Lucía paseaba por aquella estación de tren, comtemplaba curiosa las idas y venidas de los transeúntes que ataviados con sus equipajes, bajaban y subían llenando la estación.

Veía despedirse parejas de novios y su imaginación viajaba con ellos en aquel tren.
Le parecía tan romántica aquella estación...(al menos eso pensaba ella).
Esperar como viene tu amor, ir a su encuentro....
¿Cuándo tendría la suficiente valentía, de subir al tren?
¿Cuándo un tren para ella?

Deseaba ver el mundo... Un viaje a lo desconocido, una cabaña perdida entre las montañas un paraje rodeado de prados verdes...(su color preferído)...y una sola compañía...él.

"Aquellos ojos color miel le quitaban el sueño"...

El tiempo pasó...
Una mañana Lucía acudío a la estación como tantas otras, esta vez no paseaba.
Aquel día era dististo, llevaba su mejor vestido su mejor peinado, sus zapatos de tacón alto y una maleta en su mano derecha, (le sudaban las manos).
Miraba el reloj de pulsera...tenía la mirada perdida en el horizonte, esperando ese tren que haría por fin realidad sus sueños, ese tren de sueños y esperanzas no tardaría en llegar.
Solo faltaba un minuto.
Paró despacito justo delante de ella.
Aquel minuto altanero falaz pero al fin de cuentas solo un minuto.
Suspiro profundamente recordó sus inifinitas postales, aquellas que guardaba recelosa como el mejor tesoro... en su mesita de noche.

Aquellos paisajes, por fin podría verlos.
Hacer realidad infinidades de sueños, viajar...salir de aquella jaula de oro(pero al fin de cuentas una jaula).
Ser libre, sentir la libertad...

Cuándo se dispuso por fin a subir al tren, vio reflejado en un cristal justo detrás de ella, un señor que le agarraba que le decía con el dedo no subas....
Curiosamente no podía moverse, las piernas le temblaban, su respiración se aceleró.

Ella miro a su izquierda, volvió a mirar a su derecha...
¡"Pero no había nadie con ella"! Un sudor frió le recorría el cuerpo, comenzó a encontrarse mal.

Volvió a intentar subír al tren y nuevamente vio aquel hombre serio vestido de negro de aspecto sombrio que no la dejaba subír a ese tren.
Ese hombre que solo ella veía no era otro que su miedo...
El tren volvió partir...



NOTA;Me gusta gritar esta frase..."la libertad es para soñarla"...no se porque.
Y esta otra la grito cuando pienso en tí...
Mi sueño eres tu...¿tu sueño soy yo?


lucy-a hora;23:14minutos.