Por encima de las enigmáticas azoteas, un cielo arrepentido por su complicidad con la pesadilla comenzaba a anunciar la llegada del nuevo día.
Las calles, aparentemente desiertas, rumiaban sin cesar rumores extraños que se perdían en la oscuridad.
Después de comprobar escopeta en mano que estaban solos, Finnes echó un vistazo al buffet de vehículos que les ofrecía la arruinada calle, y decidiéndose al final por la pequeña furgoneta de reparto que había atravesada sobre esa misma acera, empezaron a cargar el material.
Cuando hubieron terminado, escudriñaron la oscuridad que rodeaba el lugar. Todo estaba silencioso, y parecía como si, al otro lado del telón negro, no hubiera absolutamente nada.
Demasiada calma.
Mientras los otros vigilaban, Hugh subió a la cabina para ir poniendo el motor en marcha. De pronto, entretanto buscaba las llaves para no tener que hacer un puente, oyó una detonación.
Asustado, se asomó por la ventanilla derecha del vehículo y vio con horror cómo una marabunta de fauces antropófagas se acercaba rápidamente.
Volviendo a lo suyo, y como no quería perder más tiempo buscando las llaves, arrancó de cuajo la tapa que protegía los cables del contacto y comenzó a hacer el puente.
Un golpe contra el cristal delantero llamó su atención. Levantándose ligeramente, echó un vistazo. Delante de él, un nuevo grupo de zombis intentaba reventar la luna para atraparle.
Un pánico indescriptible invadió su cuerpo. Sin embargo, no dejó que éste acabara con él y siguió manipulando los cables hasta que logró hacer el puente. Entonces puso el motor en marcha.
Con el último superviviente a bordo de la furgoneta, Pam cerró las portezuelas de la trasera y entonces emprendieron la huida. Después de atropellar a no pocos demonios, dejaron la calle y pusieron rumbo hacia la autopista que unía la ciudad con la capital del Estado. Antes de dejar ésta, tuvieron la suerte de encontrar a dos supervivientes más, y ya fuera de sus límites, corrieron lejos mientras el fuego de las bombas comenzaba a devorarla.
FINAL
la historia pinta jugosa, pero queda en una débil acuarela diluida al no haberle dedicado tiempo para los detalles que son los que hacen al suspenso que nos hace vivir el terror de una persecución. intentalo de nuevo