de las alturas asoleadas donde ha construído su nido. Los esfuerzos para escapar de la tormenta parecen en vano . Se balancea de un lado a otro, bate el aire con sus fuertes alas y despierta el eco de las montañas con su grito. Al fin se eleva con un asento marcado de triunfo,y, atravesando las nubes se encuentra nuevamente con la claridad del sol , por encima de la tempestad y la oscuridad de las nubes. Al igual que esta ave, nosotros también podemos encontrarnos rodeados de tempestades, de masas oscuras de problemas y dificultades,desalientos, nos cerca la falsedad, la calamidad y las injusticia, hay nubes que no podemos dicipar . Luchamos en vano contra ellas , pero hay una vía de escape y solo una, las tinieblas oscuras cubren la tierra; pero más allá de las nubes brilla la luz de Dios. Podemos elevarnos con las alas de la fe hasta el lugar de su luz y explendor.
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Nota: manifiesta tu también la gayardía que mostró esta ave y busca el explendor de la luz. Josue (1:9) Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente no temas ni desmayes porque el espíritu de Dios estará contigo todos los días de tu vida.