Un buen día decidieron ser mayores tres emociones: la Sensiblería, la Ignorancia y la Ternura.
Yo quiero ser más grande, dijo la Sensiblería, estoy harta de llorar por cualquier cosa, así que quiero convertirme en... ¡SENSIBILIDAD!, dijo llorando emocionada. Pues yo quiero ser más grande también, siempre estoy demasiado confusa con todo, demasiado ignorante de lo que pasa a mi alrededor, yo quiero convertirme en ¡SABIDURIA!, dijo la Ignorancia con mucho convencimiento.
Pero la Ternura no hablaba, en realidad no sabía bien qué hacía allí. Yo, yo no sé en que puedo convertirme para ser más grande, siendo Ternura me veo ya muy enorme, ¡soy inmensa!, no sé, no sé, no encuentro emoción más grande que la que ya soy, dijo la Ternura.
Entonces la Sensiblería y la Ignorancia le dijeron: no te preocupes, iremos a visitar a un viejo mago que vive en una aldea cercana, tal vez él pueda aconsejarte cómo puedes crecer más.
La Ternura, aunque no estaba muy connvencida de que realmente puediera ser algo mayor,se puso muy contenta al ver que sus amigas buscaban solo ayudarla y así las tres fueron en busca del gran mago.
Por el camino la Sensiblería encontró a un niño llorando. ¿Porqué lloras? dijo un poco asustada y a punto de ponerse a llorar otra vez. ¡Mi hermanito me ha llamado tonto!, dijo el pequeño haciendo pucheros con la voz. Entonces la Sensiblería recordó que quería ser mayor y le dijo con la voz muy serena: eso no es motivo de lloro, tú no puedes ser tonto, si fueras tonto nadie te lo llamaría, pues los tontos no entienden lo que se les dice, ¿no lo ves?. Además los que son tontos lloran siempre por cosas tontas, tú no eres tonto, tu hermanito se equivocó. Entonces el niño pensando en aquellas palabras se sintió muy aliviado y al instante dejó de llorar.
¡Muy bien!, le dijo la Ternura a la Sensiblería, te has comportado de una forma sensible pero a la vez madura para afrontar la importancia del momento, verdaderamente sí que has crecido. Eres toda SENSIBILIDAD.
Todas prosiguieron camino y al poco tiempo la Ignorancia se encontró en el suelo un pájaro. ¡Mirad un pájaro! dijo al reconocerlo. Sí, ya lo vemos respondieron sus compañeras sin darle más importancia y siguiendo su camino. Pero la Ignorancia, comprendió que esta vez algo le impedía marcharse de allí y cerrar los ojos como siempre hacía.
Entonces sin saber porqué, se sentó junto al pájaro y le observó un rato. Al punto se levantó y les gritó angustiada a sus compañeras: ¡si lo abandonamos morirá!, me he fijado bien en él y es demasiado pequeño para ser un pájaro adulto, los pájaros pequeños no pueden vivir solos, viven con sus papás en sus nidos, pero sus alitas son muy cortas aún para poder volar, y si no está en su nido y no sabe volar ¿cómo es que está en el suelo? creo que ha debido de caerse de su nido y si no vuelve a él, no podrá alimentarlo su mamá y entonces morirá!!, ¡tenemos que ponerle en su nido!. Sus compañeras se quedaron increiblemente sorprendidas por una actitud tan sesuda y estando de acuerdo todas se pusieron a buscar su nido que resultó estar en una rama muy alta del árbol que tenían a sus pies.
Pero la Ignorancia no se desanimó con esa dificutad y miró a su alrededor con ojos ávidos de una solución. Entonces descubrió un árbol cercano demasiado inclinado como para no caer con un poco de esfuerzo. Y al contemplar la escena tuvo una idea. Si logro derribar ese árbol que está un poco inclinado, sobre este otro que es menos grueso, este último caerá sobre el tercer árbol que contiene el nido. De esa forma podré utilizarlo como una especie de pasarela y con un poco de cuidado y equilibrio treparé por una rama y alcanzaré el nido, posaré al pájaro y le salvaré la vida, madre pájaro cuando regrese sabrá cómo cuidarle bien, reflexionó en profundidad. Y con tal pensamiento le comunicó a sus amigas su decisión. La labor duró varios minutos hasta que finalmente el árbol inclinado cayó. En su pesada caida provocó lo que había advertido Ignorancia y el pequeño arbol que estaba al lado también se desplomó sobre el árbol del nido. La Ignorancia tomó al pajarillo en sus manos y atravesando la pasarela con mucho tiento lo depositó en su nido. Una vez cumplido el objetivo se sintió muy muy bien.
Todas alabaron a su amiga y la Ternura de nuevo dijo: te felicito Ignorancia, observando un detalle has reflexionado para tomar una decisión, has transmitido con claridad el problema y compartido un esfuerzo para llegar a una eficiente solución, eres toda SABIDURÍA.
Ignorancia se puso muy contenta por tales palabras venidas de la Ternura y todas siguieron así su camino, hasta que por fin llegaron a donde estaba el viejo mago.
Se acercaron a él y le dijeron: hemos venido a pedirte que hagas a la Ternura más grande, nosotras hemos podido crecer y convertirnos en lo que ahora ves, actitudes maduras y mayores, pero ella no encuentra la manera de crecer, piensa que ya no puede ser más grande, no sabe hacia dónde encaminarse ni qué podría llegar a ser.
El viejo mago entonces cerró los ojos unos segundos, de repente los abrió y miró con sorna a la Ternura hablándole de esta forma: ¿¿tú??? qué quieres... ¿¿qué???? ¿¿crecer??? anda y no seas tan vanidosa, ¿quién te has creido que eres?? no me hagas perder más el tiempo, mira, no le veo ningún valor a que estés por este mundo, porque la Ternura a mi francamente no me parece que sirva para gran cosa en la vida, pero que encima quieras ser más grande me parece como para morirse de risa, ¡que ingenuidad y qué estupidez! hale, vete a tu casa y confórmate con que no te haga más pequeña y te quedes reducida a.... ternuritaaa, jajajaja, rió el mago con todas sus fuerzas en un tono muy irónico y despreciativo.
Ternura se quedó totalmente abatida ante aquellas palabras, sus ojos se llenaron de lágrimas y algo pareció traspasarle el corazón, derrotada y en silencio se dio media vuelta y se marchó de allí con la cabeza baja.
Sua amigas, Sensibilidad y Sabiduría, quedaron muy perplejas por la actidud de aquel mago y con tristeza comenzaron su camino de vuelta junto a su compañera. Pero a mitad del camino, Ternura comenzó a notar algo extraño en su interior una rabia increible le nacía de las entrañas, hasta que salió por su boca: ¡le odio!, ¿porqué me ha hablado así? no tenía ningún derecho a hacerme sentir tan mal, quisiera borrarle de la cara esa cínica sonrisa de arrogancia que me ha herido tanto...¡le odio! El es un mago, debería haberme ayudado, !es un egoista! ¡le odio! repetía Ternura cada vez más encendida de ira.
Sus amigas al escucharla tales maeras, comprendieron que aquel mago se había portado muy mal con ella, pues hacerle daño a la Ternura era algo muy mezquino y había que darle un escarmiento al prepotente mago.
Así empezaron a idear la forma de castigarle. Entonces se dijeron: volveremos y correremos la voz de que ese mago no es un mago verdadero, que se hizo pasar por mago y les ha mentido a todos. Diremos que no es capaz de hacer crecer de ninguna forma a la Ternura, ¡le hundiremos! gritaron sus compañeras para animar a la Ternura.
Y como de todos es sabido que lo malo siempre es más fácil de creer, Sensibilidad y Sabiduría seguidas por la abatida Ternura (que aún se debatía entre la rabia y el llanto) se acercaron al pueblo y comenzaron a exclamar a voces: ¡vuestro mago es un fraude!!! ¡¡vuestro mago es un fraude!!. A los gritos los vecinos del lugar salieron de sus casas y entonces ambas amigas explicaron con palabras vengativas de reproche y malidicencia su plan urdido para desprestigiar al mago.
Aquellas gentes creyéndolas por completo al verlas tan enfadadas y tan abatida a la Ternura, se enfadaron tanto qe fueron a buscarle a su casa para pedirle explicaciones. Pero el mago al verse perdido ante la furia incontrolada de tanto gentío, con gesto temeroso y con el orgullo encendido solo acertaba a decir: ¡no es cierto!, ¡no es cierto! ¡¡yo soy un auténtico mago!!.
¡Hay que matar al mago!, se oían voces entre la muchedumbre, ¡es un fraude!, hay que matar al mago! ¡nos ha mentido! ¡¡es solo un impostor!!, ¡no puede hacer crecer ningún sentimiento!, ¡es un mentiroso!.
Y así sin ésperar más, agarraron al mago por sus ropajes y comenzaron a golpearle y darle patadas con furia.
Entonces a la Ternura algo le sucedió de nuevo por dentro, como si de una fuerza poderosa se tratara levantó sus manos hacia arriba y con una voz atronadora y potente gritó: ¡¡dejadle en paz!! ¡¡basta ya!! ¡¡no le peguéis más!!! ¡¡no es un impostor!! ¡¡ no tenéis ningún derecho a tratarle de esa manera por algo que os han dicho!!. Sois cobardes en vuestros golpes, ciegos en vuestra ira, ignorantes en la verdad e injuntos en vuestro comportamiento. ¡Dejadle en paz!! El es un mago auténtico, ¡yo os lo puedo demostrar!!
Todos se quedaron paralizados ante aquella desorbitada actitud contraria a lo que se supone debe provocar un sentimiento de Ternura. Y asustados por tal reacción titubeando soltaron al mago, éste rápidamente fue a arrodillarse temeroso junto a la figura de su salvadora.
La Ternura entonces se volvió hacia los presentes y les dijo: ¡es un mago auténtico!,¡ me ha hecho crecer!, ¡ha hecho crecer a la Ternura!. No podéis sentenciarlo, merece nuestro respeto y veneración.
Entonces las dos amigas que estaban tan impactadas o aún más que todos los demás por la reacción de su compañera, rompiendo el silencio se atrevieron a preguntar a la Ternura: Ternura, no entendemos, ¿en qué te has convertido? ¿en qué has crecido? dinos, nosotras no hemos visto nada, no sabemos qué eres ahora.
La Ternura miró al mago con dulzura y habló de esta manera: llegué hasta aquí con CONFIANZA e ILUSIÓN de que este mago me hiciera crecer en mi sentimiento, sin saber hacia dónde podría crecer ni qué podría llegar a ser, pidiéndole con ESPERANZA que me hiciera crecer sin saber bien lo que soy. Este mago me trató con desprecio y soberana altanería y logró que en mi rostro se dibujaran lágrimas de DOLOR por sus palabras. Me sentí con tal TRISTEZA que quise morir pero al poco tiempo me encendió la FURIA y la RABIA y con injustificado ODIO quise matarle. Cuando podía conseguirlo vertiendo mentiras a estas gentes, al verle tan hundido, sentí COMPASIÓN, surgió en mi la voz fuerte de la LOCURA, esa que nos hace rebelarnos y traspasé mis límites emocionales para pedir con DIGNIDAD y JUSTICIA que le dejaran vivir. Cuando lo han soltado ha venido a mi agradecido para que yo le proteja.Y mis manos recogen sus manos ahora con EMOCIÓN y le levantan del suelo y con VALENTÍA me arrodilló yo delante de todo el mundo para pedirle PERDÓN.
Y exponiendo todo este argumento Ternura se arrodilló con HUMILDAD ante al mago con los ojos llenos de AGRADECIMIENTO y RESPETO.
Entonces el mago con una voz suave y sentida le dijo a Ternura: Ternura, levántate, ya has crecido, ya eres AMOR.
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Si alguna vez nos crece la Ternura, no temamos sentir tantas cosas diferentes, todo es necesario para llegar por un buen camino al AMOR.
He entrado aquí sólo por el gusto de leer algo tuyo. Me he quedado impresionado por tu gran capacidad para contar un cuento lleno de valores y con un estilo de la más alta literatura. Muchas gracias por este relato.