-Hombre, Anastasio, que sitio para encontrarnos...
-Sí, en efecto, Jacinto, no es un lugar muy estimulante el camino del hospital...
-¿Y qué te trae por aquí?
-Nada, chico, que el otro día al orinar en el barreño oí un tintineo metálico, y al mirar vi que estaba lleno de pìedrecitas. El médico me ha diagnosticado piedras en la vejiga, es decir, que tengo una cantera a pleno rendimiento.
-Vaya, menos mal que te lo tomas a chanza
-Y qué quieres que haga, ¿qué me lo tome por lo trágico y amargue mi vida?.
-Haces bien. Como dice el refrán: a las penas, puñaladas
-Y tú, que haces, arrastrando ese pesado bidón por esta cuesta tan pina.
-Verás: hace un mes vine a visitarme porque sentía unas molestias intestinales y se me formaban aires en el estómago, y el médico me aconsejo una dieta, que he seguido al pie de la letra, y que al cabo de un mes, es decir, hoy, volviese a visitarle con los orines.
-Y el bidón ¿qué tiene que ver con todo eso?
-¡Pues claro que tiene que ver! En él llevo los orines de este mes...
-¡...?
(Hilvanado de un chiste más viejo que Matusalén)
Me gustan los chistes, pero este, wahlllllohhhgrr, no sé como describir fruncí el seño, aprté los labios, foooo. En serio Este chiste resulta bueno A mí me sonó muy bien Le doy un diez al escitor Porque ha confesado con honor Que lo quitó a Matusalén. Perdón me equivoque ¿Lo que dijo fue que un viejo Lo quitó a Matusalen? Pero que mensa soy Ahora lo diré bien Que hilvanó de un cuento viejo Que le dio Matusalen. Perdón, don Felix, me agrada mucho cuando se conceden los créditos por la procedencia. Claro no de todo hay recuerdo. Irónico verdad, tiene gracia y no me pude reir. Guacala.