Salmacis era una náyade o ninfa de las fuentes que vivía en Asia Menor, cerca de una fuente reluciente que producía agua cristalina y que estaba rodeada de muy poca vegetación. Parece que Salmacis era una ninfa perezosa e indolente, una presumida que nunca acompañaba a las otras ninfas a cazar con Artemisa y sólo se dedicaba a mejorar su aspecto. Un día, el joven Hermafrodito, hijo de Hermes y de Afrodita, apareció en su fuente y la ninfa intentó seducirlo. Hermafrodito trató de quitársela de encima y se desnudó para sumergirse en la fuente. Salmacis, incapaz de controlar su deseo, saltó al agua y abrazó al joven mientras lo besaba. Hermafrodito luchaba desesperado y Salmacis imploró a los dioses que no los separasen nunca, deseo que le concedieron, convirtiendo a los dos personajes en uno solo de carácter transexual.