Un día iban caminando por el campo dos amigos cuando de pronto fueron asaltados por unos bandidos.
Los dos hombres, dándose por muertos, echaron a correr. Durante la huida, uno de ellos tuvo la mala suerte de tropezar con una piedra y cayó al suelo estrepitosamente. Pero en lugar de detenerse para ayudarlo, su amigo siguió corriendo sin ni siquiera volver la cabeza hacia atrás.
Unos instantes después el primer hombre fue alcanzado por los bandidos.
Pero en lugar de desvalijarlo y matarlo, éstos, compadecidos de la cruel traición que acababa de sufrir, lo dejaron marchar libremente.
Luego fueron a por el otro hombre.
Lo encontraron cerca de allí, junto a la linde de un bosque.
Mientras le decían una y otra vez que los hombres con honor no defraudan a las personas que confian en ellos, le quitaron todo lo que llevaba encima y lo degollaron.
En los momentos malos es cuando se conoce a los verdaderos amigos.
Me parece muy buen trabajo, el cual sin duda, es una parafrasis, aunque ampliada y modificada del cuento titulado: " los dos amigos y el oso". Tiene una moraleja mas cruel, ya que el traidor paga con la muerte, a diferencia de aquel que paga con el ecarmiento y la indiferencia. Saludos...