Salpicando estrellas
en tu sueño encendido,
iba yo tras tu mirada
y tus labios ungidos.
Tu soplo de vida
fue desbaratando
con el estío serpenteado,
mi elegía fustigada.
Y deslié labios secretos,
que serenos, dejó impermeable
a cada momento
la tristura de tus ojos caídos.
Y bajo el árbol vetusto
de hojas mustias,
anónimo poeta en ataraxia
desnudó suspiros pensativos,
en esta mente dormida
y en el secreto de tu sueño cautivo.
Tus labios dormidos,
cual galana madre de poemas
color ceniciento,
son ambosías, humedas de ilusión,
prisioneras de mi respiro.
Guirnaldas de lirios áuricos,
tejidos por colibríes
para coronarte,
fue el secreto de un sueño en catarsis,
en esta mente dormida
y en esta onírica vida y silente
del tiempo infinito y perdido,
secreto de sueño evidente...
hay diferencia si lo lees con o sin música, que por cierto es preciosa como tu poema