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Servir entender y comprender en la selva

El encanto de vivir lleva a conocer diferentes personas. Había un agente sanitario llamado raul, tenia ese nombre por que había sido bautizado; pero su origen era guaraní. Ayudaba con sus conocimientos de enfermería y aveces era un secretario personal, cebando tereré esa bebida a base de yerba mate y fría. Nos reiamos dentro del escaso lenguaje que comprendía. Tenia una gorra como las que usan los bateadores de beisbol y siempre lo tenía que controlar para que no cometiera algun error. Uno de esos dias cuando había llegado a Pindopotty, trayendo golosinas y juguetes y ropa para los niños, antes de empesar atender; me sentí roedado por los niñitos. Tenia una niña y me agradaba por su carita angelical. siempre tiene alguno que le simpatiza. Mi sorpresa fue a ver a Raul, entregar todas las golosinas que había llevado. En dos minutos hasta el cacique tambien estaba comiendo con esos niños las golosinas, en ese día no pude atender. Pero mis carcajadas eran tal que no podia contener mi risa a granel. Creo que en ese momento no pude atender a nadie era una fiesta del cual era yo partícipe. Raul con esa sinceridad de hombre no prostituido pòr la ciudad, me dice: doctor esa es la mejor medicina que trajo, para mi fue tan interesante observar esa alegria, que despues todos querian atenderse para poder comer nuevamente otras golosinas. me habia impresionado tanto eso, que los niños con tal de comer alguna golosina, se trataban de enfermar a proposito para volver a repetir ese bocado. Me acuerdo de un blanco les digo así, por que no saben nada de llegar al corazón sin trampas. Quizo poner una de las mascaras que habian allí a un pequeño, siendo atacado por el. Yo tuve que explicarle que no usan mascaras por que para ellos es no mostrar su ser interior, como ocultar su espíritu. Jugabamos con una pelota que habia llevado yo siendo simpatizante del racing club de avellaneda, les habia prometido unas camisetas para llevar. Mejor es que las promesas se cumplan por que sino no se considera honesto. tanto tiempo habia transcurrido que cada ves que llegaba, era recibido con alegria, hace tanto que no me acuerdo, pero si algunas cosas que me marcaron como hombre, en algunos lugares se aprende a negociar para poder atenderlos, como cuando yendo a Teikukama con el cacique, alejandro tomamos juntos caipirihna y para poder atender a su gente tuve que invitarlo a fumar un cigarrillo y encenderseló como muestra de respéto y que yo estaba a su disposición. Esas cosas luego siempre me sirvieron en la ciudad para acercarme respetuosamente a la gente, como uno sabe que es preferible evitar le pelea si es posible pero cuando es necesario y no queda otra que pelear hasta morir, esa es la diferencia sustancial entre ciudad y selva. como me dijo un lugareño, haya doctor estan la leyes. Acá mandamos nosotros. Hay demasiados doctos en leyes que aca no sirve, solo hacemos lo que es necesario y lo mejor para nosotros.
Será asi la vida con tantas diferencias entre seres humanos, parece todo tan diferente que aveces me pregunto ¿quienes son los educados y quienes los mal educados?.
Datos del Cuento
  • Categoría: Aventuras
  • Media: 6.07
  • Votos: 95
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