El Rey Pir la mañana que amaneció asediado por un dolor de cabeza que lo llevaba a gritos desde una esquina a otra del palacio,reclamó con urgencia al viejo Portis que era el único conocedor de las plantas que podrían curarlo.
-Por el Dios Biur! Que el viejo venga ya.
Los soldados de su custodia le dieron la mala noticia que el viejo Portis había fallecido la noche anterior.
-¿Y quién podrá aliviar mi enojoso y agudo dolor?
Preguntaremos por la bruja Osidias que conoce mucho de dolores y alivios.
-Traedmela ya !
Los soldados salieron presurosos en busca de la bruja pero cuando llegaron a su casa estaba muerta.
-Majestad !La bruja murió anoche!-le dijeron temerosos esperando alguna reacción violenta del rey.
¿Y entonces quién podrá aliviar mi dolor?-gritaba el rey en sus ires y venires a lo largo de los salones del palacio.
El cocinero del palacio que se llamaba Ostrun sabiendo la situación del rey llamó a uno de los soldados encargados de la vigilancia para que fuesen a la casa de Trilos,un adivino que sabía aliviar dolores con un huevo de oro que halló en la cordillera de Los Corceles.
El soldado salió en su caballo a todo galope y cuando llegó a la casa del adivino halló mucha gente reunida en su puerta:¿Qué sucede?-preguntó con angustioso acento.
Anoche murió el adivino-le dijeron.
Al llegar a palacio desde lejos divisó al rey que lo esperaba con gran ansiedad y esperanza de hallar,al fin una cura a su dolor.
-Majestad:el adivino murió anoche.
-Por los Aules del cielo y del infierno,esto no me puede suceder a mí que soy el rey Pir.
-!Aliviad mi dolor !gritaba desesperado.
Por la ventana que da al oriente entró un pajarillo que se había perdido de la bandada que iba en dirección hacia el mar.El animalillo vino a posarse en la cabeza del rey y allí,como si de púlpito se tratase,inició un concierto de notas y armonías que nadie en palacio había escuchado jamás.
El rey permaneció quieto para no mover la cabeza y espantar al delicioso pajarillo.
Habían pasado treinta lunas y el rey permanecía parado allí junto a la ventana,con el pajarillo cantor y sus subditos adormecidos por la música generada por el animalillo.
-!Estoy aliviado!-exclamó cuando el ave decidió marcharse.