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Solo un punto muy pequeño

Raul Pinilla hacía su tarea en la mesa de la sala; su tía Dolores de Cartagena, que con gritos guturales de ultratumba le decía el abc de las buenas cosas, cocinaba la cena para casi un batallón de mocosos hambrientos.

Fue el grito que pasó un poco más de aquí hasta más allá que sacó de las ecuaciones sin respuestas a Raulito. La tía, con sus piernas elefantescas y con unas culebras verdes que surcavan sus pantorrilas, señalaba con su dedo rechoncho la causa de su enorme terror.

Solamente era una de esas arañas de patas delgadas como cabellos pero tan largas como el ecuador, que sosegada volvía a su telaraña, que se modelaba en el único ángulo recto de la casucha.

Y volvió a gritar, cada vez más horrible que la anterior, la tía Dolores. Raulito, influenciado del famoso abc dicho por tía, abuela, madre, padre y hermana, cogió la sandalia del abuelo fallecido hace más de medio siglo. La asió con todas sus fuerzas de nueve años; con las dos manos alcanzó a ponerse frente a frente ante el arácnido, que con sus incontables ojos lo miró, y por una orden que no sabemos por qué, se detuvo también a mirar a su verdugo.

La sombra ya cubría al bicho, que por un recuerdo que cruzó por la frágil mente de Raul, un recuerdo de hace tres días, cuando se atragantó con la ostia del padre Artemio, que antes de jalarle las orejas, y antes también de echarle agua bendita en la lengua, y antes que todo eso y algo más, le habló en privado.

No sabemos lo que le dijo el padre Artemio, pero sabemos lo que Raul le dijo a la araña antes de aplastarla con el peso de docientos años de la sandalia de un abuelo que capaz nunca existió.

Esto fue lo que dijo:

-Perdonadme, animalito del Señor, pero este no es tu lugar.

Y fue ahí, en ese momento, antes de la muerte, que el animalito del Señor respondió:

-Te perdono, animalito del Señor, por que este tampoco este es tu lugar.

Luego de lo dicho, la araña dejó de ser lo que era, para ser solo, por hoy y siempre, un punto negro, muy pequeño, en la pared de una casa.
Datos del Cuento
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