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Salvados por los pelos

En el bosque mágico de Peñacalva vivían a salvo cientos de personas bajo el poder del Gran Mago. El único requisito para vivir en Peñacalva era entregar el pelo al mago como ofrenda. Por eso, todos los habitantes de Peñacalva estaban calvos, ya fueran jóvenes, ancianos, o niños, hombres o mujeres. 

A Peñacalva viajaban personas de todos los rincones del reino, pues era el único lugar donde las personas estaban a salvo del poder de la Reina Malvada, una bruja que había usurpado el trono y que convertía en esclavo a todo el que atrapaba. 

Cuando la Reina Malvada descubrió el refugio de Peñaclava entró en cólera y prometió acabar con aquel lugar. Pero el poder del Gran Mago era tal que cada vez que la Reina Malvada atacaba era ella la que salía mal parada, pues el escudo mágico devolvía el ataque multiplicado por diez.

-¿Para qué querrá el Gran Mago el pelo de la gente? -se preguntaba la Reina Malvada, una y otra vez.

-Sin duda, mi señora -le dijo un día el bufón real- este mago le da un nuevo significado a “salvarse por los pelos”.

-Tus chistes son cada vez peores, bufón -dijo la reina-, aunque tal vez tengas algo de razón. Todas estas gentes se salvan porque entregan su pelo. ¿Será el pelo lo que alimenta la magia del lugar o la del propio mago? ¿Será la ofrenda para que algún poder externo los proteja? ¡Tengo que averiguar qué pasa dentro de ese bosque!

La Reina Malvada intentó enviar espías, pero ninguno volvía. Así que decidió infiltrarse ella misma. La reina se vistió de campesina y, fingiendo haber huido de las mazmorras del palacio, consiguió que la dejaran entrar en el bosque mágico. Una vez dentro, dos centinelas la guiaron hasta la choza del Gran Mago. 

-Entrega tu pelo y podrás vivir aquí -dijo el Gran Mago.

-¿Por qué? ¿Para qué lo quieres? -preguntó la reina disfrazada.

-Todo el que viene aquí sabe cómo funciona esto-dijo el Gran Mago-. Es una ofrenda.

-Pero, ¿para qué lo quieres? ¿Qué haces con él? 

-Nadie hace tantas preguntas. Si no quieres hacer tu ofrenda, márchate.

La reina disfrazada salió y, aprovechando un despiste de los centinelas que la acompañaban a la puerta, decidió investigar. Cerca de la choza encontró un gran agujero donde se acumulaba el pelo de las ofrendas. Iba a coger unos mechones cuando fue descubierta.

-¡Eh, tú, alto! ¡Quieta ahí! -dijo el Gran Mago-. No toques eso. Es peligroso.

-¿Peligroso? Peligroso, ¿para quién? -dijo la Reina Malvada, deshaciéndose del disfraz de campesina que ocultaba su verdadero aspecto.

-Reina Malvada, ¡eres tú! -exclamó el Gran Mago.

-¡Dime lo que quiero saber! ¿Para qué quieres el pelo? ¿Qué poder tiene?

-El pelo no tiene poder.

-Me acabas de decir que es peligroso. ¡Dime por qué! 

La Reina Malvada estaba enfurecida. Su rabia provocó que el suelo empezará a temblar bajo sus pies. La gente fue acercándose, pero se quedaron alejados, temerosos de la Reina Malvada.

-¡Destrozaré este lugar desde dentro! -gritó la reina, encolerizada-. La barrera repele mi poder desde fuera, pero no podrá hacerlo desde dentro sin destrozaros a todos. ¡Acabaré contigo y con los que te siguen, aunque sea lo último que haga!

La Reina Malvada estiró la mano para lanzar el hechizo, pero no salió nada. Lo intentó una vez más, pero nada. El poder de sus ojos tampoco funcionaba. 

-¡Oh, no! ¡He perdido mi poder! -dijo la Reina Malvada.

Entre todos capturaron a la Reina Malvada y la encerraron en un pozo muy profundo, dentro del bosque mágico de Peñacalva. 

-¡Decidme! ¿Qué ha pasado? -preguntó la reina-. ¿Cómo me habéis vencido? ¿Ha sido por el pelo? 

-Aquí todos los seres son mágicos, señora -dijo el Gran Mago-, pero el pelo impide que fluya la magia que se necesita para mantener a todos a salvo. 

-Entonces, el pelo no sirve para nada. ¡Podría haberos derrotado si hubiera entregado mi pelo! ¡Ah! ¡Me lo arrancaré y entonces me vengaré de todos!

Pero entre todos los habitantes de Peñacalva lanzaron un poderoso hechizo y por cada pelo que se arrancaba la Reina Malvada le salían tres más, así que no consiguió cumplir su venganza. 

Con la malvada bruja encerrada, todo en el reino volvió a la normalidad, así que todos los habitantes del bosque mágico de Peñacalva regresaron a sus hogares. Solo el Gran Mago se quedó en Peñacalva, cuidando del lugar y de la prisionera. Por si acaso.

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