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Six Shorts Tails

Uno

“Tanto amor derramado sobre la mesa, que me ruboriza lo que puedan pensar las personas... Espero que comprendan, que no podía resistir mas, que fue el amor, sólo el amor lo que hizo darme un tajazo, cortándome las venas del brazo, cubriendo toda mi mesa del rojo y oculto amor que guardo por todos dentro de mí, para dejar así en claro, todo mi verdadero sentir…”

Dos

“Creo que eran como ocho o nueve personas las que vi hace un momento dentro de un sucio local de abarrotes mientras caminaba rumbo hacia mi casa, y todos sonriendo por alguna extraña razón. Debió ser una bella razón pues sus ocho o nueve sonrisas me hizo recordar a uno de los más bellos cuadros de Van Gogh: Gente en la playa. Pero estas ocho o nueve sonrisas eran aún más bellas. Quizás porque el autor de aquella extraordinaria obra no fuera otro que el gran hacedor…”

Tres

“Llamé a mi madre y la escuché hablar largo rato, casi no se detuvo. Miré el reloj y ya habían pasado varias horas. Pero, es mi madre – pensé – y tengo que sacrificarme… Continué escuchándola, pegado al fono, hasta que vino la noche, y luego, el día, y cuando estaba muriéndome de cansancio traté de interrumpirla. De pronto, mi madre colgó, no sin antes decirme que tenía cosas que hacer antes de escucharme hablar las mismas cosas de siempre…”

Cuatro

“Un hombre y una mujer estaban besándose en la puerta de mi casa. Iba a decirles que buscaran otro lugar para satisfacer sus intimidades, pero cuando vi que la mujer era mi esposa, quise hacerlos pedazos… De pronto, la puerta de mi casa se abrió sola e increíblemente ambos entraron a mi casa, pasando por mi lado como si yo fuera un fantasma, una nada… Cogí el poco dinero que tenía en mi saco y, tal como estaba vestido, tuve que abandonar mi casa para siempre. Sentía muy dentro de mí que yo, estaba sobrando…”



Cinco

“No había día en que no llegara tarde al trabajo, y siempre con la misma excusa: El camión, jefe, el camión… Aquella tarde decidí seguirle hasta llegar al lugar en donde vivía. Grande fue mi sorpresa al verle entrar a un enorme galpón de maquinaria en desuso. Como estaba en el umbral del misterio, le seguí hasta verle entrar a un pequeño camión abandonado en donde una manada de haraposos niños y una extenuada y gorda mujer lo esperaban, y todos con los brazos abiertos de lado a lado… Me di media vuelta, y un extraño sentimiento comenzó a germinar en mi conciencia, que su historia era verdad, que tras la adversidad, el dolor y la miseria, existen alegres antorchas en los ojos de una familia unida que ilumina los pasos en cada caída…”

Seis

“Quería cambiar de vida, y por eso vendí mi alma al diablo. No era tan aburrido ni malo aquel personaje. Me pareció ver algo muy familiar en su modo de ser. Luego de firmar un contrato me llevó a una inmensa casa, toda iluminada y llena de cuartos con nombres escritos en sus elegantes puertas. En unos estaba escrito Alegrías, en otros Tristezas, Rencores, y así… El primer cuarto que entré fue el de Alegría. Ya estaba de noche pero apenas entré al cuarto me pareció que fuera de día. Vi un gran espejo de estaba de lado a lado cubriendo toda una de las cuatro paredes. Me acerqué y me vi reflejado como u niño de cinco años, a mi lado estaban todas las personas con las cuales había sido muy feliz… Me agradó lo que vi pero apenas me di la vuelta me encontré solo en el cuarto. Supe que todos ellos estaba en el reflejo que el espejo me daba. Cambié de cuarto y ocurrió lo mismo, es decir, un cuarto, un espejo con un reflejo, y al darme la vuelta toda mi soledad… Por ello durante toda una eternidad la pasé de cuarto en cuarto, mirando espejos y espejos, y, totalmente solo. Hasta que un día quise salir a la calle. Grande fue mi sorpresa al ver una muchedumbre de gente esperando a que yo les abriera la puerta para entrar en aquella hermosa casa iluminada. Le hubiera hecho pasar, pero, cada uno tenía el rostro más repugnante que jamás había visto… Por ello, llamé nuevamente al diablo, y después de una larga negociación hicimos un nuevo contrato. El, me devolvía mi alma, pero se quedaba con las dos terceras partes de mi cuerpo y mi mente. Luego de un fuerte apretón de manos nos despedimos para siempre con una alegre sonrisa en los labios, en verdad, me caía muy bien el tipo…

Abrí la puerta y salí a la calle. Todo seguía igual, pero la gente me miraba con ojos sedientos de saber quién era yo…

- ¿Por qué me miran tanto? – le pregunté a uno que no dejaba de mirarme.
- Es que, eres el único que ha vuelto de la inmensa casa iluminada… y deseo saber lo que adentro de la casa… - me respondió.

Me causó gracia su necesidad y luego de buscar un buen lugar para sentarnos le conté todo lo que había vivido en aquel lugar… No bien terminé de hablar, un grupo de hombres grandes vestidos de blancos me cogieron a la fuerza y me encerraron en un cuarto del sanatorio en donde una de sus paredes tenía un espejo de lado a lado… pero esta vez sólo vi reflejado al demonio…




Lince, julio del 2005
Datos del Cuento
  • Autor: joe
  • Código: 15168
  • Fecha: 02-07-2005
  • Categoría: Sin Clasificar
  • Media: 4.85
  • Votos: 60
  • Envios: 0
  • Lecturas: 3641
  • Valoración:
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