Cuenta una vez más la historia, el modo en el que el ser humano es capaz de caer en la cuenta de...
Esas veces en que la vida misma te aclara en un segundo cualquier duda y despeja de tu mente ideas borrosas, confusas...

En una época pasada, en una China antigua, cuando las diferencias sociales estaban tan definidas siendo el rico riquísimo y el pobre esclavo y trabajador... cuando todos y cada uno tenían tan asumido el papel que les tocaba vivir, amaneció un día radiante y claro en las afueras de Cantón, un día agradable para aquellos que no debían trabajar y un clima agradecido para aquellos que no tenían más remedio que eso... trabajar!! A un día tan bonito irrumpen bruscamente gritos y sollozos; ruidos que provenían de una de las grandes propiedades de la zona, la casa de la familia Chang. Mei-Li, la mujer más rica de la zona había amanecido con dolor, ¿dolor de qué?, DOLOR DE MUELAS!!, desesperada de dolor mandó que la vistiesen, que preparasen el "carro" para que la acompañaran al médico...

... de camino hacia la consulta (recuerden que antiguamente, el "carro" era llevado por personas, uno en cada extremo, los cuales elevaban la madera hasta la altura de los hombros... y no por animales como en otros países...) los pobres criados empezaron a quejarse de dolor, el "carro" avanzaba lentamente y Mei-Li asomó la cabeza preguntando el por qué de esa lentitud.
Avanzad!!, corred!!, quiero llegar lo antes posible a la consulta del médico.

Ninguno de los criados se veía capaz de contestar a la señora así que continuaron caminando, pero... las fuerzas flaqueablan y la señora volvió a asomar la cabeza.
¿qué os pasa? ¿por qué no vais más rápido? ?acaso no sabéis que me duele la muela?.
Vergonzoso y tímidamente un criado alza la voz y dice:
señora, sabemos nosotros del dolor de su muela, pero a nosotros nos duele el estómago.
La señora, toda extrañada pregunta:
¿dolor de estómago? ¿qué es eso? ¿qué os ocurre?.
Tenemos hambre, señora -contesta el pobre criado.
Mei-Li no lo entiende... -¿hambre? ¿el hambre duele?.
El criado le contesta:
para nosotros el hambre es lo mismo que para usted su dolor de muelas.

De repente y como si un fuerte viento alejase las nubes de la mente para dejar paso a la lucidez... lal señora mando bajar el "carro".
- corred!! si vuestro dolor se alivia comiendo, bajad el "carro" y vayámonos a comer!!