Susana
Capítulo 15 "La chica de 52 huesos"

Teodora se sienta a mi mesa.
Estoy saboreando desde ya el ataque más devastador sobre territorio enemigo… Susana.

Me asomo por sobre la mesa para decirle al oído… – La que está sentada mesa por medio, vestida de rojo, es mi novia y me hizo padecer… ayúdame a vengarme.

Sonríe, si hay alguien experta en este tipo de cosas es ella…
Me estoy por sentar cuando atrapa mi nuca y me besa… Parece que va a comerme la cara.
Estoy que me caigo sobre los platos…

Instantes después del beso me siento y llamo al mesonero para que ella elija su comida.

Susana ya no sonríe tanto… mira y mira a Teodora.
Teodora tiene una belleza desbordante y una personalidad magnética y avasallante.

Me mira sugestivamente y se baja un bretel del vestido mostrándome su hombro…
Sostiene una mirada cautivante, insinuante… sonríe con picardía.

En la mesa del medio se sentó otra pareja y eso dificulta la visión de Susana que “cabecea” para ver.

Se la ve con gestos nerviosos…
Tarzán llama al mesonero… al rato traen una champaña “Don Perignon” y un ramo de dos docenas de rosas.
Tiene estilo y no escatima en gastos… lo reconozco.

Yo prefiero comer con vinos no espumantes. Si blanco, un Chardonay, si rojo un Borgoña.

Terminamos de almorzar, ella pide un pastel de manzana. Pido igual y dos cafés.

Susana y Tarzán, que empezaron antes, llaman al mesonero para que les traiga la cuenta.

Llamo al mesonero y lo mismo… la cuenta.

Siete minutos después llega el mesonero y pone el platito con la factura a Tarzán.
Tarzán escribe algo en lo que parece ser un boucher de tarjeta de crédito, lo agrega al platito… ¡¡¡¡¿¿¿¿ Y SE LO ALCANZA A SUSANA ????!!!!
Susana, cara confundida, lee la factura, lee el boucher… suben sus cejas y se agrandan sus ojos. Su rostro va cambiando…
¡Ay mi madre… Ay mamita querida…!
Se la ve “salvaje”… (pero bonita) a punto de perder las “formas”. Una regresión de 3,2 millones de años… Cenozoico Terciario …llegó al período Pleistocénico ” está involucionando hacia “la chica de 52 huesos”.

Susana acaba de completar la “transformación” y ahí va… desde el otro lado de la mesa, derechazo en directo a la mandíbula de Tarzán que cae patas para arriba.
Me paro y me abro paso antes que el tipo se levante…
Antes de que yo llegue Susana le parte un plato en la cabeza, lo arrastra por los pies hacia un lugar más abierto y se le monta… derecha… izquierda… derecha… izquierda…
Tarzán completamente arrasado duerme el sueño de los justos…
Por el cuello de la camisa levanta la cabeza inerte de “fulano” y ¡Toc… Toc…Toc… Toc…! Contra el piso.

Joaquín - ¡Déjalo ya… Déjalo!... La levanto de un brazo… La abrazo. Respira agitada y tiene la cara transpirada, las mejillas rojas – ¿Qué pasó mi amor?... ¿Por qué le diste esa paliza?
Me muestra la factura…
Hay un total de 965 dólares americanos… 650 el Don Perignon, flores, almuerzo, postres, impuestos, propina, etc… etc… y el boucher de 150 adicionales son los servicios de “acompañante” que cobra Tarzán por almorzar con ella… hacen un total de 1.115 dólares.

Todos nos miran en silencio y sonriendo les digo… - Tiene muchos hermanos varones, aprendió a defenderse… es mi chica de “52 huesos”…

Susana - ¿Qué me estas viendo y cuál es la risa?
Joaquín - Nada… nada… es que por un momento te parecías a alguien que tiene un carácter tan “podrido”... Bueno, es parte de su belleza… perder las “formas”.

Susana – ¿De quién estas hablando?
Joaquín - Bueeeeno… ¡Déjame que te arregle el cabello!
Susana (mirando hacia donde está Teodora) – Tú y yo tenemos una “cuentita” por arreglar…

Ahí viene la derecha…
Bloqueo con el brazo, la atrapo y la beso…
Agarro un manojo de sus cabellos de la nuca con mi mano derecha. Aprieto su boca contra la mía, la alzo por la cintura, comienzo a girar lentamente mientras la beso más y más…
Puñitos cerrados llueven sobre mis hombros. Veinte segundos después se entrega a mis besos…

Un suave movimiento de nuestras caras acompaña un beso interminable que solo interrumpimos de vez en cuando para decirnos… - ¡Te odio!
- … yo también…

Susana - ¿Quién es la chica de “cincuenta y dos huesos”?
Joaquín – Esteeee… mejor no te digo.

(Continuará)
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Nota del autor:

En el capítulo anterior Joaquín “involucionó” hasta más allá del Australopithecus .
En este capítulo Susana “involucionó” hasta la mujer de “52 huesos, una Australopithecus Afarensis”.