Era un día normal de verano, me desperté a eso de las 9 de la mañana,había ya muchísima calor, así que me dí un ducha ligera, me puse un vestido y guardé la comida; nada más salir de casa me llegó como una brisa con olor a flores, tuve una sensación que no me gustó mucho, pero sin dudarlo, cogí mi bici y pedaleé hasta la playa.
Cuando llegué no había más que un par de personas paseando por la arena, pillé uno de los sitios más escondidos y me preparé para tomar el sol matutino, empecé a leer un libro, cuando quise darme cuenta esas dos personas que antes paseaban, estaban sentadas en una roca a mi lado; no eran muy mayores, tendrían cerca de 50 años, ella parecía un poco más mayor que él. Me miraban de una forma extraña, eso me empezó a molestar.
- "puedo ayudarles en algo", les pregunté, en ese momento ellos se levantaron y marcharon sin decirme nada.
Pensé que serían unos forasteros y no me habían entendido, o simplemente unos locos; seguí enfrascada en mi libro.
Pasarían cerca de 2 horas, cuando estos dos individuos volvieron con otra persona, también de la misma edad, vinieron hacia mí y me hcieron una señal para acompañarlos, todavía no sé por qué pero así lo hice, me levanté y los seguí, llegamos al extremo de la playa y me señalaron para unas rocas que ya se empezaban a adentrar en el mar, seguí de frente para ver mejor lo que querían enseñarme y vi un bote, que iba como a la deriva, corriendo como pude me acerqué cada vez más, me había parecido ver dos personas sobre las rocas, me estaba empezando a poner nerviosa, lo que esos forasteros me intentaban decir es que alguien necesitaba ayuda.
Intenté acercarme hasta el bote no había nadie ni nada allí dentro, pero cuando una ola lo arrastró pude fijarme en que había dos personas, flotando a us lado; fue cuando rápidamente corrí hacia las personas que estaba en las rocas, para ver si necesitaban ayuda, estaban baca abajo, les hablé , les grité, cuado llegué hasta ellas decidí darles la vuelta.
Me qúedé perpleja cuando le di la vuelta a la primera persona y ví.......que era una de las que me habían avisado, volví a tener otra vez esa sensación, como cuando la brisa me olió a flores, me quedé paralizada, volví al bote, y fijándome también vi a las otras personas que venían con ella. fue entonces cuando corrí y fui a darle la vuelta al cuarto individuo que estaba en la roca, cuando lo puse boca arriba me di cuenta que estaba vivo; me dio tanto miedo toda esa situación que corrí hasta donde estaba mi bici y mi mochila y llamé por teléfono a la cruz roja para que lo atendiera. No volví a saber nada más de aque hombre.
Cuando regresaba a casa me encontré con los coches donde los llevaban en los ataudes y volví a sentir ese olor a flores.
Los muertos vinieron a pedirme ayuda.