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René Rivera, Parte 4

Después me toco con un maestro de matemáticas que se llamaba Fernando Flores Figueroa, quien era huixtleco de corazón. Fernando era moreno y también era obeso acostumbraba llevar unos lentes negros. – Ahora Les enseñaré la disyunción. Primero tendremos que ver los conjuntos de negación ya que es necesario que conozcan las oraciones que se van a emplear, por ejemplo tenemos que X es un elemento de los números primos, impares. El siguiente paso será hacer la grafica, ya está, ahora tengo que saber que grafica es la que niega a esta- tomábamos apuntes y después preguntaba: le entendieron, sí quedaba duda lo explicaba nuevamente. No termine de llevar matemáticas uno debido a que por esas fechas comencé a trabajar en agua Electrón. El maestro Felipe me dijo que me pasará a la mañana. Así lo hice ya que al principio entraba a mi trabajo a las diez y media y otras a la una. Las clases de la mañana eran de ocho a doce del día. A las nueve Vleeschover me siguió impartiendo la accesoria de Metodología de la Lectura.
Entre a trabajar como embotellador en electrón. El primer día entre a la una y salí a las nueve y media. Después me dijeron que un día iba a entrar ala una y el otro a las diez de la mañana y que me tocaba dos semanas en la tarde y una en la mañana. Antes de entrar a las naves( así le llamaban a dos cuartos separados por un túnel, túnel donde entraban los camiones para recoger garrafones llenos. Adentro de la nave había una aduana donde nos poníamos el uniforme que constaba de un pantalón de tela azul camisa azul, debajo de la camisa una playera blanca, un gorro y un cubrí boca del mismo color. Al entrar había una escalera hasta el final estaba la lavadora que a veces era atendida por dos personas y a la mayoría de las veces por una, que sacaba y metía los garrafones vacíos. Después se encontraba la persona que llenaba los garrafones, el cual no subía las escaleras sino se encontraba del otro lado. Después estaba el rellenador, y el que le ponía las etiquetas al agua.) nos bañábamos para eso nos asignaban un casillero, donde colocábamos nuestra ropa y nuestro desayuno o comida. Las primeras veces me daban media hora para comer ya después me lo fueron disminuyendo. Al grado de que una vez no tenia ni seis minutos que me habían dado permiso de comer que ya me estaban bajando Generalmente yo salía a las once y media o doce o una de la mañana. A esas horas ya no hay camiones, los colectivos de mi ruta dejan de circular a las diez y media de la noche. Pero nos iban a dejar los supervisores. Tardaba como una hora en llegar a mi casa debido a que tenia que pasar a dejar a un muchacho que le decían Condorito, él vivía por una colonia que creo que se llama 7 de junio. La cosa es que esta por arriba de Los Pájaros. Después íbamos a dejar a uno que vive por la Patria Alta, al de la Bienestar Social, una vez pasamos a dejar al checador que vive hasta por el zoológico.. Nos bajábamos por el Paso limón, nos íbamos a San Cayetano, San Pedro Buena Vista y bajábamos hasta Infonavit el Rosario después el carro subía hasta por la escuela Adolfo López Mateos y por la SECH, hasta llegar a la colonia Natalia Venegas, para bajar luego a la Reforma donde se ubica mi casa. Mi mamá me esperaba y me daba mi cena y después a dormir. Cuando Entré estaba conmigo y en mi equipo uno que le decían El Tapón, ya tenía como una o dos semanas que habían bajado al Chencho quien trabajaba como embotellador pero luego le dijeron que se quedara como mozo de limpieza. Conmigo llegó uno que vive por la Natalia y se llamaba José Luis López, a las dos semanas y media se metió William, le decían EL Simpson. Trabajaba como payaso los fines de semana y tenia una mujer embarazada. Después se metieron otros tres mas que ni siquiera llegue a conocer sus nombres. Mis demás compañeros fueron El Piñatón, Manuel, José Luis Valencia, Froilan quien fue uno de mis mejores amigos y Aníbal, quien su papá trabajaba como chofer en esa misma empresa. Había dos jefes de producción uno se llamaba Víctor Y el otro se llamaba Jesús pero le decían Chuchin. Trabajábamos un domingo y descansábamos otro. Los jefes de producción se encargaban dizque de elaborar los productos químico, pero la verdad es que no hacían nada. Su otro quehacer consistía en andarnos vigilando. Y de vez en cuando entraban a arreglar la lavadora que se descomponía, más en la nave uno, que tenía como treinta años y el dueño no quería comprar otra. Recuerdo que una vez El Chuchin me fue a sacar a las doce y veinte que porque hacia falta uno de producción, cuando me debió de haber bajado a la una ya que esa era mi hora de entrada. Los domingos que me tocaba trabajar desgraciadamente me tocaba con él. Desde un principio Dessié cambiar mi domingo para que me tocara con el Víctor. Otro de los que me caía mal era William, El Simpson, una vez me toco estar con él en la lavadora. Al principio estaba feliz esta se puso a cantar canciones de José José, después me quiso pegar y me empezó a llamar gordo inútil. El Simpson era de un carácter temperamental había ratos en que solo insultándome se la pasaba y había momentos en que tenia un buen carácter y hasta me daba consejos de cómo vestirme para que me hagan caso las mujeres. Generalmente el agua se acababa a las seis u ocho de la noche y a esa hora descansábamos. El Chuchin muchas veces aprovechaba esas horas para que le ayudáramos a batir sal, trabajo que le correspondía a él. Otros se quedaban limpiando las naves. Una vez se fue el agua como a las cinco de la tarde y El Chuchin y El Víctor nos llamaron para reportar nuestras horas extras ( México cuenta con una ley que dice que el horario de trabajo es de ocho horas diarias, con un sueldo mínimo, si el patrón se pasa de ese horario, necesariamente tiene que pagar horas extras), después nos dijeron que Tío Migue ( la expresión Tío muchos lo utilizan para no decirle a un señor anciano), que era el gerente de Agua Electro, deseaba hablar con nosotros. Tío Migue era un señor de unos 62 años, era obeso, y calvo. Su oficina se encontraba en el segundo piso. Abajo de su oficina, se encontraba las oficinas de los administradores y contadores. Todos los que trabajamos en producción fuimos a tocar la puerta de su oficina- ¿ Cómo Están muchachos? No los voy a poder atender en mi oficina, pero aquí a lado hay suficiente espacio, esas fueron las palabras del gerente, quien señaló una habitación donde frecuentemente Borges, el dueño, sermoneaba a sus empleados. Pasamos a la habitación, recuerdo que había un mapa de la ciudad, y una mesa lo suficientemente grande para nosotros. La química, y los dos jefes de producción se pusieron a lado de don Migue. Este último comenzó a hablar- Veo muchas caras nuevas, para los que no me conocen mi nombre es Miguel, soy el gerente de esta planta, los he mandado a reunir por un asunto grave, Hizo una pausa y continuo hablando: hace un mes pesa sobre nosotros una multa de 547 mil pesos, ustedes dirán y a nosotros que nos importa, pues bien, uno de producción que a lo mejor ya ni esta aquí, dejó pasar una materia extraña en un garrafón y el centro de salud fue notificado de eso y le puso al dueño esa cantidad exorbitante- Froilan intervino- Don Migue yo siempre me fijo en el agua- Tú y Manuel ya son expertos, el problema creo yo, radica en los nuevos, yo he visto que muchos de ustedes en lugar de enseñarlos les mientan la madre y algunos les pegan. Hay que saber tratar a las personas, por esa materia extraña don Antonio Borges me vino a dar una santa regañada, les ruego que ya no vuelva a pasar eso. Nosotros hasta hemos mandado a pintar los cristales para que se fijen más. Le hemos dicho a Víctor y a Chuchin que los vayan turnando. No les miento, hoy en un deposito de Patria Nueva, me acaban de reportar una materia extraña en un garrafón, que bueno que lo detectamos a tiempo. Sí don Antonio se hubiera enterado, me hubiera venido a maltratar, ya que yo soy el que tiene la mayor responsabilidad en esta planta- Tiene razón don Migue, comento el Víctor, a nosotros también nos toca el regaño del dueño, traten de hacer mejor las cosa No le puedo echar la culpa a los jefes de producción ni a la química, les echaría la culpa si me reportaran que encontraron mucha sal en el agua o un mal sabor, eso ya no sería problema de ustedes sino de El Chuchín y El Víctor, pero ustedes son los que le ponen agua a los garrafones así que es su responsabilidad, eso es todo pueden-----lo hacía el intendente. Al acabar de barrer me ordenaron que le ayudara a Felipe( así se llamaba el intendente) a subir la basura en un camión. Después hacia el aseo de las dos naves y empezaban a llegar los carros. Los acontecimientos de ese primer día marcaron mi patrón de conducta durante los posteriores. Ese día como a las 11:30 se presento en la planta el dueño, un señor que se llamaba José Antonio Borges, era como de unos cuarenta años, medio calvo con bigote, tenia los ojos verdes, portaba una bolígrafo con incrustaciones de oro, recuerdo que llevaba una camisa blanca, para ser exactos de seda. En el momento en que se escucho su nombre todo mundo corrió, era obvio que todos sus trabajadores le tenían miedo. Me habían comentado que una vez le pego a un chofer porque tenia en mal estado una unidad. Si encontraba una basura tirada, entonces daba una santa putiada ( regañada), ese era Antonio Borges dueño de tres plantas y de no sé cuantos camiones. Aquel día llevo una camioneta ultimo modelo. Portaba un celular, que le colgaba en el lado derecho de su pantalón. Estaba yo sellando pero cometí un error, deje pasar un garrafón sucio.. Antonio Borges y Don Miguel, estaba parados afuera viendo como los chóferes y ayudantes subían los garrafones a sus carros. De pronto comenzó a verme, sentía su mirada quemándome la espalda. Trate de hacer las cosas correctamente, pero vio el garrafón sucio y me toco violentamente el vidrio de la ventana y haciéndome señas para que saliera. Mi cuerpo sintió un escalofrió indescriptible. Atravesé la aduana, sintiendo hormigas en la piel. Al salir José Antonio Borges me dijo: buey dejaste pasar un garrafón sucio fíjate, fíjate, los ojos verdes de Borges me miraron de una manera diabólica que me hizo inmovilizarme por unos segundos. Cuando sucedió eso eran la una, los que les tocaba llegar a esa hora se dieron cuenta de la putiada (regañada) que me dio el dueño. Uno de ellos me dijo: ponte hacer aseo en la nave que vea el jefe que estas trabajando. Borges Me volvió a hablar pero para que le enseñara un bote vacío, pero ya no fue tan duro como la primera vez. Como era primer día, en la mañana, nos tocaba echar un volado para ver quien se quedaba en la tarde. Mi buena suerte me ayudo para que me fuera. Esa vez quise pasar un rato en el parque central y sentarme en una banca hacía como dos semanas y media que solo me la pasaba de mi trabajo a mi casa. Decidí ir al cine solo, entre a ver una película xx. No me gusto porque había escenas muy fuertes. Después tome el colectivo de la ruta 30, el cual me llevo a mi casa. Al otro día todavía seguía sintiendo miedo por lo de Borges, esa vez no hubo volado así que me tuve que quedar desde la mañana hasta las 12:00 de la noche. Al llegar a mi casa eran como la una mi madre no había podido dormir por estar esperándome. Me dormí como a la una y media de la mañana. No pude levantarme temprano y si no tomaba el camión antes de las seis y media no llegaba a tiempo. Sabía que si me presentaba iba a regalar mi trabajo, ya que un retardo equivalía que te descontarán ese día. Decidí no presentarme el miércoles. El jueves tenía ganas de regresarme el Víctor, pero no lo hizo. Ese día también estuve de suerte porque no me quede. Otra vez tuve suerte en los volados. Había tomado una decisión y era que no deseaba estar más en esa empresa y más cuando me anunciaron que me bajarían de puesto. Como lo oyeron iba a hacer intendente. Ese sábado José Luis López, El Caballo, y yo decidimos renunciar. El primero renuncio porque el chuchin no lo dejaba comer en paz. A nuestra renuncia se unió El Simpson . El Simpson salió porque El Chuchin ya lo había agarrado de su puerquito. Resulta que El Simpson era el que estaba más tiempo en la lavadora, al principio los nuevos le ayudaban pero después lo dejaron a él sólo. Ese sábado El Simpson tuvo una discusión con El Chuchin. Viendo que nosotros íbamos a renunciar para evitar más conflictos con el jefe de producción se fue. Lo último que supe del Simpson fue que estuvo trabajando en una gasolinera y después en un restaurante llamado La Catedral que se ubicaba en pleno parque central. Dos meses antes había guardado poco dinero. Con eso logre pagar dos meses de asesoría, más lo poco que pude juntar trabajando en Agua Electrón; podía yo avanzar con mis materias. Elegí estar en el turno de la mañana. Ese turno era diferente al vespertino. Me di cuenta que en la mañana había menos alumnos que en la tarde. En la tarde cada vez que uno salía de clases, todos los alumnos se amontonaban en el pasillo. Había gente que se quedaba en los salones y se ponían a platicar. Mientras afuera algunos muchachos o ya sea señores andaban consultando sus apuntes. Otros preferían ir a la tienda y comprar refresco de cola y Papas Fritas, subían comiendo sus alimentos chatarras, entre bromas y risas. A veces las aulas parecían un mercado. Ese era el ambiente que yo había sentido en el turno de la tarde. Pero en la mañana el ambiente estaba totalmente cargado de un tono sepulcral. Cuando terminaba una clase los muchachos se comportaban de una manera diferente. No era la primera vez que visitaba el turno matutino. Por si ustedes han leído punto por punto mis memorias sabrán que cuando estuve trabajando en Agua Electrón. Debido a que me daban horarios inciertos, pedí que las semanas que me tocaba trabajar en la tarde, me permitieran asistir en el turno matutino. Yo conocía de sobra como se manejaban el comportamiento psicológico del alumno de la mañana. Pero a pesar de mi conocimiento, durante esos dos meses me sentí triste. No me había yo dado cuenta que me había acostumbrado al turno de la tarde. Cada vez que salía de una clase había como 10 minutos de receso. Salía yo al pasillo y todo estaba silencioso. Unos se iban a otro lado. Estaban dispersados, unos que otros platicaban. No podía yo evitar comparar ambos turnos y cada vez más darme cuenta cuan diferentes eran. En la mañana había pocos señores y señoras, casi la mayoría era gente joven. En la tarde había de todo. Muchas de las personas de la mañana, eran gentes que estuvieron en el Cobach, en la Preparatoria Dos, en la Uno, y no alcanzaron a terminar toda su Preparatoria. Obvio que muchos no trabajaban. Con esto no quiero decir que todos tenían esas características. En realidad había personas que les tocaba trabajar en la tarde, como el caso de Martín. Un muchacho que trabajaba de mesero en el “Camino Real”. El no podía llevar asesorías en la tarde porque entraba a las cinco y salía hasta altas horas de la noche. Ahí conocí también a otro muchacho, que ahora no recuerdo su nombre. Este joven presto su servicio social como instructor comunitario, en una comunidad indígena. Allá alejado de la civilización. Donde para llegar ahí tiene uno que hacerlo en 5 horas en carro y tres horas y media a pie. A pie porque el camión ya no quiere entrar, debido a que el camino esta lleno de piedras y cuando llueve se forman unas pozas de agua. Este muchacho por lo que el me platico aguanto dos años allá. Yo le dije que siendo instructor comunitario bien podía estudiar. La ley para los instructores comunitarios es que cuando estén realizando sus servicios social, no pueden estar cursando ninguno de los niveles de bachillerato o carreras. Al acabar esos dos años el gobierno les daba una beca para que puedan estudiar lo que ellos quisieran. Yo le pregunte que era exactamente eso de instructor. El me dijo que era un joven recién egresado de primaria o secundaria que se ofrece como voluntario para ir a enseñarle a los pueblos indígenas más marginados de México. A esos pueblos donde el beneficio de la luz eléctrica y de otros servicios que ofrece el gobierno, todavía no les ha llegado. Debido a aquella platica tenida con aquel muchacho hubo un tiempo en que pensé hacer esa labor social. Pero luego reflexione. Obviamente que durante esos dos años tendría que sufrir muchas privaciones, no creo que aguante tanto tiempo lejos de la ciudad. Luego el clima, toparme con gente que sabrá Dios que tipo de cultura tengan. Abandonar a mi madre, ella ya esta grande. Soy el hombre de la casa. Si respetan a mi madre es por mí. Imagínense una mujer viviendo sola. Cualquier gente puede entrarle a hacer algo malo. Más en la zona donde vivimos donde hay muchos borrachos, drogadictos y pandilleros. Con esa vecina que se pone con su silla; en la puerta de su casa, todas las tarde a juzgar a la gente. Queriendo tomar atributos que solamente a Dios le corresponde. Porque no en lugar de juzgar a la gente no hace algo de provecho. Aunque tenga dinero, es triste estar como parásito sentado en una silla, sí todavía tiene buena salud para tratar de hacer algo de provecho de su triste y apestosa vida. Pero como ya lo dije antes, que se podía esperar de una mujer ignorante. Y yo creo que a las ignorantes se les perdona todo. Pero la cosa era que ella iba a ser la primera en enterarse que estaba yo lejos de mi hogar. No creo que se iba a quedar con las dudas de averiguar de mi paradero. Mi madre como es buena gente se lo iba a decir y entonces ella se encargaría de correr la voz por toda la colonia Reforma. Todo esto me ponía yo a pensar en esa época de mi vida. Mejor no. Aquí con calma consigo un trabajo, aunque gane yo poco estaré dentro de la ciudad y no tendré que abandonar a mi madre. No era un caso de mamitis déjenme decirles. Tal vez si hubiera yo tenido más hermanos me hubiera yo decidido a presentar mi solicitud como instructor comunitario. Pero como hijo también tenía la responsabilidad de cuidarla a ella. Mi madre era una mujer mayor y no aguantaría un viaje tan largo y tan lleno de dificultades. Esas eran mis premisas que me hicieron desechar ese pensamiento. Después lleve Filosóficos uno. ¿ Adivina quién me lo impartió? Acertaste otra vez el teacher Felipe García Cadena. Fue la quinta y la sexta materia que me dio. En Metodología del aprendizaje se hablo de las formas como debemos de estudiar. En aquella ocasión en esta última materia, solo había dos alumnos que eran tu servidor, y una muchacha gordita llamada Consuelo. La tal Consuelo se paso al horario del sábado, por lo tanto esa materia fue cancelada.. Entonces Vleeschover me dijo: el maestro Felipe ya no te dará clases de Metodología del Aprendizaje, pero sí quieres puedes entrar en mi clase, nada más te advierto que vamos más avanzados. En ese momento no supe que contestarle ya que el maestro Felipe no me había dicho nada. Vleeschover observo que traía marcado una indecisión en mi rostro y me siguió comentando: o por que no te doy el temario y le sacas copia y así se resuelve tu problema. Lo que pasa es que no me dieron el dinero para las copias pero mañana me lo podría dar, comenté. Fue en esos meses que ya no aguantaba más estar en la mañana. Pura gente aburrida, no hay ese ambiente caluroso que existe en el vespertino. Estar en la mañana al principio tenía sus ventajas. Sentía como si me diera más tiempo de estudiar. Utilizaba yo las tardes para repasar mis lecciones y se me quedaban mejor la lección. pero todo esto es una superchería. Puedo rendir igual si me paso otra vez a la tarde. La capacidad intelectual no se mide por los turnos que te toca estudiar, sino se mide por el grado de coeficiente intelectual que posees. En eso me puse a pensar cuando tome la decisión de reincorporarme al turno que tanto había extrañado. Igual que el hijo pródigo vuelve al redil así me sentí. Otra vez las mismas caras, en cada receso los alumnos se amontonaban a platicar. Este es mi querido turno, que por nada del mundo lo volvería a cambiar. En la tarde me iba a dar clases Vleechower. Se me asigno materias diferentes, pero en esa ocasión tenía rezagados varias materias que había yo llevado asesorías pero que no había presentado los exámenes. Eran por cuestiones monetarias que no había podido avanzar tanto como yo quisiera. De dos materias que llevaba podía yo solicitar nada más una. Lo mismo que ya explique antes o pagaba asesorías o pagaba yo mis materias. Pedí que me dieran la asesoría de “Textos literarios uno y dos”.Iba yo a presentar literarios uno y principios de Física. Esta última materia tenía meses que ya lo había llevado pero no pude presentarla. Pero aún así confiaba que cuando presentara literarios dos, pudiera yo pasar con excelentes calificaciones. En literarios uno. vimos la literatura Hebrea, después estudiamos la literatura clásica, con obras como la illiada y la Odisea. Los últimos temas fueron la literatura feudal, el Renacimiento, sobre todo en Florencia donde tuvo una influencia importante. A este respecto hay que agregar que La Familia Médicis ( principalmente Cosme, Lorenzo el magnifico, y Juan ) contribuyo mucho culturalmente, ya que fueron mecenas de Donatello( Donato Di Betto Bardi),Leonardo da Vinci. Dos miembros de los Médicis fueron papas, una era reina de Francia( Catalina de Medicis y después María) fue en este periodo histórico y cultural, cuando en Alemania Martín Lutero protesto contra las indulgencias que daba la iglesia católica. Siglo de cambios no sólo histórico, literario y políticos sino científico. Copernico formula la teoría Heliocéntrica, la cual ya explique arriba. Se empieza a formar un nuevo grupo social que más adelante recibirá el nombre de burgueses, porque se constituyen en comunidades llamadas Burgos. El rey de Inglaterra se convierte al protestantismo y es blanco de fuertes criticas. En Francia se da la noche de San Bartolomé, que no es otra cosa de la guerra entre los hugonotes y las fuerzas imperiales. España pelea contra los Moriscos. Los Musulmanes y Cristianos hacen una batalla naval, que no es otra que la famosa Batalla de Lepanto donde pierde una mano un hombre llamado Miguel de Cervantes Saavedra, quien años después de su muerte, se convierte en uno de los escritores más traducidos de nuestra lengua y es colocado a lado de grandes figuras de la literatura universal. Se descubre América y grandes potencias europeas como Inglaterra y Portugal, entre otras se pelean sus posesiones. Inglaterra le toca todo lo que hoy es Estados Unidos y parte de Canadá. Portugal se quede con Brasil, España ocupa México centro y Sudamérica exceptuando los territorios de Guyana, barbados, Belice, Haití y Jamaica.. En Europa se empieza a dar el movimiento Barroco y el nuevo continente es uno de los primeros en adoptarla. Aquí sobresalen las figuras de: Sor Juana Inés de la Cruz, Góngora, Quevedo, Calderón de la Barca, entre otros. Con lo que respecta a Literarios dos, vimos los movimientos Clasicismo, Romanticismo, Naturalismo, Modernismo, y las corrientes de Vanguardia( Futurismo, Realismo, Dadaísmo y cubismo). Las clases estuvieron muy interesantes. Vleeschover comentó: Es importante recalcar la figura de Franz Kafka. Yo le dije que para mí Kafka era intrascendente, debido a que sus obras estaban llenas de sin sentido- Precisamente lo absurdo y a veces lo inhumano es lo que le dio importancia- Me quedé pensando en el comentario y llegue a una conclusión: el siglo XX no sería el mismo sin la influencia de Kafka. Por ejemplo en Austria la figura de Herman Broch empieza a ser nombrado y las demás obras que escribe expresan una visión Kafkiana. La novela los Inocentes bien pudo haber roto esquemas en la literatura sino hubiera existido Kafka. Los críticos pudieron determinar que su influencia rebasó las fronteras de su país. Los Inocentes es una de las primeras novelas en que los personajes son: el señor X, la señorita F. Alberto Camus es iniciador del teatro del absurdo, pero en realidad el verdadero creador fue Franz Kafka. Francia, Alemania, Inglaterra entre otros se dejan influenciar del escritor checo ya sea por medio de Camus o de Broch. Cómo un hombre pudo ejercer tanta influencia? Nacido bajo una familia judía, Kafka vivió toda una vida marcado por la soledad. Esa soledad lo llevo a crear un mundo de letras, en donde la razón busca un sentido, a una disyuntiva sin respuesta. Josef K trata de despejar las preguntas, que le surgen entorno a su proceso. Las ecuaciones que hace de su vida lo van enredando más y no puede encontrar la respuesta. Gregorio Samsa, una mañana se transforma en una cucaracha. Su familia llega a encuadrarlo en una soledad absoluta. El factor comprensión y cariño no es despejado en el problema. Las operaciones efectuadas cuentan con márgenes absurdos que castran a cualquier ser humano. Resoluciones anormales rezan enrareciendo las páginas y dejándonos contemplar una filosofía cruda, igual que el reflejo de la vida. La liberación del problema es la ignorancia y ese es el estandarte secreto de la novela. Gregorio Samsa, La cucaracha muere. La hermana de este ya esta lista para casarse, ella empieza la otra metamorfosis, pasar de la libertad a la prisión del matrimonio. Cuando nos referimos a Kafka imaginamos conjuntos vacíos sin ninguna correspondencia entre sí. Los últimos años de este gran escritor la paso en hospitales, tal vez la crudeza de su vida alimento sus obras. En Checoslovaquia fueron prohibidas sus obras. Eslovaquia pierde su autonomía, pero se recupera en 1969. El país se mantiene bajo directrices soviéticas durante los gobiernos de Gottwald, Zápotocky y Novthy ( 1948-1967). La llegada de Dubcek y de Svoboda constituyó un intento real de liberación política, esto a su vez genero molestias en Rusia, quien mediante las tropas del pacto de Varsovia invade la capital Checoslovaquia en agosto de 1968. La inestabilidad sigue en la decada de los 90 el territorio checoslovaco sufre una ruptura generándose dos repúblicas: La Checa y La Eslovaquia. El marco histórico que vivió este país ha conducido a situaciones degradantes como la búsqueda de chivos expiatorios que a lo largo de estos años han hechos procesos políticos. Decía Milan Kundera: tal parece que Kafka se anticipó al marco histórico Checoslovaco porque en el proceso describe la visión de un juicio absurdo. Quien iba a pensar que en esos juicio sin sentido, iba a suceder en su país a finales del siglo XX ?. Después de reflexionar sobre la figura de Franz Kafka el maestro Antonio Martínez Vleeschover, nos comentó sobre James Joyce otro de los escritores más destacados. Es indudable la influencia que tuvo de la Illiada y la Odisea. En mi manera de ver la obra de Ulises de Joyce; pienso que trato de escribir una obra que ya no exaltará los valores griegos. Por ejemplo al final la mujer de Leopoldo Bloom, piensa engañar a su marido con Esteban Dedalus, en la Odisea que al final Penélope lucha para guardarle fidelidad a su marido. La odisea de Homero narra la peripecias de Ulises para llegar a su hogar, el Ulises de Joyce no narra peripecias sino las aventuras de un hombre durante el transcurso del día, su paso por un burdel exclusivo y la llegada a su casa, no se da el elemento de nostalgia de la obra griega. La narración aporta un elemento adicional y se trata de los monólogos. Nosotros asistimos a un juicio interior, aunque muchos de estos monólogos me recuerdan un tanto a Prestublenie i nakazanie ( Crimen y Castigo) de Fiedor mijaelovic Dostoievsky. Hablamos sobre otra obra que fue decisiva en la narrativa contemporánea. Se trata del francés Marcel Prous y su larga obra En Busca del tiempo Perdido En la cual recurre a la técnica que estoy empleando en mi biografía y se trata del recuerdo involuntario. Como sí fuera una declaración a manera de interrogatorio a un criminal. Claro que yo no soy criminal, sino este procedimiento sería jurídico y no lo es. La manera como lo describo es un procedimiento de reminiscencia en la cual un hombre al final de su vida dicta sus confesiones, sin ninguna clase de tapujos y ante poniendo la verdad sobre toda las cosas. Esas verdad en la cual todos tenemos derecho a acceder.
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(2001)

La tristeza cansa el alma y envenena esperanza, esa desesperación comenzaba a carcomerme. Charcos de nostalgia cantaban dentro de mi corazón. Siempre decidía escapar bajo cuerdas de letras y sólo conseguía congelar el alma. Descubriendo rostros en mi sangre pude darme cuenta que tenía el sino negro y sobre el una lágrima repitiendo mil rezos de sufrimiento. Entonces decide preguntarle a Dios sobre la vida. El amoroso Dios me hablo en el dialecto de las aguas, con sus palabras pude tejer un arco iris sobre mi lengua. Ese arco iris floreció llenando mi vida de bendición. Este pensamiento que te exprese era una bandera que yo había hecho para enfrentar las barreras que me imponía mi destino. Fue en el marco de mis veintiún años cuando decidí enfrentar las interrogantes que me había plantea las circunstancias que me toco vivir. Celebre mi cumpleaños en el taller de Lorena, que se hizo en la biblioteca Jaime Sabines. Ese aniversario fue como un despertar. Todos los seres humanos en alguna parte de nuestra vida, somos fruto de eternas despedidas. En esos adiós queda parte de nosotros que con el paso del tiempo nos dejan huellas en el alma. Como duele caminar hacia delante y huir de todo lo que representó tu infancia y adolescencia. Creo que no huimos sino simplemente vamos girando como una ruleta, creo que eso es finalmente lo que significa vivir, un continuo deslizamiento ya sea hacía abajo o hacía arriba. Debemos ponerle la melodía más placentera a nuestro entorno sino nuestras frustraciones cotidianas acabarán por amargarnos la existencia. Me perdí en divagaciones filosóficas y no les conté que hechos pasaron el día de mi aniversario. No hay nada que contar los niños de ese taller me dieron un reloj despertador. Al principio creí que lo habían encontrado en la basura, luego descubrí que era nuevo. Hubo un niño que me dio un osito del tamaño de mi dedo pulgar, la verdad es que no me hizo mucha gracia pero la intención se agradece. Sobre todo que ni siquiera los conocía. Este taller terminó dos días después de mi cumpleaños y como ya lo explique fue uno de los talleres que integraban el ciclo de mis vacaciones en la biblioteca. Lo que no te conté es que acabando nos dieron unas playeras. Esas playeras me quedaban muy grandes razón por lo que decidí regalárselo a un niño de 5 años. Decidí seguir contándote mi biografía todas las tardes de una a tres elaboraba proyectos de cómo iba a enfocarla y cual iba a hacer mi introducción. Todo lo que he derramo en forma de confesión fue hecho primero en un borrador y después revisado. Trate de utilizar palabras claras y universales para que me entendieras. Tú bien sabes que a veces los regionalismos son atroces porque hacen que no te entiendan las personas que no son de tu país o estado. Por otra parte Deseaba darte un panorama con lujos de detalle, y para esto adherí muchos recursos que había aprendido ya sea leyendo o en talleres de literatura. Bueno, todo esto formo parte de mi primer capitulo. Como tú ves ahora estoy decidido a narrarte el segundo y deseo romper los esquemas que yo mismo hice al hacer el primero. En todo caso la mejor opinión esta en ti, yo no te puedo decir conté mi vida bien o mal. Yo lo único que puedo hacer es narrarte de la mejor manera estas nuevas aventuras que me ocurrieron. Ese año me había dejado momentos felices y también trágico. Recordaba la enfermedad de mi madre, debido al susto que se llevo cuando José Luis Sánchez, en compañía de su hija armo ese escándalo afuera de la iglesia. También recuerdo la tarde de un domingo en que Lesbia de Gorrión compro un pollo y nos invito a su casa, los momentos felices que tuve en mi último taller de literatura “ Mis Vacaciones en la Biblioteca” donde cumplí mis 21 años. Recuerdo los regalos sencillos que me dieron, mi dolorosa experiencia de embotellador de Agua Electrón, la primera y única vez que don José Antonio Borges me regaño, recordé a algunos compañeros que tuve en esa industria. Ese día como a eso de las tres de tarde me encontraba comiendo mi caldo de pavo, acompañado de una Coca de dos litros. Pensaba en todo lo que me había dejado aquel 2000. Tratare de describir como era aquel ambiente de aquel 31 de diciembre a las tres de la tarde. Nuestra casita pequeña donde estaba en un mismo lugar la cocina y una pequeña mesa. Pues sobre esa mesa asíamos un lado las botellas de agua y ahí comíamos. Recuerdo que estaba con cuchara en mano mientras llamaba a mi madre a comer. Mi jefecita ya me había servido pero ella continuaba calentando sus tortillas. Vacíe en un vaso el liquido negro de mi Coca Cola, y le di un sorbo. – Mamá ya que te dieron el día, por favor acompáñame a degustar este exquisito caldo de pavo- Gracias a Dios tuve 2 días hijito- Esta bien, pero quiero aprovechar cada minuto contigo- Déjame terminar de calentar mis tortillas- Mi madre termina de calentar sus tortillas y después se sirve un poco de caldo de pavo y jala una silla y se sienta al extremo de la mesa. La mesa donde comíamos a parte de esta junto a la cama también estaba junto a la puerta de la calle, por consiguiente la claridad del día se metía por los cristales. Mi madre se sentó junto a la puerta- Demos gracias a Dios que tenemos comida, hay tanta gente que en estos días festivos se andan muriendo de hambre y se dedican a robar, agrego mi jefecita- Esta bien, mamita oremos por los sagrados alimentos- Después de hacer aquella plegaría de agradecimiento al todo poderoso, procedí a vaciar en una taza el liquido negro de Coca que estaba dentro de una botella de plástico. Aquella taza era donde mi madre iba a tomar su refresco. Ella hizo pedazo la mitad de la tortilla, lo enrollo y después arranco un pedazo de carne de la presa que le había tocado. Con la tortilla enrollada levanta el pedazo de carne y después se lo mete a la boca. Yo meto mi cuchara metálica en el caldo y luego la levanto- mmm, que sabroso te quedó tu caldito mamita- Si vieras el trabajo que me costo coserlo, primero lo tuve que cortar con hacha ya que estaba muy congelado y después el problema de tener que prestar olla presto porque no se puede hervir con cualquier olla- Mi madre agarra otra tortilla y vuelve a enrollarla para después volver a arrancar un pedazo de carne y con la cuchara tomar un poco de caldo y llevárselo a la boca. Yo tomaba un poco de caldo y después le daba una tomada a mi vaso lleno de Coca – Que bueno que encontraste gentes piadosas que te prestaron olla presto- La gran cara que me hacían, ni porque les hace uno sus quehaceres, ni porque a veces les sirvo como perra, esa maldita gente son incapaces de hacerte un favor y sí te lo hacen cada rato te lo recuerdan o te están pidiendo sus cosas- Mamita, hoy es un día de alegría por favor no recuerdes lo malo y piensa en todo lo hermoso que este año nos ha dado- Tienes razón hijito, antes ni navidad me daban y por ser que tuviera un dinerito extra ya que tu papá no nos daba nada me iba a servirles en año nuevo- Ya es justo que descanses tan siquiera un día, por favor- Solo Dios sabe si este será el último año que descanse, tal vez Diosito me lleve a su seno el próximo año y te quede solito- Mamá, no hablemos de eso, me lastima- ¿ Porqué hijito? Sí de la muerte somos- Por piedad yo no tengo a nadie solo a ti, me dolería mucho perderte- No te pongas así si todavía no me muero ¿ Te sirvo más caldo?- No-madre, tenemos que guardarlo para la noche ya que durante meses lo he planeado y será una grandiosa cena- Tal vez vayamos a la iglesia y allá nos den de comer y ya no necesitemos más presas de pavo- No siquiera ir a la iglesia, ya que últimamente no dan buena comida, la peor comida lo llevan a la iglesia y no todos van, mejor pasemos el año nuevo aquí en nuestra casa- Me gustaría ir a la predicación y después cuando comience la tragazón irnos- Ponte a pensar que ni camiones hay para que regresemos- Tienes razón pero al menos oremos aquí en nuestra casa- Aquella noche del 31 de diciembre en toda la ciudad se dejaron escuchar luces de bengala, triques, en ese momento mi madre y su servidor ya habíamos Terminado de cenar, estábamos acostados. La luz del foco de mi vecina Flor, ( una señora que no había día de Dios que no estuviera sentada en su puerta juzgando a la gente) estaba encendida y toda esa claridad se infiltraba en nuestro cuchitril. El sueño me estaba venciendo cuando escucho los triques- Me temo que no vamos a dormir- Al rato todo se calmara- Eso espero. Nada el trique continuo y lo peor que era que en otras partes se escuchaban música y gritería- Tanto dinero que gastan en tronadores, y muchos de ellos se quejan de que sufren de problemas económicos, como no van a sufrir de dinero si cada año se gastan fortunas en cuetes, triques y vino. Argumento mi madre y yo dije: no hay que criticar, muy sus vidas- Me volteaba de un lado para otro, tratando de dormir pero el ruido era muy fuerte, pero en una de esas el sueño me venció. Aquel primero de enero del 2001 me levante como a las ocho. Mi madre no se quería levantar, pero finalmente accedió, me sirvió el desayuno y después se puso a barrer nuestro pequeño y miserable cuarto. – Me aburre estos días mamá- Gracias a Dios llegamos con bien al año 2001, creí que este año no iba a llegar- Ya te dije que no hables de cosas que me hacen enojar, por favor, tu enfermedad ya paso- Pues no muy me siento bien, pero al menos todavía tengo fuerza suficiente para trabajar- Mi madre después de barrer lavo mi ropa sucia. Como a las dos comenzamos a comer. Recuerdo que el caldo de pavo ya solo alcanzo para mí, aunque mi madre se sirvió otra presa. Ya en la noche estaba bastante hastiado de chompipe. Los días de enero que siguieron a ese fueron de ociosidad para mí. Sería como el 19 de enero cuando mi madre en el mercado de San Roque se puso a platicar con doña Martita acerca de mí- Fíjese usted que mi hijo todavía no encuentra trabajo- He oído que el municipio contrata trabajadores- Mi hijo ya fue y dicen que hasta febrero van a ver vacantes- Doña martita era una testigo de Jehová, bastante retirada. Ella vendía pollo asado en el Mercado Andador San Roque, que se ubicaba entre la tercera y quinta sur oriente. Esa vez que mi madre le platicaba sobre mí, otra Testigo De Jehová escuchaba. No se preocupe Jehová Dios es el dador de toda dadiva- La otra Testigo de Jehová intervino: sí desea puedo darle trabajo al muchachito, yo tengo un puesto donde hacen chanclas ahí podemos colocarlo. Además cuido que todo mi personal sea cristiano ahí no va a escuchar ninguna grosería- Mi madre le gusto la oferta- Mi hijo esta estudiando- Le puedo dar de medio tiempo- Me parece bien, ¿ Dónde está su negocio de chanclas?- Esta en el 29 sur oriente, carretera a Villa flores- Le diré que lo puede buscar inmediatamente- Estoy ahí todas las mañanas de 8 a 10 y media, ya que después salgo a compartir la palabra de Dios de casa en casa- Al otro día. Me encamine hacía la dirección, mi madre decidió acompañarme. Fuimos a las ocho de la mañana. Tuvimos que subir el cerro y después encaminarnos hacía la novena sur. La novena era y sigue siendo la zona más transitada de la ciudad. Después de pasar la carretera la gran fila de gente sobre la décima sur no nos dejaba pasar. Por suerte había un puesto de pozol de cacao y ahí mi madre me compró un vaso lleno de pozol. Sobre el 15 sur encontramos unos abarrotes. Ahí mi madre le preguntó a un señor que estaba tomando un refresco, sobre la dirección que nos habían dado. Caminamos calles más arriba y preguntando llegamos como a eso de las diez de la mañana, a la 29 sur oriente. En efecto se trataba de la misma casa solo que la señora no estaba. Nos salió al encuentro un muchacho como de unos 25 años, de pelo ondulado- no esta salió a predicar, no sé cuando regrese doña Flor, no tiene hora- Dígale que le vino a buscar doña Enriqueta, que ya le traje al muchacho que desea trabajar con ella- Al otro día volvimos a repetir el mismo trayecto solo que la peletería ya la conocíamos.- Esta bien mañana va a venir muy tempranito- Doña Flor era una mujer de rasgos indígenas hablaba muy mal el español. Era morena, ojos negros en aquella ocasión traía un vestido rojo con florcitas. – Ya le dije a tu mamá que aquí vas a encontrar puros muchachos decentes, mi Limber es bien evangélico igual el otro chamaco que es adventista. Aquí se prohíbe decir grosería. Trabajaras de 7 de la mañana a 3 de la tarde. El problema con este chamaco es como le vamos a hacer con el desayuno- No sé preocupe yo estoy dispuesto a aguantar hambre con tal de que usted me de trabajo- Que buen muchacho tiene señora, está bien, mañana puede traer su comida en un traste amarrado con una bolsa- Mejor que mi hijo venga ya desayunado de su casa, agregó mi mamá. Para que llegara temprano a esa parte del centro de la ciudad, me era necesario levantarme a l as cuatro y media de la mañana, a esa hora desayunaba luego esperaba que dieran las 5: 20, para esperar las peceras( bus, guagua, colectivo), las que funcionaban a esas horas era la de la ruta 61 que me dejaba por la segunda sur oriente. En 38 minutos me encontraba en la segunda y de ahí pasaba el andador del mercado San Roque. Los puestos cerrados, había partes que no había luz. Después tenía que pasar un callejón silencioso donde al final había unas escaleras, que conducían hasta una gran colina y después hacía la octava sur. El transito de vehículos sobre la novena no era tan fluido como en el día así que podía atravesar la calle sin tardarme demasiado. Sobre la 17 sur, tenía que pasar una gran hilera de casas, mitad de esas manzanas equivalía a 14 tráiler, creo un que un poco menos, pero si eran grandes las cuadras. Total que llegaba como a las 6:50, de la mañana. Cuando tenía suerte tomaba la ruta 62 esa me dejaba por el hospital regional,. Me acuerdo bien del primer día de trabajo. La casa era grande, tenía una sala vacía donde estaban amontonados varías pieles, que servían para ser chanclas y zapatos y después había un buró, donde guardaba las suelas y los anillos que llevan las chanclas. Al fondo estaba el taller, al poniente se encontraba una especie de bodega donde había más suelas y pieles de zapatos, junto con varios botes de pegamento amarillo, ahí también se encontraba un escritorio en cuyos gabinetes guardaban la morralla de las ventas. Después estaba un pequeño cuarto donde estaba la maquina de coser y el teléfono, junto al teléfono estaban grandes bolsas de suelas. Al oriente estaba su garaje donde guardaban su coche. El taller vendría estando al centro de la planta baja. Cuando entre la sala estaba oscura solo el taller tenía luz. Aparte del muchacho de pelo ondulado que nos atendió también habían otros dos, uno que le decían Helio, que supuestamente era adventista y otro más grande como de unos 35 años llamado David Sánchez, quien era testigo de Jehová. Después estaba un señor como de unos cincuenta años, flaco, de piel morena, era don Mario de La Cruz Anza, el marido de doña Flor. Pero como les decía el primer día doña Flor me presento con los que iban a hacer mis compañeros. Me acuerdo muy bien que don Mario estaba pegando varías suelas con ese pegamento amarillo, el tal David Sánchez tenía en su mano un cartón triple y un pedazo de suela cortada en forma de pie, vi que ponía la suela en el cartón y empezaba a marcar con un bolígrafo. El que le decían Helio se encontraba enrollando varios cordones. Metía un pedazo de cordón en un molino y después le daba vueltas a una palanca y los cordones se enrollaban, después los cortaba, ya que esos cordones luego los iba a enredar, para después insertarlas en agujeros que se les hacía a las suelas. El mismo procedimiento lo estaba haciendo el muchacho de pelo ondulado de nombre Limber, nada más que el lo enredaba con la mano y con un martillo iba recorriendo la mitad de los dobleces del cordón. Doña Flor me dijo: ellos te van a decir que vas a hacer, cuando ya hayas acabado tu quehacer te acercas a ellos y les dices, en que les puedo ayudar, ahora por lo pronto vas a contar hebillas ( después se dirigió a ellos) por favor enseñen a este chamaco a trabajar, su mamá lo enseño a ser inútil pero nosotros lo vamos a hacer útil, aquí todos trabajan hay que trabajar porque así lo ordena Jehová Dios- Don Mario jalo un pedazo de madera, arriba de la madera estaba una vara metálica y encima un molde de pie de fierro, a ese instrumento lo llamaban remachador y sirve para pegar bien las suelas de los zapatos. Don Mario ya había pegado un par de chanclas y ya lo iba a remachar. Aquí va a salir como maestro, bien fino, nosotros le vamos a enseñar- comentó don Mario- Doña Flor señalo hacía un chamaquito, como de unos 7 años llamado Eduardo. Este niño es mi hijo, y cuando no va a la escuela lo pongo a trabajar aquí, igual tengo a la Martha que esta estudiando secundaria, me trabaja durante la mañana y a las 2 se esta alistando para ir a su secundaria- Cuando estoy contando hebillas, se escuchan que tocan la puerta. Son los zapateros que iban a buscar que les vendieran ya sea un litro de pegamento, a veces iban por un metro de cuero. Para estos menesteres ya sea que fuera Limber o Helio a atenderlos. En ese primer día de trabajo mandó a Helio y me dijo que le ayudara a bajar las pieles. Cuando bajamos como 5 rollos y ahí estaba la piel que deseaba el cliente. Helio tiro el rollo al piso y yo le ayude a acomodar los otros rollos. Doña flor nos salió a observar. - acabaste de acomodar los rollos, sí es así fíjate como Helio va midiendo los metros- Helio toma un palo que estaba en un rincón y mide la tela. Después con una lapicero va marcando la parte que va a cortar. Por último saca una navaja de su bolsa y comienza a cortar. El cliente que esta sentado en una silla a lado de la puerta le pregunta a Doña Flor.- Es nuevo este muchacho verdad- Doña Flor le dice: así es don Oscar apenas hoy es su primer día, y acá va a salir siendo maestro- Helio empieza a doblar la tela y me dice que lo acomode junto a las otras. El cliente vuelve a decir: también deseo hebillas y 5 pares de suelas de charol y un litro de pegamento amarillo. Doña Flor le señala al Helio donde estaban las suelas- primero dale las suelas al señor que te ayude este muchachito a buscarlo. Limber tu llena ese bote de pegamento amarillo, mides que sea un litro- ¿ Qué se hizo su otro ayudante? Pregunta el cliente- Doña Flor responde: fíjese usted que ni se despidió de nosotros y ahora me dicen que tiene una peletería allá por donde vive- Bandido aquí aprendió todo, comenta el tipo, al tiempo que el Limber le hacía entrega de la botella de pegamento. El Helio buscó los pares de suelas y me dijo que lo metiera en una bolsa mientras él volvía a meter los otros pares a un costal. Yo metí los pares y se los fui a dejar al cliente. El señor le da un billete a Doña Flor. No recuerdo bien si era de doscientos o cien pesos, pero si era un billete grande. La Doña camina hacía el fondo y después regresa con el cambio. El Cliente sale. Yo continuo con mi trabajo de contar hebillas. Ahí sentado en el piso voy haciendo pares de 10. Cuando esta esos pares los voy depositando en una bolsita. Así hago con las hebillas amarillas y después le siguen las negras. Doña Flor me saca una bolsa de hebillas. Después yo destapo la bolsa y lo voy tirando al piso y vuelvo a formar pares de diez. Así ni cuenta me doy cuando la doña sale a la calle con una bolsa a predicar la palabra de Jehová Dios. Eso sucede como a las diez de la mañana, ya para las doce vuelve a venir. Todas las bolsitas con hebillas lo voy depositando en un buró. Como a la una acabó. Limber, Helio, Don Mario y David Sánchez están trabajando. David el testigo de Jehová, esta marcando la parte que se va a cortar. Una vez marcada la suela con el lapicero comienza a cortar. Después el Limber con un pica hielo va haciéndole agujeros a la suela. El Helio va pegando la suela al zapato. Don Mario va haciendo enredando los cordones. Primero lo enrolla y después con un martillo lo va pegando. Como Doña Flor estaba allá arriba, haciendo quehaceres domésticos se me ocurrió decir:.- ¿ En que les puedo ayudar?-.Don Mario me dijo que me fijará la manera en como el David marcaba las suelas y como agarraba la navaja para cortar las suelas. Después me dieron el martillo y me dijeron que le diera de golpes a la suela, según para alisarla. Alas dos de la tarde la Martha salió para ir a traer las tortillas; a las dos quince regreso en sus manos traía las tortillas y un sobre de Kool Aid. El Helio le ayudo a abrir la puerta. Alas tres de la tarde termino mi hora de trabajo. Todos se quedaron ahí. Calculo que como a las tres quince de la tarde se fueron a comer. Doña Flor le daba de comer a sus trabajadores. Yo ya no regresaba. Me iba a comer a mi casa y como a las siete de la noche tenía mis clases de Preparatoria Abierta. El mismo trayecto que caminaba en la madrugada, lo hacía el doble en la tarde. Porque el doble porque para cruzar una calle el trafico era más denso en las horas y pico. Por consiguiente esta vez me iba por El Barrio de San Francisco. Mientras caminaba como deseaba que por esa parte de la ciudad estuviera mi terminal. Las peceras que pasaban ahí ni siquiera me iban a dejar por la zona centro. La pecera que viene de la colonia Copoya, me iba a dejar por el antiguo Mercado los Ancianos. Tendría que caminar muchas cuadras para llegar a mi terminal. La famosa ruta 62, que pasaba por el Hospital Regional, venia bien llena. Los chóferes a manera de burla saludaban con un adiós y pasaban como si estuvieran echando carreras en una autopista. Ni un policía a la vista para controlar el tráfico vehicular. Solo un semáforo hasta la próxima cuadra era la que controlaba. Tuve que pasar la calle como Alma que lleva el Diablo, pendiente de que en cualquier momento de luz verde y me quede en medio de la calle. Caminaba por la venida Central. Todo esa zona llena de puestos. Tiendas de Ropa, casettes, restauran bar, Papelerías, Farmacias, y para acabarla de amolar vendedores ambulantes. Para completar el cuadro ahí estaba la terminal de las peceras que se van por el Libramiento Sur y la de fraccionamiento Mónaco, la de los Pájaros, y la de la Seis de Junio que aunque no era su terminal ahí, siempre se estacionaba en esa parte ya sea para dejar o recoger pasajes. Eso sin contar la terminal de Berriozabal ni las combis de la Ruta Dos que ni pasar ponían por el embotellamiento vial, ya sea provocado porque el semáforo se descompuso o por algún choque. Lo que odiaba pasar en medio de ese gentío, pero no había de otra. De ahí me dirigía hacía la cuarta sur y ya sobre la tercera sur tomaba mi pecera de la ruta 30. Llegaba a mi casa como a las cinco de la tarde. Comía, como a las seis me daba un baño y a las seis y media tomaba mi pecera. A las siete recibía mis clases. El turno de la noche era el más lleno. Ahí me tocaba de compañeros a Saúl, a varios señores y señoras que nunca supe sus nombres, al Carlos uno que siempre se ponía camisas de las “Águilas del América” ( equipo de fútbol de primera división en el balompié nacional) y que solo se la pasaba presumiendo que su equipo era el mejor que había humillado a las Chivas, obviamente la indirecta era hacía mí. Porque sabía que yo le iba al “Rebaño Sagrado”. Siempre con su gorrita y su pelo largo, en sus espaldas llevaba una mochilita, también con logotipos del América – Carlitos, te voy a decir algo para tu mayor información, si hay un equipo 100% mexicano esa es las chivas, quienes a pesar de haber perdido siguen siendo nuestro orgullo nacional- El Carlos me quedaba mirando y me decía: Sabes que el América es el mejor, tenemos la mejor directiva y los mejores jugadores, Braulio Luna, Luis García, casi todos los de la Selección Nacional han salido de mi equipo- Yo me empezaba a reír y decía: casi todos los jugadores que se van al América se echan a perder, Braulio Luna era un excelente jugador en Pumas y apenas fue al América ya no sirvió; igual ha pasado con los otros jugadores, constantemente están cambiando de directivas- La primera clase, de las siete era con Vleeschower, “ Textos literarios tres”. El cómo siempre llegaba puntual. Esa vez llego con una camisa amarilla chillona y unos pantalones café, con una lata de refresco de Cola en las manos y comiendo un Submarino de Vainilla. Una señora que estaba escribiendo en una libreta le dijo: ¿ Cómo ha estado maestro? Boca sola invite tan siquiera un pedacito- Vleeshower dibujo una sonrisa en su cara y agrego: disculpen es que no tuve tiempo de comer en mi casa y para tapar el hambre estoy comiendo esto- El maestro se sentó. Deposito el refresco de cola en el piso y el Submarino en el respaldo de la silla. Abrió el libro de Textos literarios y comenzó a dictar. La otra clase de Ingles III, me lo daba el mismo Vleeschover. Salía yo a las nueve de la noche. A las nueve y media estaba en mi casa y a las diez cenaba. Temprano a las cinco si es posible, aunque mi cuerpo quisiera dormir más, mi tiempo ya estaba medido. Ese segundo día de trabajo volví a contar hebillas. Pero termine como a las diez y media. Para esas horas Doña Flor ya se había ido otra vez a predicar la palabra de Jehová Dios. Me acerque a Don Mario y le dije: ¿ En que les puedo ayudar?- A mí en nada ya estoy terminando, pregúntale a ellos- Me dirigí hacía el Helio que acostumbraba quitarse la camisa en el trabajo y le volví a preguntar la misma cosa. El me respondió de una manera grosera. –Para eso estoy aquí para que me enseñen, tienes razón que no sé hacer nada pero ten en cuenta que es mi segundo día- Don Mario me dijo que me fijara en lo que estaba haciendo el Limber y aprendiera. Así estuve viendo como el Limber pegaba las suelas en los zapatos y como el David le pegaba los cordones. Como a las doce del día, la doña con una bolsa negra sobre los hombros, se aparece.-¿ Cómo se porto este muchachito?- Solo anda viendo como trabajamos- Ya les dije que le enseñen a trabajar. En un momento bajo, nada más voy a dejar mis atalayas y me vengo a ayudarles- La doña subió las escaleras y después de 15 minutos bajo, junto con Marta, su sirvientita. Después se dirigió a mí: -cuando no tiene quehacer Martha; nos ayuda a hacer calzados. Así como ella, tú vas a aprender. Mi helio tiene apenas tres semanas que esta acá y ya sabe. Otra cosa que debo decirte es que trates de venir limpio. Jehová Dios, siempre nos ordena buenos hábitos- Buenos hábitos eso lo esta sacando de su cabeza no hay en ninguna parte de la Biblia que diga eso- agregue. Doña Flor llevaba todavía la Biblia en la mano. La famosa “Traducción del Nuevo Mundo” la cual abrió en seguida y que me va mostrando el capitulo. Me quedó sorprendido del grado de fanatismo de los discípulos de Carlos Taze Russel.- Mire señora esa Biblia no es la palabra de Dios, los Testigos de Jehová lo han distorsionado a su manera. Todo esto con el propósito de engañar a las personas. Hay muchas palabras que quitan y ponen- El David, que era de la misma religión que la Doña metió su cuchara en la conversación. –La Traducción del Nuevo Mundo, no ha quitado ni puesto nada a la Biblia ya que fueron traducidos de Textos directamente del Griego. Es una ayuda perfecta ya que lingüísticamente se adapta a nuestro lenguaje contemporáneo. Si la Biblia que nosotros tenemos no fuera la misma que la Reina Valera, no le diríamos a la gente que leyera la palabra de Dios. Fuéramos como los mormones que leen en la Biblia lo que les conviene y la parte que contradice su doctrina lo evitan. Todas las enseñanzas que tenemos vienen en las Sagradas Escrituras. Aquí no hay profetas, pastores, ni obispos, tenemos Ancianos, y publicadores, siervos de Jehová dispuestos a dar la vida por ir de casa en casa predicando la doctrina de salvación- Ya entiendo, lo que me están queriendo decir es que solo con los Testigos de Jehová puedo encontrar salvación para mi alma- Doña flor agrega: hasta ahora la única iglesia que se rige con los mismos estatutos que la Biblia enseña; es la Testigo de Jehová, ninguna otra religión va puerta tras puerta predicando la palabra. Tal vez con el tiempo haya algunas que imiten nuestros métodos pero nunca serán aprobadas por Jehová Dios. En la iglesia donde estas tu pastor gana dinero. Las sagradas escrituras dicen que los siervos pagados no dan buenos frutos. A nosotros nadie nos paga por ser publicadores- Esta bien, ya calmados, yo voy a respetar su religión, así que ustedes respeten la mía. Por favor, porque Jesucristo no vino a poner religión, el vino a formar una doctrina de amor- Doña Flor se puso a ayudar. Me dijo que yo mirara como ella estaba trenzando las chanclas. Después me pusieron a darle de martillazos al calzado. Al acabar tenía que ir a acomodar las chanclas en la parte de abajo. Aquel segundo día, el tiempo se me hizo nada. A las tres salí. Tome la pecera que viene de Copoya, en aquel entonces me cobraba un poco más. Ya que todavía no había pasado a ser delegación y era como un municipio. Me dejo por donde era antes el mercado de los Ancianos y de ahí baje. llegue a las cuatro cuarenta a mi casa. Me eche un baño, comí y después me acosté un rato. Que sabroso, si pudiera echarme un sueñito, pero no, tengo que calcular mi tiempo ya que a las siete otra vez tengo que bajar. Eso eran mis pensamientos, mientras decidía si levantarme o no. Me tapaba con mi sabana y mi colcha ya que sentía un frió marca diablo. No era para menos el tiempo estaba gris. Nunca pensé que el solecito que hizo en la mañana, era como síntoma de que el tiempo iba a empeorar. Aún con el cielo intoxicado de nubes grises; baje a tomar mi pecera. Como siempre al llegar al centro de Asesoria para Preparatoria Abierta “ Rosario Castellanos” los alumnos amontonados, ni se podía pasar. A las seis no había venido el maestro Antonio Martínez Vleeschower. Todos lo esperamos hasta las seis y media. El Ingeniero Remigio abandonó un rato sus clases de matemáticas, para telefonear a casa de Vleechower. Después paso a avisarnos a nuestro salón que el maestro Toño no iba poder venir porque se había enfermado de la garganta. Algunos como el Saúl se quedaron en el salón estudiando sus otras materias. Yo fui a hacer mi necesidad en el baño. Estaba yo en el mero trono cuando escucho un rayo y que se suelta un aguacerazo. Al abrir la puerta del baño...
- a ver si no manchaste la taza, ya supiste que Chivas volví a perder- exactamente era el Carlos. Entro al baño. Después tome mi mochila iba yo saliendo del salón cuando me vuelvo a topar con el tal Carlos- no me digas que te vas a ir, estas viendo que esta lloviendo te vas a enfermar igual que Vleeschower- yo le dije: La otra clase me vuelve a tocar con él, y como no va a venir no quiero perder mi tiempo. Mejor me voy a descansar en mi camita- Él agrega- No seas flojo pinché René y ponte a estudiar la materia para que lo pases- Mira Carlos este mes solo solicite una, porque no tengo mucho dinero para pagar asesorías y materias sólo estoy estudiando Literarios III, ya que esa voy a presentarlo dentro de un mes- como quieras, pero sí te digo que sí sales ahora te puedes enfermar- Aun con la lluvia salí. Me refugie en las esquinas, en los techos, por suerte a tres cuadras estaba la terminal de las peceras que me llevaban a mi casa. El gran arrojo de agua que se miraba escasamente por la ventanilla de la pecera. Recuerdo que esa vez mi pecera estuvo a punto de chocar con un taxi allá por el 5 de mayo. Llegue empapado de agua Inmediatamente me quite la camisa y lo deposite en una silla. Lo mismo hice con mi pantalón y mi ropa interior. Después de ponerme otra ropa me acosté en mi cama y prendí mi televisión. En mi tercer día de trabajo, me dijeron que fuera yo cortando con la navaja las suelas. Doña Flor notó que me temblada la mano. Después volví a darle de martillazos a las chanclas. Cuando termine se me ordeno acomodar por pares cada chancla. Y darle una limpiada a las que se encontraban junto a la maquina de coser. Como a las dos llegó un cliente y la doña me dijo que cortara las pieles. El Helio bajo las pieles y lo depositó en el suelo. La doña lo desenrolló y ordeno al Limber que midiera y lo marcara con un bolígrafo.-Ahora deja que René corte la tela. ¡ Ay! Jehová, dame paciencia, mira nada más como lo estas cortando- Era cierto aquella primera vez y las que siguieron, siempre cuando cortaba la tela era con un temblor de manos. – Le dejó su tela de zapato; como si una rata lo hubiera comido, mire señor no sé sí usted lo quiera llevarlo así- El cliente dijo que no había problemas.- Fíjate como Helio amarra todo y aprende porque mañana tú vas a marrar, yo sé amarrar le doy gracias a Jehová que mi padre me enseñó. Yo me crié en el campo y allá amarraba cosas más pesadas que unas simples telas- Era doña Flor quien hablaba así. Después de que acabamos de servir al cliente. El David dijo: bueno, llego la hora de irme. Adiós Hermana- Doña Flor lo despidió con un saludo en la mano.- que Jehová Dios, te acompañe- agregó. Cuando el David cruzó la puerta le dije a la doña: ¿ Porque el David sale a la hora que se le da la regalada gana? Nada más porque es de su misma religión. La doña me contestó bien enojada- El David sale a estas horas porque ya termino y porque él es quien sabe más. Y no tiene que ver nada que seamos hermanos de la fe. Además él me ayuda a hacer las chanclas, ni siquiera es mi empleado es como mi socio, otro fuera ya desde cuando me hubiera abandonado, pero todos los que confiamos en Jehová no somos ingratos- Media hora después salí de trabajar. Después de caminar muchas cuadras tome mi pecera y bla, bla, y bla. Volver a contar lo mismo aburre así que mejor abrevio. Ya después de ir a mi casa a comer, fui a mi centro de asesorías. Esa vez se presentó Vleeschower. Nos dio clases y casi no podía hablar se había enfermado de la garganta. Con voz ronca nos hablaba. Había una tormenta tropical por eso volvió a llover ese día. Por suerte a las nueve que termine, el aguacero ya había pasado. Paso una semana. Yo seguía temblando cuando cortaba las pieles. Don Mario le dijo a la Doña Flor que de una vez me despidiera porque no había aprendido a hacer nada. El Helio que había escuchado la conversación me dijo que sí no me ponía las pilas y aprendía bien el oficio me iban a mandar a la... Ya no deseo contar groserías, pero a veces cuando escribo se me viene ala mente las palabras que la gente sin educación utiliza y no puedo más que expresar su lenguaje vulgar. Para tratar de adaptarme a la realidad. Pero volviendo al principio de la narración. Era increíble oír hablar al Helio esas palabras grotescas, sobretodo viniendo de un adventista del Séptimo Día. Yo me le quedé viéndolo y le dije: que no se supone que los de tu religión no dicen groserías. De que te sirve guardar el sábado sí andas contaminando tu boca con palabras grotescas. El Helio me quedó mirando- Mira yo no soy adventista, mis papás son de la religión yo nada más llego por cumplir- Pero bien que te dan el sábado, y no cumples cabalmente con la ley de Moisés. Sabes porque te lo dijo. Porque el viernes a las seis ya no hacen nada. Y tú por lo que he escuchado te vas a las ocho de la noche, de lunes a viernes. Eres un vil pecador, según tu religión- Se porto como un vil cargador y empezó a darme de patadas- Basta Helio, será mejor que te vayas calmando, te enoja que te diga la verdad- ya las cosas se estaban poniendo mal. Cuando estaba en el baño el Helio me ponía los rollos de pieles en la puerta del baño cuando abría sentía pesada la puerta y estuvo a punto de que uno de esos rollos me cayera encima. Tenía que soportar las criticas del David quien de mil formas atacaba mi religión. Argumentando que los Testigos de Jehová era la única religión verdadera. Tenía que soportar que me hablara sobre su armagedón, sobre que solo ciento cuarenta y cuatro mil iban a heredar el reino de los cielos. Que los otros iban a ser parte de la muchedumbre. O sea todos se iban a salvar y los inicuos ¿ A donde irán?. Serán destruidos en el lago de fuego y ya no tendrán memoria. Que Doctrinas tan suave. Como sí el evangelio fuera así de simple. Que no existe el infierno. Que Miguel es Jesús y que expulsó a los demonios del cielo en 1914, cuando en ninguna parte de la Biblia dice eso. Que en la sangre se encontraba la vida y por eso el cuerpo gobernante de su religión prohíbe recibir sangre.- No es el cuerpo gobernante, es la sagrada escritura quien lo prohíbe- Todo es con ideas de hombres, que sacan un texto y lo interpretan como les convenga para ganar paga- A nosotros nadie nos paga por publicar- Tal vez a ustedes no, pero a su anciano de congregación- A él menos que a nadie, aquí nadie recibe ni un solo quinto, ni siquiera el cuerpo gobernante- Entonces porque piden diezmos- Los testigos de Jehová no damos diezmos porque esa ley ya paso, damos ofrenda voluntaria- ahí esta, esa ofrenda les sirve para que estén bien gordos sus dirigentes de la Watch Tower- Eso lo hacen en tu religión, Nosotros no somos fariseos, esas ofrendas voluntarias sirven para hacer las revistas la Atalaya, y así seguir compartiendo el evangelio- Ni usted ni yo vamos a ponernos de acuerdo, ya que la palabra de Dios no se discute,
Datos del Cuento
  • Categoría: Hechos Reales
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