CAPÍTULO I MARIA GUADALUPE

Llegan a tocar con decisión y entereza y con toda la autoridad que les confiere a esos dos hombres vestidos de azul, aquella puerta de madera, que más que representar un obstáculo, solo era un objeto puesto en dicho lugar, dado el estado de deterioro en que se encontraba. Luego de un largo rato de estar insistiendo, se abrió la puerta, los representantes de la ley, quienes se encontraban acompañados de un ministro ejecutor o actuario, el cual venía en representación del Juzgado de lo familiar, al igual que de otras dos personas, él, de sesenta años aproximadamente, que en su rostro reflejaba ansiedad y coraje, pero que a la vez no dejaba de representar su edad por las arrugas y expresiones en su rostro; así mismo, la mujer a su lado, se encontraba en pleno nerviosismo ante la situación que en ese momento se presentaba a su mediana edad. Ellos eran esposos, y se presentaron con las personas ya descritas en aquel viejo lugar, con el fin de acatar una orden de carácter judicial, que había expedido el juez competente a petición de dichos interesados. La aparición de una mujer al otro lado de aquel madero que fue cediendo poco a poco, se encontraba una mujer madura, andrajosa y en visible estado de ebriedad, sin embargo, y aun y cuando su apariencia no era del todo agradable, ni mucho menos era aprobada por la sociedad, no descuidaba en esos momentos la petición que en forma insistente le hacían dos chiquillos de escasos cuatro años y diez meses de edad, el mayor, un varoncito, pelo negro y rizado y la bebé blanca, de igual manera con su pelo rizado y color castaño claro, igual que la progenitora, quienes pedían se les atendiera y con la ternura de una madre, aquella señora al momento de atender la puerta cargaba en su brazos a la menor de sus hijos y llevaba de la mano al otro chiquillo, quien con grandes ojos veía lo que sucedía y preguntaba a su madre que quiénes eran aquéllas personas de aspecto raro y que dos de ellas se dirigían con dureza en sus palabras y expresión, que portaban armas y preguntaban si ella era MARIA GUADALUPE. Aquella mujer, que en el primer momento se sorprendió ante la visita inesperada, reaccionó de igual manera con fuerza ante los “gendarmes”, diciéndoles que no tenían derecho a estar ahí, al igual que los “viejos” que los acompañaban.


CAPÍTULO II

En aquella mañana del Señor, los Policías, después de mucho alegar con MARIA GUADALUPE, lograron que ella entendiera, que su presencia obedecía al mandato que diera el juez de lo familiar después de haber seguido un proceso en su contra, donde la demandada, que era ella misma, no había comparecido a juicio, tratando en esos momentos de explicar MARIA GUADALUPE que había sido por ignorancia frente a la ley, continuando la explicación el ministro, quien era precisamente quien cumplía la orden de ejecución con el auxilio de la policía, diciéndole que los argumentos que ella vertía eran intrascendentes y que en el juicio se había demostrado que ella incapaz de sostener con recato su propia vida frente a la sociedad, por lo que mucho menos podía educar a sus hijos, por haberse comprobado que no tenía un modo honesto de vivir, que era prostituta, alcohólica y drogadicta y que eso no servía de nada para sus hijos, quienes debían ser sustraídos del hogar de su madre para ser entregados a la pareja que en esos momentos lo acompañaban los cuales eran la parte que la demandó en juicio, en uso de las facultades de la patria potestad, por ser los abuelos de aquellos menores y padres de la hoy ejecutada (MARIA GUADALUPE), ya que los abuelos sí habían demostrado tener la solvencia económica y moral suficiente para la crianza de sus hijos.

Ante aquella petición que más que todo era una orden, MARIA GUADALUPE respondió en forma violente, alegando que esos P..Viejos hijos de la Ch… no tenían derecho para quedarse con sus hijos, que cuando ella se vió en la necesidad de recurrir en su auxilio, por ser, en su momento oportuno “hija de familia”, no encontró ningún apoyo en sus padres, cuando se dieron cuenta que había salido embarazada de su antiguo novio, el cual con engaños de una relación firme, había obtenido lo que quería, que era simplemente tener relaciones sexuales con ella, por tanto, ante aquel embarazo no planeado los “padres” le habían sugerido que ese producto lo desechara por medio del aborto o lo regalara a personas más responsables que ella, por lo que MARIA GUADALUPE respondió que no era justo lo que le pedían, que ella quería tener a su hijo a pesar de las dificultades, sin embargo, sus parientes la rechazaron, y la corrieron de la casa por ser una hija mal agradecida, y una P… cualquiera. Ante tal situación, MARIA GUADALUPE se vio en la necesidad de recurrir con las personas que habían sido sus “amigas”, las cuales la rechazaron, además de no poder conseguir trabajo alguno por su estado de gravidez, y que la vida la había orillado a tomar decisiones drásticas para lograr el dinero para el sustento de su hijo, razón por la cual había caído tan bajo, que durante su vida se encontró de igual manera con gente muy dura, y al no tomar la precaución debida, había nacido un nuevo angelito, cuya NENA tenía ya diez meses de edad.


CAPITULO III

El representante del juzgado, sin tener la consideración debida, actúa conforme a la ley cuya resolución obraba en el expediente que en ese momento ejecutaba y ordenó tomar en custodia a los menores; respondió en ese momento la madre oponiendo su cuerpo frente a ellos y en un momento de lucidez pidió explicar a su hijo lo que sucedía y con las palabras con las que se puede dirigir un adulto a un ser tan pequeño (CUATRO AÑOS) la madre le explicaba que era mejor que se fueran con los señores, que “esos viejitos” eran sus abuelos y que estos los cuidarían mucho, sin embargo el niño no entendía por qué se lo debían de llevar, ni mucho menos con seres desconocidos para él, que nunca los había visto, por tanto, se soltó en un llanto inconsolable y pataleando y manoseando decía que él no quería irse con nadie, que el sólo quería quedarse con su mamita, que la casa “chucha”, le gustaba más que lo que le ofrecían y que la mamá era lo que más amaba, que él quería seguir jugando con ella y su hermanita, que no se lo llevaran, que si era porque se había portado mal, ya no lo volvería a hacer, y que mañana le ayudaría con “su emanita”, la cambiaría y guardaría él su “calito” en su lugar, para ya no ensuciar más . Todo lo anterior no le sirvió de nada a la madre e hijo, y en un momento de arrebato y desesperación de los representantes de la ley actuaron con fuerza y sin el consentimiento de MARIA GUADALUPE le arrebataron de sus brazos a sus hijos, quienes en medio de gritos y patadas fueron puestos en custodia de sus abuelos, dando cumplimiento a la resolución del juez. SE CUMPLIO LA LEY. SE HIZO JUSTICIA.

REFLEXION.- El papel de cada uno de nosotros frente a la vida debe de efectuarse en forma responsable. Como olvidar los padres, que en un momento de nuestra vida fuimos jóvenes, y tomamos decisiones arrebatadas por el momento en que vivíamos.
Pero tú joven, no hay que olvidar que una de las cosas que nos distinguen de los animales, es precisamente la capacidad de razonar y reflexionar nuestras actuaciones y comprender que la vida pasa, por lo cual deben de forjarse un futuro próspero y positivo, para cosechar lo que vamos dejando en el camino.

Aquellos niños, que en ese preciso momento fueron arrebatados del UNICO HOGAR que conocían y AL UNICO SER QUE LOS AMABA, sería justo y comprensible lo sucedido. ¿Tú que piensas?.

NOTA: El caso narrado está basado en hechos verídicos, adaptada a una novela por su autor.
AUTOR

CARLOSTENATENA
AGRADECERIA SUS COMENTARIOS PARA LA RESOLUCIÓN DE PROBLEMAS JUDICIALES COMO EL CASO EXPUESTO
POR FAVOR COMENTE. GRACIAS........