Marga se disponía a irse a la cama cuando recordó aquella frase que el mejor amigo de su marido le dijo antes de que éste muriese en el accidente: "Te quiero, me gustaste desde el primer día que te vi.".
- He estado tan mal que no me he parado a pensar, Sergio fue el primero que aviso a la policía, estaba allí cuando Jorge cayó por la ventana, pensó.¡Fue él, estoy segura! ¿Por qué ha venido todos los días a mi casa y me ha estado tratando tan bien?, se preguntó.
A la mañana siguiente Marga fue a visitar a un amigo que trabajaba en un herbolario y le preguntó si podía venderle cianuro para acabar con unas cucarachas que tenía en casa.
- Este veneno es una sustancia química, potencialmente letal, que actúa rápidamente, le dijo su amigo dándoselo en un pequeño frasco.
Marga quedó esa noche para cenar con Sergio, le comentó que necesitaba verle. Preparó sólo una sopa, a la cual le añadió el frasco de cianuro.
A las nueve de la noche Sergio se presentó en casa de Marga con una botella de vino gran reserva. Se sentaron en la mesa. Marga le sirvió la sopa a él primero y después a sí misma.
-Quisiera hacerte una pregunta antes de cenar, dijo Marga con la cabeza agachada.
Sergio tomó una cucharada de sopa.
-¡Noooooooo!, gritó Marga.
-¿Qué has hechado a la sopa? le preguntó Sergio mareado. Su respiración se aceleró, se levantó y cayó encima de Marga. Ésta le miró y le preguntó:
-¿Asesinaste a mi marido?
-No, intente.....que.....no e...s...sui...cidara, Sergio dejo de respirar. Marga quedó perpleja, agarró la cazuela con sopa y bebió un gran trago.