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Categoría: Terror

SE ALQUILA APARTAMENTO

El invierno se presagiaba fuerte como nunca, apenas la nieve comenzaba a caer y la vieja calefacción no funcionaba nada bién.
El frío en el interior de mi pequeño apartamento se asemejaba al de un inmenso congelador.
El viejo John, dueño del inmueble, se hacía de la vista larga cada vez que le decía que tenía que arreglar la calefacción. Fueron muchas las discuciones que tuvimos,pero de nada valía.
El viejo era un testarudo al que solo le interesaba cobrar su renta y nada más. Una mañana me dirigía de compras al pequeño colmado del pueblo.Este quedaba retirado por lo que me servía de ejercicio y a la vez me hacía entrar en calor. El paisaje era encantador; una vereda cubierta de una mullida alfombra blanca y helada. A su alrededor se veía de vez en cuando una que otra liebre y quizás algun venado jugueteando por el valle.

A mi llegada al colmado era saludada por varios conocidos que se allegaban hasta el lugar para abastecerse de víveres. Este invierno será un cáos, decia todo el mundo en el pueblo y mi maldita calefacción no servía para un carajo. Como pude compré mis pertrechos y me dirigí a mi humilde apartamento. Definitivamente el frío era insoportable. Procedí a acomodar los alimentos a la alacena y puse un poco de agua a hervir y procurar un delicioso baño de agua caliente. Tan pronto como acomode todo, me dirigi al cuarto de baño para tomar esa ducha tan deseada. El agua estaba riquisima y hubiera deseado no salir de allí jamás. Luego me preparé un rico té caliente que apasiguó el frío de mi cuerpo.

Un duro golpe me sobresaltó de pronto, alguien tocaba a la puerta. Me dirigi a ella y miré por la pequeña escotilla que tenía la puerta y observé al viejo Jonh ahí parado como un cadaver escapado de la morgue. Procedí a abrirle la puerta y a preguntarle que deseaba y éste de muy mala gana me dijo que había venido por la nota que había encontrado pillada en el pórtico de su puerta. Le expliqué una vez más que la calefacción del apartamento estaba dañada y el invierno era insoportable, pero una ves más el maldito viejo me ignoró y ésta vez llegó a insinuarme que me echaría si continuaba indisponiendolo con la calefacción.
_En la calle hace más frío que aquí, puedes escoger. _Me contestó el viejo. Esta vez ya había colmado la copa. Eran demasiadas las humillaciones que le había tenido que aguantar por tres largos años y decidí, que no habría una más.

Al otro día muy temprano, observé al viejo John cuando salió en su viejo y destartalado Fairlane hasta que no ví más el humo que expedía por el frío. Sentía algo indescriptible por dentro que estaba fuera de mi control. Esperé al viejo John toda la mañana, tarde y parte de la noche. La humillación la noche anterior me había calado muy hondo.
Eran las nueve de la noche cuando el viejo John llegó, solo esperaba que leyera la nota que le había dejado una vez más en el pórtico de la puerta y le diera importancia. Al cabo de breves minutos se escuchó el ruído de los golpes en la puerta, sabía que eran los del viejo John; tenía una manera tan peculiar de golpear la puerta...
Abri de inmediato y allí estaba la figura esquelética del viejo.
Le invite a pasar lo cual accedió a regañadientes. Cerre la puerta con el cerrojo y de inmediato le recriminé la forma grosera en que me había tratado la noche anterior, cosa que lo hízo enojarse sobre manera.
_Eres un demonio de mujer. Desde que llegaste aquí, no has hecho más que importunarme con la maldita calefacción. Tal parece que disfrutas con eso _dijo el viejo enojado hasta raviar.
_Es usted un maldito viejo, que devió morirse hace mucho tiempo pero no lo hace por que el Diablo no lo quiere allí tampoco _le dije a gritos.
_Quiero que abandones mi apartamento esta misma noche o de lo contrario te echaré a la calle como una perra _dijo.
En ese momento, el mundo me dió vueltas en la cabeza y antes de que el viejo pudiece hacer algo, empuñe un machete y le asesté un golpe que le hízo rodar la cabeza por el piso y luego otro que vertió sus víceras por todos lados y luego otro y otro y muchos más. La noche fue larga , la más larga que tendré en mi vida, pero amaneció.
Temprano en la mañana, coloqué un letrero que decía: "Se Alquila Apartamento con buena calefacción". Por lo distante de las casas, nadie supo lo sucedido. Al poco rato de haber colocado el anunció, alguien llamó a la puerta y le mostre el apartamento...
_Esta es la sala, el comedor..., el cuarto dormitorio y la nevera _le dije a la interesada.
_El refrigerador está lleno _comentó ella.
_Sí, la carne es por la casa _dije alegremente.
_Lo alquílo _aceptó conforme.

Ese mismo día híce tal y como me lo había solicitado el viejo John, me retiré de su apartamento. Nunca supe que fue de todo aquello, pero por el momento estoy en busca de un nuevo apartamento y espero que tenga buena calefacción.
Datos del Cuento
  • Categoría: Terror
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