Un breve apunte, poque como siempre digo nada es lo que parece: El silencio, el dolor y la negación a que mis lágrimas brotaran más allá de mi pensamiento, comenzaron, dolorosamente hace muchos, muchos años, un 14 de Febrero... y terminaron... hace dos años... un 14 de Febrero.
Hace dos años la vida me hizo un regalo por todo lo que habia sufrido... y tuvo el precioso detalle de dármelo ese mismo día en forma de mano, abrazo y sonrisa de amigo. Y ahora los 14 de Febrero se han convertido para mi en los días especiales de Sol en que vuelvo a escuchar en calma... el Mar.
Amigo, te seguiré soñando todos los 14 de Febrero... a escondidas.