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Categoría: Historias Pasadas

SANGRE LUNA

No somos más que entes de luz y oscuridad, no lo ves, mira la luna es tan hermosa, resplandece en lo alto de este cielo tan distante a nosotros. Resplandece iluminando esta tierra de ensueño, iluminando nuestras podridas almas asesinas que deambulan con su luz como única guía, en esta noche de sueños idealizados de metáforas siniestras que nos ayudan a huir del sol. Y sin embargo fuimos tan hermosos, lo recuerdas, no teníamos que ocultarnos en el día porque nos regodeábamos de hacer pública nuestra vanidad, de danzar en la provocación de la carencia de los otros.

Tus cabellos dorados parecían eternos destellos de sol, los mismos que iluminaban tus mejillas rosadas, tu piel blanca luna en una noche despejada, tus labios carnosos y apetecibles como una bocanada de agua en el oasis del infierno, así eras tu, eras…

No te pongas triste, así tenia que ser, recuerdas como era yo, la gallardía que me cubrió tantas veces de elogios, las formas de mi cuerpo cual rocas monumentales resistían todo, mis negros cabellos como la noche que no se apartara ya de nuestras vidas, de mis ojos azules como espejos que no te habrán de reflejar jamás, que simplemente no nos habrán de reflejar… Ahora ni las lagrimas me quedan para inundarlos de color, para que los seques con tus suaves manos, con las delgadas líneas que conformaron tu figura mítica.

Solo el recuerdo de los días bellos nos han quedado, ni para reír ni para llorar, solo para darnos cuenta que hemos perdido nuestras almas o que nunca las tuvimos… queda el anhelo de recuperar lo que nunca fuimos: personas…

La daga con la que perfore su frágil cuerpo hasta desgarrarlo entre gritos que se ahogaron, hasta jactarnos de nuestras ropas bañadas en el color de la tinta de sus venas, fue la misma daga con la que arremetiste contra mis brazos y ojos, los mismos que ahora yacen en las entrañas de alguna ave de rapiña…

Tu la mataste a ella, no soportabas la idea de que fuera mas hermosa, no necesitas asentir o negarlo, los dos sabemos que fue así, por eso la despojaste de sus ropas en el nocturno de su sencillez inmutable, en la simplicidad de accesorios valiosos la colgaste de ganchos hasta desprenderle la piel, hasta dejarla inerte como un cadáver…

La luna se vació de sangre, la vimos juntos, el deseo de hacernos daños ascendía hasta el infinito de nuestras ideas perturbadoras por eso hicimos lo que quisimos, me sellaste la mirada y me despojaste de mi fuerza residente en mi brazo, te arranque de tajo la sonrisa de esos labios y colgué tu lengua en la austeridad de un árbol, así quedamos en paz mi ángel caído…

Y ellos no murieron, los que morimos somos nosotros cada día que nos acompaña su maldición de luna, que vagamos eternamente de noche para evitar las miradas de demonios protectores que nos acorralan hasta el ocaso de nuestras vidas… nunca mas veremos amaneceres de envidias, atardeceres de sueños, solo nocturnos de angustia… eso fue lo que nos dijo ella al despertar, al desprenderse de los ganchos que tu le enterraste… y que fue de nuestros entes de luz?, no fueron mas que el ultimo día en que nos abrazamos empapados en la culpa, que probé tus tentadores labios, que grabe tu voz de ángel en mis oídos, que miramos nuestros cuerpos iluminados en la sangre de la luna…

Sangre Luna, resuena como un eco entre sollozos a su bien amado, cuando volveremos a la complejidad de nuestros cuerpos, cuando dejaremos de ser solo entes en la oscuridad, cuando, cuando dejara de sangrar esa luna…
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