Sé que a veces podemos iniciar una discusión sin pensar en las consecuencias, por eso es mejor analizar la situación en la que nos encontramos antes de actuar, para no arrepentirnos más tarde... Ustedes dirán porque inicio de esta manera tan súbita y un poco fuera de lugar; sin embargo lo que digo es cierto ya que para Ulises, un joven de 21 años, el pensar con la cabeza y no con el corazón es lo que más hubiera deseado esa tarde.

Todo comienza cuando Ulises invita a cenar a Graciela, con un solo propósito, pedirle que fuese su novia; todo iba muy bien hasta que llegó el momento más esperado por él, así que la tomó de la mano tiernamente y con una suave voz le dijo:

-Sé que durante estos 12 años has sido mi mejor amiga y confidente, siempre estás en todo momento a mi lado, y por eso creo que he llegado a quererte demasiado, y no sólo como amiga, sino como algo más, quisiera que me dieras una oportunidad, ¿Podemos intentarlo?, ¿Quieres ser mi novia?.

En ese momento Graciela se sorprendió, pero trató de no ser tan hiriente y de hacerle ver la situación de una manera que no fuera tan dolorosa:

-No sé que decirte, me siento muy mal por lo que estoy apunto de decir, tú eres un chico genial, y cualquier chica estaría encantada contigo; Te quiero mucho, pero desafortunadamente no como tu quisieras; realmente a quien yo amo es a un chico llamado Mauricio, con quien llevó más de 5 meses, no te lo había dicho porque quería que lo conocieras en alguna otra ocasión. Lo siento pero no puedo corresponder a ese sentimiento.

Ulises se decepcionó tanto que salió deprisa del lugar y subió a su automóvil, pero antes sólo le dijo:

-Lamento el haberte incomodado de esa forma, lo siento; Nunca me imaginé que no pudieras sentir lo mismo que yo, pero eso no importa lo único que me importa es tu felicidad, ya que si tu estas bien yo también lo estaré, te deseo lo mejor.

Mientras Ulises conducía, pensaba en todos esos momentos que pasó al lado de Graciela; y en ese instante un trailer se atravesó en su camino haciendo que Ulises perdiera el control del vehículo y fuera a chocar contra un árbol.

Lo último que puedo escribir, debido a que su agonía era cada vez más fuerte fue:

-Graciela, esto no tiene nada que ver contigo, te quiero.

Estas fueron sus últimas palabras y finalmente murió.

Aproximadamente a las 2:00 AM sonó el teléfono:

-¿Bueno?

-Hablamos del hospital Oriente, lo sentimos mucho, su amigo Ulises tuvo un accidente, en el cual murió instantáneamente.

Graciela soltó la bocina del teléfono y comenzó a llorar, pero sólo por un momento, ya que mantenía la esperanza de que aquel joven desafortunado no fuese su mejor amigo Ulises. Rápidamente tomó su bolsa y se trasladó al hospital, ahí le informaron en que cuarto su encontraba Ulises, cuando estaba a punto de entrar a la habitación un escalofrío invadió todo su cuerpo, y en el momento en el que levantó la sabana, descubrió que se trataba de él, su mejor amigo, en ese instante se desmayó; sin embargo, durante el tiempo en que estuvo inconsciente Ulises se presentó en su sueño:

-No te preocupes por mí, aquí estoy muy bien, esto le pudo haber pasado a cualquiera, desafortunadamente me pasó a mí, pero eso no importa, no te preocupes y no te sientas mal por mi, por algo pasan las cosas, ¿No crees?. El único favor que te pido es que no me vayas a enterrar, me sentiría muy sólo, me quémame y mis cenizas las esparces en un río. Gracias por todo y nunca me olvides.

Tiempo después, Graciela se seguía culpando por lo sucedido, hasta al grado de dejar a Mauricio, renunciar a su trabajo y sumergirse en una enorme depresión.

Día tras día Graciela empeoraba y Ulises desde “arriba” trataba de reconfortarla; cierta vez cuando ella despertó, el radio se prendió por sí sólo y justo en la canción favorita de él. Y así, cada día algo fuera de lo común y que le recordaba viejos tiempos al lado de su mejor amigo sucedía.

Ulises ya no podía soportar más, al ver a Graciela tan triste y ya sin ninguna esperanza, no tuvo más remedio que presentarse ante ella:

-Graciela... ¡ya basta!, basta de hacerte tanto daño, no me he ido, sigo aquí a tu lado, solo que de una manera diferente, además piensa en la vida que tienes por delante, mira hacia el cielo y da gracias por ella. Ya no más, tarde o temprano estaremos juntos, no te preocupes, ese era mi destino, y ni tu ni nadie lo puede cambiar. Deja de atormentarte y atormentarme a mí; tu sabes cuantas personas en este momento desearían tener un segundo más de vida, vida que tu estas desperdiciando en lamentaciones que ya no tienen ninguna validez. Por favor recupérate y vuelve a tu vida de antes.

¿Me lo prometes?.

Y acuérdate que siempre estaré contigo.



En ese momento Ulises se marchó, y Graciela abrió los ojos y se dio cuenta del valioso tiempo que desperdició. Poco a poco salió adelante, regresó a su antiguo trabajo, se casó con Mauricio y envejeció al lado de él, y a la edad de 83 años falleció, reencontrándose finalmente con aquella maravillosa persona: su mejor amigo Ulises.